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05 de marzo de 2014

Acuerdo usurario por el 51% de YPF

El país tendrá que pagar casi 12.000 millones de dólares entre capital e intereses

Reconociendo haberse “olvidado” de anunciarlo oficialmente, la presidenta tuiteó: “Lo más importante. El viernes mandé al Congreso el proyecto de ley para tratar (el) acuerdo entre el Estado argentino y Repsol” (para pagarle a esa empresa imperialista española lo que ella consideró valen las acciones expropiadas).

Reconociendo haberse “olvidado” de anunciarlo oficialmente, la presidenta tuiteó: “Lo más importante. El viernes mandé al Congreso el proyecto de ley para tratar (el) acuerdo entre el Estado argentino y Repsol” (para pagarle a esa empresa imperialista española lo que ella consideró valen las acciones expropiadas).
El gobierno kirchnerista realizó este acuerdo después de haber dicho que era Repsol la que tenía que pagar, por el vaciamiento de YPF y los daños ambientales, y sin haber realizado ninguna acción al respecto en dos años, incumpliendo incluso la legislación argentina al no requerir previamente el dictamen del Tribunal de Tasaciones de la Nación.
Se trata de 5.000 millones de dólares que la Argentina entregará en bonos del Tesoro, que Repsol podrá negociar libremente. Pero como dichos bonos, pese a que pagan una usuraria tasa de interés en dólares, se venden en el mercado a un precio inferior al nominal por el llamado “riesgo argentino”, Repsol requirió una garantía que cubra la diferencia entre lo que reciban en efectivo por esos bonos y el monto de indemnización reclamado: 1.000 millones de dólares adicionales, es decir una usura del 20% más, por sobre la ya usurarias tasas en dólares que “rinden” esos bonos.
En consecuencia Argentina entregará a Repsol un paquete fijo de bonos por un valor nominal de 5.000 millones de dólares compuesto por: Bonar X (US$500 millones), Discount 33 (US$1.250 millones) y Bonar 2024 (US$3.250).
Y un paquete adicional de 1.000 millones de dólares compuesto por: Boden 2015 (US$400 millones), Bonar X (US$300 millones) y Bonar 2024 (US$300 millones).
Todos estos son títulos que, los venda o no Repsol, devengarán intereses en dólares que se tendrán que pagar anualmente hasta el vencimiento de los mismos, a una tasa de interés que llega al 8,75% anual en dólares –como es el caso de los Bonar 2024, el principal monto–, teniéndose que pagar por supuesto el total del monto de cada uno de los bonos a su vencimiento. 
Haciendo las cuentas el país tendrá que pagar hasta el año 2033 en total 5.966,9 millones en intereses más los 6.000 millones del monto de los bonos; un total de 11.966,9 millones de dólares.
“En vez de pagar en efectivo, pagaste en cuotas con intereses. Saliste ganando”, se vanaglorió después Kicillof. Eso sí, garantizando una usura fenomenal.
Pues al otorgarle a Repsol los 1.000 millones más, le permite vender los 6.000 millones en bonos que recibe de Argentina hasta un 80% por debajo de su valor nominal. Así la tasa de interés efectiva del conjunto de esos bonos resulta en un promedio del 10,6% anual en dólares, para la propia Repsol o para quien se los compre: un premio extraordinario a la usura imperialista, cuando en la misma España casi “en quiebra” no consiguen más que un 4% de interés anual incluso a 30 años de plazo.
Urge la movilización para que el Congreso de la Nación rechace este leonino y oscuro acuerdo (ver página 4), con el que se pretende cerrar “toda acción o reclamo legal” inhabilitando al país para investigar y accionar contra Repsol por las deudas del vaciamiento de YPF y los pasivos ambientales, que superan con creces el valor del 100% de las acciones, no sólo del 51%. ¡Por una YPF 100% estatal, con el control de los trabajadores, técnicos y la población de las zonas!