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29 de abril de 2014

Una vez más los trabajadores aceiteros y del resto de los gremios del complejo oleaginoso agroexportador del Gran Rosario lograron, con unidad y lucha, romper los topes salariales y abrirle la mano a las cerealeras multinacionales y el gobierno, consiguiendo un aumento del 38,9%.

Aceiteros rompen topes salariales

Complejo Portuario de San Lorenzo, Santa Fe

“¿Qué implica un aumento salarial? ¿Que los empresarios ganen menos? Y sí, eso implica y no quieren. Esta es la puja”. Así sintetizaba Daniel Yofra, secretario general de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina. (Ftciodyara) la lucha por abrir las paritarias en el cordón industrial del gran Rosario.

“¿Qué implica un aumento salarial? ¿Que los empresarios ganen menos? Y sí, eso implica y no quieren. Esta es la puja”. Así sintetizaba Daniel Yofra, secretario general de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina. (Ftciodyara) la lucha por abrir las paritarias en el cordón industrial del gran Rosario.
Como sucede ya desde 2011 la CGT San Lorenzo comenzó a principios de este mes a poner en discusión el Salario Mínimo Regional (SMR), el ex convenio COPA, que la organización gremial explica que es el salario mínimo, vital y móvil que corresponde calcular en base al artículo 14 bis de la Constitución y al artículo 116 de la Ley de Contrato de Trabajo. Esto es, la menor remuneración que debe percibir en efectivo el trabajador sin cargas de familia, en su jornada legal de trabajo, de modo que le asegure alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión.
En esta oportunidad el reclamo se hizo en forma conjunta con los trabajadores aceiteros nucleados en la Ftciodyara, y tuvo como cálculo base los $10.500 necesarios para cubrir las necesidades de un trabajador y su familia.
Los aceiteros y los 11 gremios que componen la central obrera sanlorencina tenían en frente a un negociador duro: las cerealeras y aceiteras multinacionales más grandes del mundo responsables de la exportación agraria argentina y asentadas en la vera del Paraná . El conjunto de empresas agrupadas en la Cámara de la Industria Aceitera de la República (Ciara) y la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio) conforman el polo agroexportador más grande de Argentina y de Latinoamérica. Este conjunto de empresas han sido las grandes ganadores del modelo económico kirchnerista y se han enriquecido con medidas como la devaluación que provocó una fenomenal transferencia de fondos desde los bolsillos de los trabajadores hacia estos grandes monopolios exportadores.
En palabras de Daniel Yofra, secretario general del Ftciodyara: “Las empresas siempre son intransigentes, es una línea histórica que refleja la relación de los trabajadores con las patronales. Obviamente que la posición que ellos presentaron en la Casa de Gobierno, es de mucho reclamo para el gobierno y no tanto para los asalariados. Nosotros pedimos lo que nos corresponde y ellos argumentan siempre que no lo pueden pagar, pero dentro de esa argumentación hay cuestiones políticas en el medio. Nosotros les manifestamos tanto a las patronales como al gobierno que no íbamos a subsidiar a las empresas”
Y en esta discusión aparece el gobierno porque también vería perjudicado sus ingresos, a través del no ingreso de las divisas correspondientes a las retenciones, de prosperar alguna de las medidas de fuerza que habían sido planteadas en medio de la negociación. Luego de fracasar varias reuniones entre las patronales y los trabajadores, la conciliación obligatoria e intervenciones del Ministerio de Trabajo de Santa Fe, la discusión se trasladó a la Casa Rosada.
Con un paro ya lanzado ante la intransigencia de las aceiteras y con una docena de gremios decididos a pelear por un salario que garantice lo mínimo para una vida digna, el gobierno nacional se vio obligado a intervenir. Con la participación del ministro de Trabajo Tomada en principio y luego con reuniones de urgencia en Casa Rosada donde participó Jorge Capitanich. El gobierno conoce la fuerza y las consecuencias que puede tener un paro como el que esta misma central llevó adelante en 2011 durante 9 días paralizando la agroexportación. Paro que permitió instalar el primer convenio que garantizó a todos los trabajadores del complejo agroexportador por igual un salario mínimo.
 
El acuerdo
El acuerdo logrado en base a la fortaleza de la unidad gremial tendrá vigencia entre el 1º de abril y el 31 de marzo de 2015. En el acta del Ministerio de Trabajo figura un aumento del salario inicial de la categoría más baja de 10 mil pesos y una suma no remunerativa de 500 pesos, que pasará a remunerativa en cinco meses. Esa diferencia opera en el cálculo de los aportes pero no en el cálculo de los adicionales, para los cuales la base es 10.500 pesos.
A este incremento se suma el “ajuste” del aumento puente acordado durante los primeros tres meses del año, del 25 al 29,5%, con carácter retroactivo. Esta actualización obedece al cálculo del piso salarial que realizó la federación aceitera para ese período. Para el nuevo año, lo elevó a 38,9%.
Hoy con la unidad de la CGT San Lorenzo y los aceiteros se demostró que es posible pelear por el salario necesario,  principalmente gracias a la lucha y la unidad de los trabajadores y sus organizaciones.