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16 de mayo de 2012

La alemana Merkel perdió en su propia casa. Los responsables directos de las políticas antipopulares, también derrotados en Francia y Grecia, y repudiados en España.

Alemania: “voto castigo” a la política de Merkel

Hoy 1419 / Su candidato, derrotado en Wetsfalia del Norte

En Europa se viene un verano caliente.
Los resultados de las elecciones del pasado domingo 13/5 en Westfalia del Norte, la región industrial más poblada de Alemania (13,8 millones de electores), fueron un duro revés para Angela Merkel y su gobierno. Fue el peor resultado para los democristianos (CDU) en años: perdieron casi 9 puntos en relación con los socialdemócratas (SPD).

En Europa se viene un verano caliente.
Los resultados de las elecciones del pasado domingo 13/5 en Westfalia del Norte, la región industrial más poblada de Alemania (13,8 millones de electores), fueron un duro revés para Angela Merkel y su gobierno. Fue el peor resultado para los democristianos (CDU) en años: perdieron casi 9 puntos en relación con los socialdemócratas (SPD).
El candidato de Merkel, Rötgen (actual ministro de Medio Ambiente) con un discurso basado en la necesidad de austeridad –discurso que repite el actual programa alemán para Europa–, recibió el castigo de los electores en su propia casa.
El voto a los socialdemócratas no es una señal de confianza, sino un voto castigo a las políticas del gobierno nacional. Para muchos está claro que el SPD no va a cambiar sustancialmente la situación, en una región con grandes índices de desocupación, pobreza y endeudamiento.
Las fuerzas de izquierda no lograron convencer. A pesar de que algunas agrupaciones llamaron a votar a Die Linke (“La Izquierda”), la debilidad del trabajo de base y su dirigencia oportunista a nivel nacional han cosechado un pésimo resultado, con la pérdida de tres puntos en relación a 2010 y la salida como fuerza del parlamento provincial.
Los resultados en esta región son muy importantes porque son el casi el borrador o la tendencia que históricamente influye en la elecciones nacionales.
Europa tambalea: las desesperadas maniobras en Grecia para evitar nuevas elecciones, donde muy probablemente Syriza, la actual coalición de la izquierda, obtendría una mayor cantidad de votos, con lo cual podría gobernar, pone los pelos de punta al gobierno aquí en Berlín.
Si antes Grecia era la piedra en el ojo, ahora se ha convertido en una verdadera pesadilla.
Syriza parece inamovible en su actual posición de no aceptar el pacto de la Troika, y por ende el pacto fiscal propuesto por el gobierno de Merkel.

 

Pacto fiscal en la cuerda floja
El lunes 14 llegó Hollande a Berlín a discutir ese pacto. Hollande ganó las elecciones en Francia justamente con una posición contraria a la dupla Merkel-Sarkozy, que teniendo en cuenta el descontento de la gente y el odio acérrimo ante el discurso ultraneoliberal y xenófobo de Sarkozy era la única posibilidad para sumar votos.
De todos modos Hollande, al igual que el SPD en Alemania, no representará ningún cambio sustancial, ya que los partidos sodialdemócratas, tanto en Francia como en Alemania han aceptado prácticamente todas las medidas neoliberales propuestas por gobiernos conservadores. Es más: políticas neo- liberales como la agenda 2010 fueron implementadas por el gobierno socialdemócrata de Gerhard Schroeder.
Ahora, el principal problema para Merkel es la debilidad de su propio partido y la debilidad de sus socios en la coalición –los liberales del FDP– quienes, aunque estas últimas elecciones no fueron tan catastróficas como las anteriores, han tenido que salir del parlamento en cinco provincias. Así que la aceptación del pacto fiscal correría serio riesgo de no ser aceptado en Berlín.

 

La crisis incendia los gobiernos
Pero lo que suena, y bien fuerte, es la presión social en todo el continente. Esto es lo determinante: la crisis incendia uno a uno los gobiernos. Y Alemania en el largo plazo no va a ser la excepción.
Este fin de semana ha habido manifestaciones en grandes ciudades europeas; las más grandes en España (30.000 en Madrid y 40.000 en Barcelona): los indignados han salido nuevamente a las calles en conmemoración del primer año de su surgimiento, y en protesta contra los bárbaros recortes impulsados por el gobierno de Mariano Rajoy. “Esto no es una crisis, es una estafa”, gritaban los indignados el sábado en Madrid.
Esta semana se realizará una gran manifestación ante la Bolsa de Frankfurt, contra las políticas de hambre y miseria de la Banca, la Troika y el gobierno nacional alemán. Nos espera un verano más que caliente…