Adelantamos estas primeras reflexiones sobre las elecciones del 14 de agosto. La campaña hacia el 14/8 ha sido un gran esfuerzo de muchos compañeros y amigos, integrada con las luchas y con las afiliaciones al PTP, que ha logrado avances en llegar a las masas, romper el aislamiento, y avanzar en el reagrupamiento de fuerzas. Los cambios producidos con el amplio triunfo electoral de Cristina Kirchner, y el golpe político al MPS, en medio de la crisis internacional y la oleada de luchas que tiene como expresión más avanzada a Jujuy, nos exigen volver a ir a las masas, escuchar sus opiniones, en las fábricas, el campo, los barrios, las aulas, para hacer un balance en profundidad en función de las perspectivas que se abren para la Argentina.
1. El triunfo de Cristina K
Cristina Kirchner logró una amplio triunfo con el 50,07% de los votos en las elecciones internas del domingo pasado, que tuvieron un alto porcentaje de votantes. Aventajó por 38 puntos al segundo candidato, Alfonsín, y a Duhalde, el tercero. Binner fue cuarto y, pese a perder en Santa Fé, hizo una buena elección nacional. La presidenta ganó en 23 distritos, incluyendo la Capital Federal, Santa Fe y Córdoba, donde sus candidatos habían sido derrotados semanas atrás. Solo perdió en San Luis, donde Alberto Rodríguez Saá la superó por 24 puntos, y realizó una buena elección nacional. Las listas de diputados kirchneristas ganaron en 22 distritos. En las tres elecciones internas provinciales, simultáneas con la nacional: Buenos Aires, San Juan y Entre Ríos, se impusieron sus candidatos.
Alta votación
Mucha gente fue a votar. Superó todas las previsiones. Quisieron participar, ser protagonistas. Y en esta situación el hecho político era la elección. Esta elección concreta, en la que cada uno puso un voto en concreto en relación a su situación, a cómo ve la Argentina actual y hacia dónde va. Con quién piensa que puede mejorar y con quién no. En el escenario electoral armado por los de arriba se ofrecían dos opciones electorales: 1) el gobierno kirchnerista, y 2) Alfonsín–De Narváez, y Duhalde.
Esta actitud de las masas demuestra que fue justo señalar el cambio de su situación respecto del 2001 que se discutió en diciembre del 2010, y tomar la decisión de trabajar por la personería del PTP y trabajar para reagrupar fuerzas en la situación concreta de un escenario electoral en medio de las luchas.
Algunas razones del voto a Cristina K
“Voto a Cristina porque me dio la jubilación”, “la voto para que no me quiten la asignación por hijo”, “ahora tenemos aumentos en las paritarias”. Pesó, en el voto a la presidenta, medidas tomadas por su gobierno que favorecieron a las masas, incluyendo las que el gobierno tomó para sectores agrarios luego de la lucha contra la “125”. Estas medidas llegaron a masas en situaciones difíciles, y aunque cada una de ellas tiene limitaciones, que hemos señalado, fueron tenidas en cuenta por los sectores que optan por el voto útil. También influyeron medidas como el cambio de la Corte Suprema; el discurso sobre los derechos humanos y hechos como el juicio a genocidas de la dictadura, la ley de medios, el matrimonio igualitario; y un cambio de discurso sobre algunas cuestiones nacionales.
Frente a la aceleración de la inflación, el gobierno reaccionó concediendo a las luchas obreras que, en muchos casos, impusieron aumentos a los trabajadores en blanco que contrabalancearon la carestía creciente. Además, el gobierno pudo aprovechar una situación favorable producida por la reactivación relativa de la economía, y los temores de las masas por las amenazas de la crisis internacional, temores que se agudizaron frente al nuevo pico de esa crisis mundial, porque tienen fresca la memoria de la hambruna y la desocupación brutales del 2001 que golpeó a millones de familias. “Todos mis amigos van a votar a Cristina porque tienen terror de ver a su papá como hace 10 años”, dijo un joven. Frente al recuerdo de esos sufrimientos temen un salto al vacío.
La lucha y el debate de masas
Sectores de las masas ven al gobierno kirchnerista haciendo lo posible. Ir más a fondo, por cambios revolucionarios, no es posible. Y que este gobierno permite hacer lo posible.
