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18 de abril de 2018

Crónicas proletarias- 306

Ajusticiamientos y asesinatos (3)

El viernes 15 de junio de 1923 era asesinado Kurt Gustav Wilckens, el anarquista alemán que había ajusticiado al teniente coronel Varela, responsable del fusilamiento de 1.500 trabajadores en la Patagonia. Esto desató una inmensa huelga reclamando justicia. El lunes 18 el paro era total en los principales centros proletarios. La FORA anarquista había lanzado un paro por tiempo indeterminado. La Unión Sindical Argentina (central que reemplazó a la FORA X) se sumó a la lucha. “La policía, por órdenes del gobierno nacional (el Presidente de la Nación ya era Marcelo T. de Alvear) enterró de incógnito el cadáver de Wilckens, para impedir un funeral de masas. Entonces, la FORA V convocó a una manifestación en Plaza Once para el martes 19 a las 14 hs.
Ese día, a las 18 hs., la Unión Sindical Argentina (USA) ordenó levantar la huelga. Lo hizo con palabras combativas, pero dejó sola a la FORA anarquista. El acto de Plaza Once terminó en brutal tiroteo. En la zona estaba el Sindicato de Panaderos, sede de la FORA V, allí quedó un tendal de muertos y heridos (2 muertos y 17 heridos graves). Hubo 163 detenidos. También hubo un policía muerto y tres heridos. Durante la noche siguieron los incidentes: quema de tranvías, ataques a policías, entre otros. La USA, presionada por estos acontecimientos, decidió mantener el levantamiento del paro para volver a parar el día del entierro de uno de los obreros asesinado en el Sindicato de Panaderos. Pero como la policía hizo desaparecer su cadáver, utilizando este pretexto la USA levantó el nuevo paro. Pese a su actitud, la huelga continuó en el puerto, el gremio del calzado, conductores de carros, pintores, guincheros, Luz y Fuerza, expendedores de nafta, entre otros”, cuenta Otto Vargas en El marxismo y la revolución argentina, tomo 2.

El Partido Comunista, frente al ajusticiamiento de Varela, planteó “Somos enemigos de la violencia individual; la consideramos ineficaz. La historia nos ha enseñado a comprenderlo así. Pero, frente a estos hechos que responden a un ansia colectiva de justicia, ante acontecimientos que como éste, tienen su origen en la violencia desmedida y sangrienta de arriba, contra la cual nada pueden los de abajo, no surge de nuestros pechos la condenación”.
Cuando Wilckens fue asesinado, el PC se sumó a la huelga general. Pero sus militantes, que eran parte de la USA, acataron el levantamiento de la huelga el 19. Esto se vio en que la Unión Obrera de la Capital Federal, que dirigía el PC, levantó el paro, y La Internacional, diario del PC, planteó que la USA “ha hecho bien en fijar un término al movimiento”.

 

Hoy N° 1713 18/04/2018