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26 de septiembre de 2020

Acabar con la fuga de dólares y las Leliqs

Nuestro Banco Central y nuestra moneda están en jaque por la fuga de dólares y por la especulación con el peso que no van al consumo y a la producción sino a la especulación plantea Arnoldo Gómez en su columna de todos los viernes en “Ayer y Hoy”, programa con la conducción de M. A. De Renzis del 25 de septiembre.

Vamos a hablar de la situación de tembladeral de nuestro Banco Central y del peso, nuestra moneda. El Banco Central está comprometido por la fuga de dólares y por los pesos porque para recuperar los pesos que emitió está pagando una alta tasa con las Leliqs. Acá hay un problema serio con la moneda tanto por fuga de dólares como por poder sostener la emisión de pesos. Hay que analizar las causas profundas de esto y no naturalizarlas.

A su vez hay dos buenas noticias que son parte de la salida, el proyecto del impuesto a las grandes fortunas y el que presentó Juan Carlos Alderete de Tierra, Techo y Trabajo.

¿Por qué digo esto y que es lo que habría que desocultar? Nuestra fuga de dólares tiene orígenes muy claros, nosotros tenemos una industria dependiente, por ejemplo, se lo puede ver con toda nitidez en la rama automotriz, somos un país gran productor de coches y sin embargo no hay una sola firma argentina. Esto genera desde ya remisión de utilidades y un fenómeno de que cuantos más coches producimos, mayor déficit comercial en esta rama. Así podemos señalar varias ramas fundamentales de nuestra industria.

El otro tema es que nuestro comercio exterior principal que es el de granos como quedó claro en el caso Vicentin está controlado por un pequeño grupo de empresas, en su mayoría extranjeras. Estas empresas hacen sobrefacturación cuando importan y hacen subfacturación al revés. O hacen una estafa directa como hizo Vicentin en la que fugó de un solo movimiento 400 millones de dólares. Esto está acompañado por la actitud de los terratenientes que siempre empujan una devaluación para realizar su renta en la cosecha. Entonces retienen cuando ven que hay posibilidades de devaluar y presionan para la devaluación junto con todo este conglomerado.

Por otro lado, hay que señalar que, por ejemplo, las filiales argentinas de empresas extranjeras empezaron este año con una deuda externa en dólares de 22.500 millones. Mientras en la Argentina hay una alta tasa de interés, estas empresas se endeudan en tasas bajísimas fuera del país y en dólares. Esto forma parte de todo lo que constituye activos externos para usarlos en los momentos pos devaluatorios con lo cual tienen una moneda fuerte después de la devaluación. Por eso todas estas empresas estuvieron activamente este año pagando estos compromisos externos, buscando un cambio con el Banco Central del dólar a $75, cuando el resto del mundo ve un dólar financiero a $130. Este es el tema que hace que tenga una fuga permanente de dólares.

Pero ¿qué pasa con la emisión? El Banco Central de forma correcta emitió pesos para sostener las medidas de la cuarentena y a todos los sectores de la población que tuvieron que afrontar heroicamente esta situación. Ahora, esa remisión de pesos inmediatamente va al consumo popular, ¿cuánto dura en el bolsillo de un desocupado los 10 mil pesos del IFE?, una semana. Esto se concentra rápidamente en 200 empresas que son las que tienen el principal control de nuestro mercado interno. Rápidamente esta circulación de plata va a esos grupos y esos grupos van o fueron o a la especulación del dólar, son los que recalentaron todo el sistema del dólar paralelo, del contado con liquidación, forman activos externos con mecanismos como el contado con liquidación o requieren una alta tasa de interés.

El Banco Central para sacar esta plata de circulación ofrece las Leliqs y lleva pagado en lo que va del año 420 mil millones de pesos en intereses. No los paga sino que emite nuevas Leliqs, pero esto es una bomba de tiempo que lo tiene en jaque. Nuestro Banco Central y nuestra moneda están en jaque por la fuga de dólares y por la especulación con el peso que no van al consumo y a la producción sino a la especulación. Ahora se ha puesto un tapón. Un tapón tibio para ganar tiempo, que está bien, pero ¿a dónde vamos? ¿Cuál es la orientación mientras vamos ganando tiempo para resolver estos temas?