Otros sectores de las masas consideran que este gobierno es el mal menor frente a las propuestas de sus rivales.
Gran parte de las masas que votaron a Cristina K quieren ir por más, y tienen la idea de que con este gobierno es posible ir por más.
No hay enamoramiento del gobierno K. Hay una corriente de masas a favor del gobierno K. Hay otra corriente opositora al gobierno K. Y hay una gran masa intermedia que ha estado y sigue en disputa.
La disputa a nivel de las masas es centralmente con el kirchnerismo. Esa disputa es clave. Así como es clave integrar la lucha con el debate en las masas. Sin lucha es muy difícil avanzar. Pero en lugares en donde se lucha, sin disputa política en las masas, éstas terminan votando al gobierno K. Donde integramos bien lucha de masas y la disputa política de masas, es donde pudimos avanzar.
El aparato del Estado
Claro está que, a las razones políticas hay que unirle el uso descarado del aparato del Estado, sus “cajas” y su aparato político, social y de medios, para mantener bajo presión a sectores de las masas más pobres, y para comprar la voluntad de punteros, intendentes y gobernadores. Un ejemplo de esto fue la reunión de Cristina K con los intendentes cordobeses, luego de que el PJ de esa provincia decidiera dejar en libertad de acción a sus votantes.
También, la plata y los medios con que los monopolios y los terratenientes han armado a sus proyectos y candidatos.
2. Alfonsín y Duhalde perdieron
Una gran masa, ante la posibilidad de que llegue a la presidencia Duhalde, optó por el voto a Cristina K. Duhalde en la noche del escrutinio volvió a colocarse como abanderado del procesismo de la dictadura. Dijo que venía a enfrentar a “la subversión”. Lo que fue coherente con su campaña electoral en la que trabajó abiertamente para atraer los votos de la Federal, la Bonaerense y la resaca procesista militar.
También, el ataque de Alfonsín y Duhalde a los subsidios, alentados por Clarín que repetía hasta el cansancio que en otros países los servicios se pagan hasta 10 veces más que en la Argentina, dejó en claro que esta derecha venía por un ajuste ortodoxo.
Grandes masas vieron en esta derecha un futuro de ajuste y mano dura, frente al cual, el gobierno K se presentó como el mal menor.
En las 4 elecciones previas a las del 14 de agosto, el pase de facturas de sectores agrarios y de sectores peronistas, abrió interrogantes sobre lo que iba a pasar el 14 de agosto, que exigían estar con el oído bien pegado a las masas. Debemos escuchar bien a las masas para comprender los cambios que se produjeron, tanto en los sectores obreros y populares de las ciudades (que había perdido el kirchnerismo en el 2007), como en sectores agrarios (que perdió después de la rebelión contra la 125). También, las razones por las que el peronismo, el 14/8 se unió, en gran medida, atrás del voto a Cristina K (y a Scioli, en Buenos Aires).
3. Los de arriba
Lo que une a los de arriba es la preocupación por la gobernabilidad.
El sector de burguesía intermediaria y terratenientes que expresa el gobierno de Cristina Kirchner ganó un round clave en la pulseada por demostrar que este gobierno es el que garantiza la gobernabilidad del sistema. Petroleros, mineros, rosca sojera, grandes terratenientes como los Benetton, y otros del bloque dominante, apuntalan a este gobierno K, aunque a algunos de ellos les disguste, más o menos, su excesiva voracidad por los negocios y el poder. Como dijo el jefe de Clarín, Héctor Magnetto, de Néstor K, cuando estaba aliado con él: “tiene una propuesta inteligente”, refiriéndose al doble discurso, y las concesiones para comprar y cooptar dirigentes y organizaciones sociales y políticas.
Un sector del bloque dominante, Magnetto (Clarín), Rocca (Techint) y Pagani (Arcor), trabajaron para el armado de una opción política. Primero fue el acuerdo de Alfonsín y De Narváez, que se estiró, en la segunda vuelta de la Capital Federal, al coqueteo con Macri. Luego consideraron que el tendal de víctimas dejadas por el armado a dedo de “las listas cristinistas” le permitía a Duhalde recoger los heridos. Y ante el pase de facturas a candidatos cristinistas en las elecciones previas al 14 de agosto, creyeron llegada la hora de Duhalde para disputar el peronismo bonaerense y forzar a Cristina K, el 23 de octubre, a una segunda vuelta, para la que ya trabajaban con la fórmula de encolumnar a todos atrás del que salga segundo el 14 de agosto. Fue un fracaso.
