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23 de noviembre de 2022

Otto Vargas

Acerca de cómo investigar

Reproducimos extractos de la introducción al trabajo del querido camarada Otto Vargas, secretario general del PCR fallecido en el 2019, titulado Los Ignorados. Investigación sobre la existencia de campesinos pobres y medios en la Pampa Húmeda, que fuera publicado en Cuadernos de Editorial Ágora 2 (Buenos Aires, 1992).

Sobre cómo investigar, vamos a leer algunas citas del camarada Mao Tsetung. “Tomar esta actitud significa buscar la verdad en los hechos. Por «hechos» entendemos todas las cosas que existen objetivamente; por «verdad», la ligazón interna de las cosas objetivas, es decir, las leyes que las rigen, y por «buscar», estudiar. Debemos partir de las condiciones reales de dentro y fuera del país, la provincia, el distrito o el territorio, y deducir de ellas, como guía para nuestra acción, las leyes inherentes a esas condiciones y no leyes imaginarias, es decir, encontrar la ligazón interna de los acontecimientos que suceden a nuestro alrededor. Y para esto debemos basarnos en los hechos, que existen objetivamente, y no en nuestras ideas subjetivas, ni en un entusiasmo momentáneo, ni en la letra muerta de los libros; debemos captar con todo detalle el material y, a la luz de los principios generales del marxismo-leninismo, extraer de él conclusiones correctas” (Mao Tsetung, Reformemos nuestro estudio, O. E., tomo III, pág. 19).

“Proceder como «un hombre que caza gorriones con los ojos cerrados» o como «un ciego que pretende coger peces a tientas», tratar las cosas superficialmente sin penetrar en sus detalles, entregarse a una verborrea jactanciosa y contentarse con conocimientos pobres y mal asimilados: tal es el estilo de trabajo, extremadamente malo, que aún se observa entre muchos camaradas de nuestro partido, un estilo totalmente opuesto al espíritu fundamental del marxismo-leninismo. Marx, Engels, Lenin y Stalin nos enseñan que es necesario estudiar a conciencia la situación, partiendo de la realidad objetiva y no de los deseos subjetivos. Pero muchos de nuestros camaradas actúan en forma diametralmente opuesta a esta verdad” ( Ibídem, págs. 14 y 15).

“¿No puede usted resolver un problema? ¡Pues bien, póngase a estudiar su situación actual y sus antecedentes! Cuando haya investigado cabalmente el problema dejándolo claro, sabrá cómo resolverlo. Toda conclusión se saca después de haber investigado, y no antes. Únicamente un tonto, solo o reuniendo a un grupo de gentes se devana los sesos para «encontrar una solución» o «elaborar una idea» sin hacer ninguna investigación. Debe subrayarse que esto no conducirá en absoluto a ninguna solución eficaz, a ninguna idea provechosa… La investigación se asemeja a los largos meses de gestación, y la solución del problema al día del nacimiento; investigar un problema es resolverlo” Mao Tsetung, (Contra el culto a los libros, Textos escogidos, Pekín, Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1976, págs. 38 y 39).

“La segunda actitud es la marxista-leninista. Quien tiene esta actitud, aplica la teoría y el método marxista-leninista a la investigación y estudios sistemáticos y minuciosos de las circunstancias que le rodean. En vez de trabajar solamente movido por el entusiasmo, combina, como dice Stalin, el ímpetu revolucionario con el sentido práctico…” (Mao Tsetung, Reformemos nuestro estudio, O.E., tomo III, págs. 18 y 19).

Ustedes tienen el folleto de Mao sobre los métodos de dirección. Allí Mao plantea una cuestión muy importante: cuando un compañero de dirección va a un lugar de base, no es que él va a ayudar; puede ayudar, pero lo fundamental es que él va a aprender. Porque ¿cómo puede dirigir sin conocer? Por lo tanto es fundamental el método de dirección maoísta, el método de la línea de masas. No quiere decir que nosotros en el CC, en esto, seamos un dechado de virtudes; creo que no lo somos. Hay que preguntarse si los compañeros de las zonas son un dechado de virtudes con respecto de las células. El problema es si se va a una célula a ayudar a los compañeros a investigar una realidad concreta e integrar allí la línea, o si se va a dar directivas. Este es el problema esencial en el método. El compañero de dirección debe ir a una célula para conocer él un poco mejor la realidad, y así poder ayudar a los compañeros para que penetren en esa realidad, a investigar juntos, a pensar juntos.

 

Tres principios cardinales

En la investigación debemos tener en cuenta que siempre partimos de la posición del proletariado, que nuestro punto de vista es el de la lucha de clases y que nuestro método es el método marxista. Los comunistas siempre tenemos estos tres principios cardinales como guía.

