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30 de octubre de 2013

Otra víctima de la superexplotación de las grandes empresas.

Acindar: Otro trabajador muerto

Metalúrgico de Villa Constitución, Santa Fe

Roberto Sosa tenía un poco más de cincuenta años. Trabajaba, desde hacía 27 años en Acindar, en la sección amolado de palanquillas. El jueves 25 murió en medio del proceso productivo. Tenía esposa y cuatro hijos. Esta muerte es otra consecuencia de la superexplotación en empresas que, como Acindar, exigen mayor producción para superar su crisis, según dicen sus gerentes. 

Roberto Sosa tenía un poco más de cincuenta años. Trabajaba, desde hacía 27 años en Acindar, en la sección amolado de palanquillas. El jueves 25 murió en medio del proceso productivo. Tenía esposa y cuatro hijos. Esta muerte es otra consecuencia de la superexplotación en empresas que, como Acindar, exigen mayor producción para superar su crisis, según dicen sus gerentes. 
Acindar, según el balance presentado este año, facturó 6.200 millones de pesos en 2012, ubicándose en el puesto 58 entre las mil que más vendieron en Argentina. A razón de 11.959 pesos por minuto. El gobierno, con su patronal ley de ART, ampara estos regímenes laborales.
Los trabajadores pagan esa explotación con su salud y hasta con su vida. Por eso decidieron un cese de actividades de 24 horas en señal de duelo, y para exigir a la empresa medidas de seguridad laboral.