Hace dos años unas veinticinco familias, hartas de las condiciones de vida y la falta de acceso a una vivienda digna, decidieron tomar parte de un predio improductivo y ocioso en la localidad de Abasto, a 15 km del centro de la ciudad de La Plata.
Hace dos años unas veinticinco familias, hartas de las condiciones de vida y la falta de acceso a una vivienda digna, decidieron tomar parte de un predio improductivo y ocioso en la localidad de Abasto, a 15 km del centro de la ciudad de La Plata.
A esta iniciativa se sumaron muchas más familias en las mismas condiciones. Comenzó así lo que se conoció como “la toma de Abasto”. Se creó un cuerpo de delegados por manzana donde todas las familias estuvieran representadas, con asambleas por manzana y asambleas generales, que se hiciera escuchar la voz de todos. La organización pudo crear las condiciones para torcerle el brazo al negocio inmobiliario de la ciudad, encarnados en este caso en la figura de Alberto Mattioli (agente inmobiliario de la zona), quien reclamaba las tierras como propias sin presentar ningún tipo de documentación correspondiente.
La lucha no fue sencilla. Y la misma organización de las familias logró que un mes después la Legislatura provincial aprobara en ambas cámaras y por unanimidad de todos los bloques la expropiación de las tierras a través de la Ley 14.716. Dicha ley no sólo expropia la tierra sino que además establece la construcción de viviendas por parte del mismo Estado para ser transferidas a las familias por diversas modalidades, de acuerdo a sus capacidades de pago.
Seis meses después, muchas de esas familias pudieron entrar formalmente al predio para continuar con algunos trabajos que ya se habían empezado a hacer como marcar los lotes, construir una cancha de fútbol, la Casa de la Mujer, poner en condiciones la Sociedad de Fomento del lugar, entre otras tareas.
Pero después de tantos esfuerzos, el Estado aún no cumplió con todo a lo que está obligado por ley. A dos años de la ocupación y del triunfo histórico por haber conseguido la tierra, las casi mil familias que forman parte de la Asamblea siguen luchando por el derecho digno al hábitat y por la urbanización definitiva del predio.
El viernes 8, rodeados por una convocatoria de más de 400 personas, se reunió la mesa de gestión de la Fiscalía de Estado (donde también participan delegados de Abasto) y de la Subsecretaría de Tierra. En dicha reunión ningún funcionario pudo brindar una respuesta concreta a los reclamos de las familias para que expliquen cuándo y cómo se va a avanzar en la instalación de los servicios básicos para el barrio y las obras que hagan realidad el sueño de una vivienda digna. Ante la falta de respuestas y soluciones concretas a lo planteado, los funcionarios se retiraron del predio. Por el momento en las tierras expropiadas están viviendo unas 150 familias que no gozan de ningún servicio de luz ni de agua. Esta situación lleva a que muchos opten por hacer instalaciones eléctricas muy precarias y esto ya ha ocasionado más de un accidente.
En este marco, y ante esta situación la asamblea de legítimos poseedores de la tierra, con más de 400 concurrentes, decidió convocar a una movilización el miércoles 12 a la Municipalidad y al Ministerio de Infraestructura para exigirle, una vez más, al gobierno municipal, provincial y nacional que avance con las obras, se construya el barrio y miles de familias puedan gozar de una vivienda digna para vivir. Durante la asamblea se vendieron 21 hoy.