La división de los de arriba tiene que ver, con las mediaciones del caso, con la crisis que envuelve a los centros imperialistas (a algunos más abiertamente y a otros de manera más solapada), que estimula las contradicciones entre esas potencias (y en consecuencia, entre grupos de burguesía intermediaria y de terratenientes ligados a cada una de ellas), agudizando la fragmentación del bloque dominante en la Argentina, un país en disputa.
El fracaso de Magnetto, Rocca y Pagani mostró que las masas no quieren salir del kirchnerismo por la derecha tradicional, sea con Duhalde, o con la versión algo perfumada de Alfonsín y De Narváez.
Por otra parte, más allá de una buena campaña electoral de la fórmula Altamira – Castillo, apelando a las reservas democráticas de las masas para romper la reaccionaria cláusula del 1,5%, hay que tener en cuenta que llegó de la mano de las campañas del kirchnerista Silvestre, Jorge Rial (especialista en cuestiones de la farándula) y Chiche Gelblung. Por lo que se puede decir que el sistema logró instalar su propia izquierda con la fórmula Altamira-Castillo.
4. Las brasas y el auge
El estallido de masas en lucha por tierra y vivienda en Jujuy, se inició con el acampe de la CCC en Libertador, y fue reprimido sangrientamente con cuatro asesinatos. La ocupación fue defendida por las masas, y luego se generalizó en toda la provincia. El tema de la tierra y la vivienda, para vivir y para trabajar es un drama de millones de familias. Jujuy es la gran avanzada de esa lucha, como se vio en el gran acto de Libertador de la semana pasada. Hay cientos y cientos de ocupaciones en todo el país. Muchos miran hacia Jujuy viendo el camino para avanzar y lograr conquistas.
El drama del pan, el trabajo, el techo y la tierra estallan y muestran que las brasas del Argentinazo siguen ardiendo, y que el auge de la lucha de las masas, con sus avances y retrocesos, sus triunfos y sus derrotas, sigue en curso.Los de arriba no pudieron sacar a los de abajo de las calles como se ve en Jujuy. Y como se ve en las elecciones, entre otras cosas en gran parte del voto a Cristina K, quieren ir por más y no aceptan vivir con ajuste y mano dura.
5. Un golpe político
El 14 por la noche, Cristina Kirchner levantó como uno de los logros de su “nueva política” a la ley electoral de internas abiertas y simultáneas. Una ley reaccionaria y proscriptiva. Fue el PCR la primera fuerza que presentó, ante la Corte Suprema, un recurso por la inconstitucionalidad de esa ley. Luego hubo otra presentación del PTP y otras fuerzas. Esa ley fue acordada entre el gobierno K y la dirección de la UCR para reconstruir un bipartidismo. Un artículo clave de esa ley, que exige el 1,5% en las internas para participar en las elecciones, impide la presentación de la fórmula presidencial del Movimiento Proyecto Sur (MPS) en octubre, ya que no llegó en ese porcentaje de votos.
Ese resultado electoral del MPS es un golpe político que nos afecta a todos los que integramos esa fuerza. De ahí la necesidad de buscar las causas de ese golpe político.
Hemos venido señalando que las dos derechas, la del gobierno K y su doble discurso, y la que responde a Clarín, Techint y Arcor, jugaron con todo para impedir el armado de una fuerza popular, que se bocetó en un momento de aproximación entre nueve organizaciones políticas: Proyecto Sur, GEN, PSA, Unidad Popular, MST, PS, Libres del Sur, Partido Nuevo y PTP-PCR. Esa posibilidad despertaba expectativas en otros sectores políticos y sociales, porque emergía una fuerza nueva que podía confrontar con la política del gobierno K, y denunciar los planes de la otra derecha. Cuando decidimos ingresar al MPS, señalamos que esa unidad “a nosotros (…) nos puede ayudar mucho en la medida en que se amplíe verdaderamente. Nos puede ayudar mucho al reagrupamiento de fuerzas populares” (Conferencia Nacional del PCR, 11/12/2010). El PTP y el PCR, se integraron el Movimiento Proyecto Sur, trabajando por esa unidad, y al cerrarse esa posibilidad, seguimos en el MPS.