 

Diferencias con Rusia

Hay compañeros que leen a Lenin, leen a Stalin y aplican mecánicamente. Por ejemplo, M.P. cuando la guerra de Malvinas dijo: “Es lo mismo que en Rusia en 1905 en la guerra ruso-japonesa, la posición del partido debe ser dar vuelta las armas, luchar por la derrota del ejército argentino en las Malvinas, dar vuelta las armas contra la dictadura, como los bolcheviques hicieron en la guerra ruso-japonesa”. Resulta que Rusia y Japón eran, ambos, países imperialistas opresores. Inglaterra es imperialista y Argentina es un país oprimido. La lucha no era entre una Inglaterra democrática y una Argentina fascista. Era una lucha entre un país imperialista, que quería defender una posición colonial, y un país oprimido y dependiente que luchaba por la recuperación de una parte de su territorio ocupado por esa potencia imperialista.

 

Diferencias con China

China era un país semicolonial, no dependiente como nosotros. Nosotros somos un país dependiente, que ha conseguido su independencia política; mientras que China era un país con enclaves ocupados; parte ocupaban los ingleses, parte los franceses, parte los japoneses. Inclusive en ciudades como Shangai había un barrio de los franceses, otro de los ingleses, otro de los norteamericanos, otro de los rusos, etc. Y era un país semifeudal. No capitalista, como nosotros; deformado por la dependencia, la subsistencia del latifundio, en fin, lo que ustedes han estudiado sobre la formación económico-social argentina. Es por eso que en China había un campesinado que, sobre una población de 600 millones de habitantes en el momento de la revolución, era de 500 millones; y el proletariado era una gota en el mar: eran 3 o 4 millones; había 12 millones de artesanos, millones de comerciantes. En cambio en la Argentina, sobre 9.900.000 personas económicamente activas –de acuerdo al censo del ’80– hay aproximadamente 7 millones de asalariados; es decir que las dos terceras partes de la población argentina activa económicamente son asalariados. Esta es una diferencia real que existe entre la Argentina y China.

China era un país dominado por varias potencias imperialistas, semifeudal y feudal, donde había señores de la guerra, caudillos militares; había terratenientes que eran dueños de provincias enteras. No se podrá entender nunca cómo triunfó la revolución china sin tener en cuenta esto. Por ejemplo, Chiang Kai-shek pierde una batalla con un ejército de x millones de hombres, pero ocurre que tenía un flanco con un señor de la guerra que tenían miles de hombres, otro flanco era semejante. Se entregaban esos flancos… Algunos de esos flancos estaban minados por el trabajo del partido. Esa era la realidad. Por eso es que las bases guerrilleras eran bases que ocupaban distintas provincias, porque en realidad esas provincias eran feudos. Por ejemplo, una base ocupaba tres provincias, y cuando los perseguían de un lado se pasaban a otra provincia, de ahí a otra. No es la situación que tenemos en la Argentina. Y la guerra, la revolución en China, fue armada desde el principio. Como dijo Stalin en el año 27, la característica de la revolución china, era que la contrarrevolución armada enfrentaba en el terreno militar a la revolución armada. Y por lo tanto la lucha revolucionaria fue armada desde el principio con base en el campo, con el campo rodeando la ciudad. Mientras que en la Argentina el proletariado no solamente es la fuerza directriz, sino que también es la fuerza fundamental de la revolución. Esto en general es así. Pero a esto hay que verlo en cada provincia. Por ejemplo, una cosa es Santa Cruz, que tiene una población de 130.000, donde 100.000 viven en ciudades; y otra cosa es La Pampa, y otra cosa Santiago del Estero o Misiones. Entonces en cada provincia hay que establecer con claridad cuál es la fuerza directriz y cuál la fuerza fundamental de la revolución.

 

Amigos y enemigos

Un problema fundamental a tener en cuenta en toda investigación es quiénes son nuestros enemigos y quiénes nuestros amigos. Esta es una cuestión de importancia primordial para la revolución. Un partido revolucionario es el guía de las masas, y cuando las desencamina ninguna revolución puede triunfar. A fin de conquistar con seguridad la victoria en la revolución y no desencaminar a las masas, tenemos que unirnos a nuestros verdaderos amigos para atacar a nuestros verdaderos enemigos. Y para distinguir el uno del otro, como enseña el marxismo-leninismo-maoísmo, tenemos que hacer un análisis general del status económico de las clases, de la sociedad argentina y de sus respectivas actitudes hacia la revolución.

 

Hoy N° 1940 23/11/2022