En un insólito mediodía de sol, en pleno invierno, se reunió la Comisión Cultural de la CCC para comer un locro y así juntar plata para su autosostenimiento. Además del exquisito locro que hizo el compañero Jesús, había unas empanadas que no tenían nada que envidiarle, preparadas por Gabriela, su compañera. Afuera del lugar, en la vereda, se fueron poniendo a tono unos choricitos, que volaron pronto.
Mientras todo se iba preparando, la compañera Florencia Martínez, acompañada por Danilo Heredia y Miguel Ángel Heredia, interpretó varios temas haciendo uso de una voz y de una garra que nos hizo recordar a la Teresa Parodi de otros tiempos.
Se la extrañó a la Gringa Venegas, que a menudo suele estar presente, pero que esta vez tenía otro compromiso. Luego vino el locro y ahí nos hermanó el silencio, se respiraba alegría. En el aire había un sabor y unos aromas tan nuestros, tan argentinos, que emocionaban.
Después habló el Negro, y nos contó la historia de la Comisión, desde que apareció la idea, allá por el 2001. Qué coincidencia, ¿no?, todos recordamos la explosión de la cultura popular después del Argentinazo. También nos contó del 2008, cuando la idea empezó a tomar forma a partir de los compañeros de la Corriente interesados en que se tomara el trabajo cultural. Las posibilidades que abrió la Ley de Emergencia Social conseguida con la lucha de los Cayetanos dio un impulso a esta iniciativa que venía desarrollándose, aunque al mismo tiempo generó contradicciones que hicieron que se alejaran algunos compañeros. “Fue muy difícil” expresó el Negro, y también lo comentaron después otros compañeros.
De hecho, con el proyecto cultural y todo, aún no están todos los compañeros incluidos en algún plan. Como contaba Jesús, “a veces ponemos plata nosotros mismos para que se hagan las cosas” – y agregaba – “pero uno lo hace por la cultura, porque esto no puede parar”. ¡Era como estar en un jardín lleno de flores abiertas! Después vinieron los pibes, Isaías y los hermanos Alvez, trayendo temas propios y galopas paraguayas que embanderaron el aire. ¡Cuánta emoción! ¡Cuántas ganas puestas en esas guitarras y voces!
Cuánta humildad, en cada uno de ellos, cuando anunciaron la entrada de “los maestros”, que eran el “Chino” Gorosito y Alberto Jaime, que nos trajeron las canciones de Horacio Guarany y muchas otras. No se alcanzaban a ver los dedos del Chino haciendo vibrar a la concurrencia que brindaba con aplausos. Todo era natural, todo era nuestro y muy querido, y lo teníamos allí, en esa locreada de la Comisión Cultural de la CCC – Matanza. No se podía dejar de pensar en cuántos Piazzolas, Bernis, Sosas, Spinettas y Discépolos hay en nuestros barrios más humildes, esperando un gobierno que les abra el camino de su pasión.
Cerraron la jornada los jóvenes, esta vez con canciones de La Renga, Los Redondos y La Berisso. Las hicieron entre ellos, cantando bajito, como el que no se anima a que lo escuchen, pero al final coparon a los presentes que compartían ya la pasta frola con el mate calentito y el sol que empezaba a emperezarse.
Un día patrio este 8 de julio en La Matanza, un día para recordar, un momento para siempre. Decía Mao: “El Ejército Cultural (…) no puede ser sino las grandes masas populares. Un trabajador revolucionario de la cultura que no vaya a las masas es un comandante sin tropas”. No cabe dudas que todavía tenemos mucho que aprender.
Corresponsal
Hoy N° 1726 18/07/2018
