El gobierno difundió la carta de intención que firmó con el FMI, de eso vamos hablar en esta ocasión, es un préstamo de 50 mil millones de dólares que fija un plazo de 36 meses para su ejecución, con lo cual irán monitoreando el cumplimiento o no de las metas que se propone el gobierno en relación a estos compromisos que asume.
En este Memorándum de Entendimiento admiten que la economía argentina si llega a crecer el 1,5 va ser mucho, lejos de ese 3% que hablaban a comienzo de año, esto implica que es una parte muy pequeña de la economía y de la producción que va a crecer, serán las partes que ellos favorecieron en estos dos años y medio, entre ellos el gran negocio inmobiliario, algo de automotores, algo de acero y aluminio y también serán sectores como en el sector agropecuario que al no tener sequía van a ser beneficiados los grandes terratenientes y las exportadoras de granos y cereales. En el acuerdo se expresa que si el déficit fiscal se mantiene podrían revisar la política impositiva, esto habrá que ir siguiendo en estos días. También están dentro de los que van a beneficiarse con esta política los exportadores de carne que están ansiosos por llevar la carne con huesos y hasta animales en pie a China.
Los otros puntos a los que haremos referencia son los siguientes:
- Se compromete a mantener un tipo de cambio flexible, esto quiere decir que seguirá la devaluación del peso argentino en función de los intereses de estos exportadores que hacíamos referencia, lo cual al mismo tiempo tiene su contracara porque van a encarecer las importaciones de los insumos industriales que necesitan internamente quienes importan maquinarias y algunos componentes industriales, por lo tanto no sabemos a cuánto llevarán el dólar, si ya está hoy a 28,80 puede ser que lo quieran a 30, a 35, es decir no se sabe cómo evolucionará en ese sentido este tipo de política de cambio flexible.
- El gobierno admite en la Carta de Intención que la inflación puede ser de un 27 % en el 2018, lo que hace suponer que en la realidad la inflación este año va a superar el 30% o puede estar en el 35% y tal vez se arrime a lo que había sucedido en el 2016. Esto significa pérdida de salario real de quienes tienen salario fijo y se agrava si pretenden enchalecar las discusiones paritarias en el 15%, si ellos dicen que la inflación va a ser de un 27% no pueden pretender que los gremios y los trabajadores acepten el 15% como techo, el conflicto es evidente.
- Le firman al Fondo que las provincias “van a acompañar el esfuerzo fiscal”, lo dicen textualmente, esto significa menos presupuesto para los salarios de los empleados públicos provinciales, para las necesidades de salud, educación, las obras publicas que se necesitan imprescindibles y viviendas. Esto ya se está viendo porque hay gobernadores que manifestaron que no habrá aumentos superiores al 15 %. Lamentablemente UPCN ya aceptó una cláusula de aumento escalonado del 15%.
- Prometieron al Fondo que van a seguir los ajustes en tarifas de gas, luz, transporte y en aumento de combustible, el argumento es que tienen que bajar el nivel de subsidios, el aumento de precios en combustibles encarece todo, porque lo que se produce mayormente en el centro del país se traslada al interior a precios más elevados.
- Otro punto del Memorándum dice que se va seguir avanzando en la reforma previsional, dentro de este paquete de avanzar en la reforma previsional está la liquidación del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES. Esto significa entre otras cosas, privatizar las acciones que la ANSES tiene en empresas importantes; en el año 2017 el Fondo de Garantía tenía aproximadamente 56 mil millones de dólares en activos y el año pasado ya empezaron a usarlo. Las empresas donde la ANSES tiene sus acciones son importantes, por ejemplo, el Grupo Clarín, Banco Macro, Edenor, Banco Galicia, una empresa como Aluar, Holsin, que es productora de cemento propiedad de un grupo suizo, Camuzzi italiano, Cresud del Grupo Soros. Estas son algunas de las empresas a las que ellos le van a dar el Fondo de Sustentabilidad, vendiéndoles las acciones a precios muy bajos, con lo cual se licúa o liquida lo que era una garantía que tenía el sistema previsional para poder encarar la política previsional, y al mismo tiempo van al ajuste en el nivel de las jubilaciones y no a aumentos para recomponer el poder adquisitivo, tal como lo demandan los jubilados. El argumento es que con esos fondos harán frente al déficit que tiene el sistema previsional y nada más a mano que liquidar lo que había sido la recuperación de los fondos que tenían las AFJP cuando se decidió estatizar nuevamente el sistema previsional.
Por ello decimos que esto es una política de entrega, que además de ponerse bajo el control del FMI y del Banco Mundial, van a entregar recursos, fondos y acciones que son de propiedad pública.
Lo voceros del gobierno y muchos economistas en los grandes medios de comunicación dicen que este es un Fondo bueno a diferencia del Fondo malo de antes, porque declaran que van a mantener el gasto social. Puede ser que nominalmente en el presupuesto que aprueben para el 2019, a precios corrientes, se mantenga el nivel del gasto social, pero el problema es que con la inflación y los tarifazos que seguirán en adelante, la pérdida del poder adquisitivo de los asalariados, de los que reciben planes y subsidios, o la Asignación Universal por Hijo, se seguirán licuando aún más y pierdan capacidad adquisitiva y por lo tanto por más que mantengan nominalmente o en porcentaje el gasto social, los sectores populares tendrán menor poder adquisitivo. El Gobierno tendrá que medir hasta dónde lleva el ajuste, porque la respuesta se está dando en la calle.
En síntesis, el acuerdo con el FMI lo paga el pueblo y se hace a costa de intereses nacionales como es en el caso de los fondos da la ANSES, para beneficiar a un reducidísimo sector de monopolios y de grandes terratenientes. Por último hay que decir que la respuesta popular va a seguir estando en la calle, así como se hizo la gran Marcha Federal que culminó el 1º de junio en Plaza de Mayo, la oposición a esta política tuvo expresión en el lanzamiento del un Frente que se llama En Marcha y que se encamina a dar batalla en el terreno electoral.
El cambio de la presidencia del Banco Central por Caputo no es otra cosa que poner a quien ha hecho el trabajo de vincular al Gobierno desde su inicio con el capital financiero internacional.