En la Argentina 8 de cada 10 habitantes toman mate. Pero el circuito de producción de la yerba está lleno de intermediarios y controlado por intereses concentrados. Por eso cuando vamos al supermercado, de los $100 que sale un kilo de yerba, sólo $1 es para el trabajador que la cosecha: el tarefero.
Actualmente hay cerca de 17 mil tareferos y tareferas, de los cuales un 40% no está registrado. La cosecha de yerba mate se realiza en un período de aproximadamente seis meses, que se conoce como zafra.
Los tareferos acampan en los yerbales bajo techos de plástico, en condiciones deplorables, sin agua potable ni baños, durante semanas y meses.
Hay muchísimas denuncias de trabajo esclavo y de explotación infantil. Y numerosos casos de tareferos que por accidentes laborales quedan con lesiones permanentes. También hay muertos o heridos, debido a las malas condiciones de trabajo y transporte.
Sus ingresos dependen de los kilos de yerba cosechados, y muchas veces toda la familia se involucra en este trabajo, de sol a sol.
En los meses en que no hay cosecha, tampoco hay ingresos. Por eso existe un subsidio interzafra. Pero este complemento sólo se paga durante tres o cuatro meses. Son $2.300 como único ingreso mensual, que además se encuentra congelado desde hace tres años. Y es únicamente para los trabajadores que están en blanco.
Por si esto fuera poco, este año, el Estado Nacional elevó los requisitos y disminuyó el presupuesto, por lo que el subsidio interzafra llegaría solamente a 2.500 tareferos.
Los fondos se recaudan con el impuesto que se cobra a la yerba en góndola, que actualmente es de 60 centavos. Las organizaciones campesinas demandan que el valor de la estampilla sea del 5% del costo, es decir alrededor de $5. Y para ello, proponen un Fondo Especial Yerbatero que pueda recaudar lo suficiente para generar condiciones de dignidad para las familias tareferas.
- Por un subsidio interzafra digno.
- Basta de trabajo infantil y esclavo.
- Por tierra techo y trabajo para todos.
Corresponsal
Hoy N° 1738 10/10/2018