Lo primero que dejó en claro esta elección del 14 de agosto (cómo ya se veía en la campaña de afiliación al PTP) es que el debate político central en las masas era con el gobierno K. Pero surgieron ideas de que era posible “provincializar” las elecciones, apoyándose en 4 distritos: Santa Fe, Capital Federal, Córdoba y Buenos Aires, sin tener en cuenta que ésta es una elección presidencial. Se consideraba que hacer buenas bases en esos 4 distritos abría el camino hacia… las elecciones del 2015. Lo que no tenía en cuenta ni las necesidades del reagrupamiento político en función de las luchas de las masas, ni la perspectiva de la Argentina, con su economía enferma, en medio de la crisis mundial.
En el MPS, la decisión de Pino Solanas de bajar su candidatura a presidente, que señalamos en su momento como un error, dejó vacío un espacio imprescindible en una elección presidencial, y para el reagrupamiento de fuerzas para la lucha. Un vacío que no pudieron llenar la abnegación y el discurso programático justo de los compañeros Alcira Argumedo y Jorge Cardelli, y de cientos de militantes en todo el país, entre ellos los del PTP y el PCR. En muchas provincias la candidatura presidencial de Pino había despertado expectativas, en diversos sectores, sobre todo en la juventud, también de agrupaciones peronistas; expectativas que su bajada frustró. Hubo dispersión de fuerzas, y hubo, también, un castigo de parte de sectores que tuvieron expectativas y se decepcionaron.
Además, algunas de las fuerzas que integran el MPS se consideran sus “dueños”, toman las decisiones sin democratizar el Movimiento abriéndolo a otros sectores sociales y políticos, incluso consideran a algunos de sus integrantes, como el PTP y el PCR en situación de “stand by” (algo así como estar en la puerta). Debatimos, sin respuestas, contra esas actitudes hegemónicas y sectarias.
6. Hacia donde vamos
Hay cambios en la situación política.
A partir de los resultados del 14 de agosto, mantendremos los esfuerzos, hacia los comicios del 23 de octubre, con los candidatos a diputados nacionales en la Capital Federal, Chubut, Neuquén y Mendoza, y los frentes provinciales del MPS que integramos. También trabajaremos en los frentes que integramos para las otras elecciones provinciales que restan: el FAP en Buenos Aires y en Corrientes, el Frente Opositor en San Juan, Confluencia por la Emancipación en Río Negro, Encuentro Sur en Santa Cruz y Opción Social Popular en Formosa. Y para los frentes municipales que integramos. El PTP y el PCR marchan a decidir la posición electoral para presidente y vice.
Jujuy alumbra el camino para avanzar en la lucha por pan, trabajo, techo y tierra que viene estallando en la Argentina, unida al conjunto de reclamos de las masas populares.
Vamos a seguir trabajando, en este escenario electoral, impulsando las luchas y la solidaridad con las ocupaciones por tierra y vivienda en Jujuy, y exigiendo el castigo a los responsables directos y políticos de los asesinatos en Libertador.
Hemos pagadocon acuerdos no equitativos en las listas de candidatos por no haber llegado a la personería electoral. Por eso vamos a hacer campaña electoral con la ficha de afiliación al PTP en la mano para llegar al 23 de octubre con la personería nacional y en cada provincia. Lo que exige no reducir el movimiento a la lucha económica, sino unirlo a “patear” casa por casa, integrando la lucha con el debate político de masas.
Reafirmamos nuestra política de reagrupamiento de las fuerzas populares, patrióticas, democráticas y antiimperialistas, con la que hemos avanzado en estas elecciones, con la que peleamos para las luchas, con la perspectiva de tormentas sociales y políticas, y con el objetivo de la revolución de liberación nacional y social.
La economía argentina está enferma, no está blindada frente a los cimbronazos de la crisis que sacuden el mundo. Tampoco somos ajenos a las tormentas de lucha obrera y popular que conmueven a Europa, a los países árabes y ahora a Chile. Las elecciones del 14 de agosto muestran la necesidad de dar una gran batalla política en las masas, de pelearle al gobierno K las masas que disputa, trabajando para la unidad de las fuerzas populares, patrióticas, democráticas y antiimperialistas para darle a esas masas en lucha un centro coordinador para las tormentas, como la de Jujuy hoy, y las que se avecinan.