De Renzis: Hoy van a volver a vender los 200 dólares y otra vez un montón de gente saldrá a comprar y eso va a la timba financiera de las cuevas. O se termina definitivamente y se persigue a las cuevas, se clausura el dólar que se vende clandestinamente y se prohíbe la venta de moneda extranjera y pensamos y vivimos en pesos o esto no tiene arreglo. No va a tener nunca arreglo con la libertad de mercado en un país donde la gente piensa en dolares.

Arnoldo Gómez: Hay que poner un tapón duro, pero también hay que ver cuál es el principal factor de la fuga.

De Renzis: Cuando digo de cerrar las cuevas es porque la fuga que se hace a través de las empresas, de la Bolsa y de todos los inventos que se hacen es porque entramos en una auto competencia de emisión de papeles. Nos endeudamos en dólares para sostener el peso, es una cosa que no tiene ningún sentido.

Arnoldo Gómez: El tema es el rumbo que se va a seguir. Estas declaraciones que hace el Ministro de Economía Guzmán de que hay que dar un horizonte para permitir las inversiones extranjeras directas es un rumbo equivocado, lo mismo que el rumbo de abastecer de dólares vía el comercio exterior. Entonces habrá que vender más, todo el ciclo sojero, el aceite a la India, pellets y biodiesel a Europa, granos a China. Este es un camino equivocado, porque de superávit comercial este año llevamos 8 mil millones de dólares, sin embargo, nuestro Banco Central perdió 7 mil millones de dólares. Entonces el tema acá está en aumentar, en argentinizar la producción nacional y poner un tapón serio. Coincido en que hay que poner la circulación única de una moneda nacional y lograr que el peso vaya a la producción.

Acá hay un tema clave, esto que se generó con las Leliqs hay que cortarlo y esa plata tiene que ir a la producción. Por eso digo que hay dos buenas noticias. El impuesto a las grandes fortunas pone un sesgo al futuro presupuesto que es de dónde tiene que salir la plata para el consumo, que tiene que venir de esos grandes ganadores que son los grupos que controlan el mercado interno y nuestro comercio exterior, de ahí tiene que ir la plata para el consumo y no de una nueva emisión. Y lo que haga el Banco Central tiene que ir a un proyecto como el de Tierra, Techo y Trabajo que es un proyecto que requiere de un fondo de 420 mil millones de pesos para que vayan a la construcción de unidades habitacionales en las 4 mil villas y asentamientos que hay en el país.

Este es un camino de salida, que la plata que emita el Banco Central vaya a la producción  y que al mismo tiempo el consumo se reactive sobre una redistribución. Si se toman estas medidas es posible argentinizar la producción, pero en el rumbo en el que vamos la plata que se emite va a la especulación. Exactamente son 420 mil millones de pesos lo que lleva pagado de intereses el Banco Central este año en Leliqs. Si esa plata en vez de ir a pagar intereses a los bancos fuera a la producción directa de los más de abajo, en la construcción, en reactivar en esos barrios y generar mejores condiciones de vida, en reactivar ramas enteras de la producción argentina porque todos esos rubros se pueden producir acá…

De Renzis: Lo que estás proponiendo es otro gobierno.

Arnoldo Gómez: No, estoy proponiendo otro rumbo.

 De Renzis: Voy a quedarme con lo tuyo que es más blando y que es más aceptable porque uno participa para que a esto le vaya bien, que cambie de rumbo, pero no tiene mucho tiempo.

Arnoldo Gómez: Cuando empezó la pandemia, el gobierno venía con una política de cuenta cero por lo que en las jubilaciones, lo que daba a los más de abajo se lo sacaba a los del medio. Un rumbo de cuenta cero que iba de fondo a la negociación de la deuda externa. Frente a la pandemia se vio obligado a cambiar e hizo esa emisión que fue correcta y que nos permitió afrontar bien el inicio de la pandemia.

De Renzis. Me quedo con tu idea de un cambio de rumbo.