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02 de diciembre de 2020

Dolor popular por la muerte de Maradona

Adiós al Diego

El miércoles 25 se murió el Diego. El que como futbolista dio a nuestro pueblo las alegrías más grandes. Salido de una barriada de Villa Fiorito, nunca renegó de su origen humilde.

Maradona fue y es el principal ídolo deportivo de nuestro pueblo, y de muchos pueblos del mundo. Porque en medio de las contradicciones del que llegó a ser la persona más conocida del planeta, y sinónimo de Argentina en el lugar más recóndito, representó mejor que nadie la rebeldía de un pueblo, sus esperanzas, y la osadía de un país dependiente de enfrentar a las potencias imperialistas, como Inglaterra. Esto explica el amor por Maradona en países como la India, Bangladesh o Palestina.

Maradona muere llorado por millones. “El más humano de los dioses” lo calificó alguna vez Eduardo Galeano, poniendo en palabras esos contrastes entre sus luces y sus sombras.

Se murió Maradona, el que en su vida y en política tuvo actitudes y posturas contradictorias y condenables en distintos momentos. Desde sus coqueteos con sectores del poder, hasta su conocido machismo.

El Diego reconoció sus adicciones con aquello de “yo me equivoqué pero la pelota no se mancha”, y habló del daño que éstas le hicieron: “Qué jugador hubiera sido…”.

Maradona fue el que podía estar dirigiendo equipos de jeques árabes, al tiempo que se enfrentaba a los poderosos que manejan el negocio del fútbol, y a muchos mandamases de algunas potencias imperialistas. Fue el del tatuaje del Che, el que reivindicó en los últimos tiempos el impuesto a las grandes fortunas. Todo eso y mucho más fue el Diego.

Nuestro pueblo lo recordará para siempre como uno de sus hijos más queridos, entre tantas cosas por esos goles a los ingleses en el Mundial de 1986, y que ya son parte de la larga lucha por la recuperación de nuestras Malvinas.

La multitudinaria despedida que expresó el gran dolor popular, fue truncada por las internas políticas y las de los barras bravas, la represión del gobierno de Rodríguez Larreta y bastante inoperancia del gobierno nacional.

Esa despedida tuvo y tiene su continuidad en las millares de anécdotas que se pasan de generación en generación, y seguro tendrá su continuidad en las canchas y los potreros donde miles de pibes y pibas detrás de una pelota harán presente a Maradona y soñarán con ser como él, uno de los pocos sueños autorizados para cambiar un presente de pobreza y necesidades en esta sociedad injusta.

Llegará el día, más temprano que tarde, que daremos vuelta el viento y nuestro pueblo forje nuevos héroes y heroínas, que no tengan que depender de un triunfo personal en el arte, el deporte o la ciencia, para vivir mejor. Mientras tanto, lloramos al Diego en su despedida.

 

Escribe Germán Vidal

Hoy N° 1843 02/12/2020