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02 de octubre de 2010

Ante la crisis energética

Hoy 1328 / Luchar para que no la siga pagando el pueblo

 La actual crisis energética es consecuencia directa de las privatizaciones de YPF y Gas del Estado, que dejó en manos de monopolios extranjeros los recursos energéticos de nuestro país.
Con YPF y Gas del Estado estatales, en 1989 había casi 40 años de reservas de gas, 18 años de reserva de petróleo y 5 millones de usuarios de gas por redes. El 95 % de las reservas de hidrocarburos del país, las descubrió YPF.
Los Kirchner, que apoyaron a Menem en la privatización de YPF, profundizaron la entrega, con leyes como la “Ley Corta”, que permitieron la prórroga de contratos petroleros a Pan American y Repsol por 40 años y beneficiaron con renegociaciones y nuevas concesiones a sus testaferros y amigos: Ezquenazi, Cristobal Lopez y Lázaro Baez.
El resultado, fue que las reservas de hidrocarburos han disminuido drásticamente y hemos perdido el autoabastecimiento; somos importadores crecientes de gas natural, electricidad, gasoil y naftas y la exploración prácticamente no existe.
Las consecuencias de esta política las paga el pueblo.
En primer lugar los sectores más humildes que dependen del gas envasado, cuyo precio, tomando la “garrafa social”, que prácticamente no se consigue, es cuatro veces superior al del gas por red.
Con la privatización de YPF, la provisión de gas en garrafa, dejó de considerarse un servicio público. Repsol-YPF concentra el 54% de la producción, más del 60 del transporte y cerca del 70% del almacenamiento del gas envasado. Le siguen Total y Extragas.
El público cautivo se agrava regionalmente, en las regiones donde no hay red de gas natural. En la provincia de Buenos Aires el 40 % por ciento de la población no tiene gas natural mientras que en la misma Ciudad de Buenos Aires esta cifra alcanza una proporción significativa en villas.
En todo el país hay 600 puestos de venta de ‘garrafas sociales’ donde se venden menos de 100.000 unidades por mes, cuando hay cinco millones de usuarios de garrafas. Como ejemplo, en la ciudad de La Plata existen sólo tres puestos de expendio, en Bahía Blanca sólo cuatro, mientras que en toda la provincia de Misiones se encuentran habilitados tan sólo 25. Eso significa que la inmensa mayoría paga la garrafa de 10 kg. a más de 25 pesos.
En invierno, cuando aumenta el consumo energético, escasea la provisión de garrafas, lo que da lugar a la especulación que aumenta el precio escandalosamente. Muchos hogares humildes deben recurrir a la leña, el kerosene, el carbón o el papel, para afrontar el frío.
Otra consecuencia, es el corte o la reducción del suministro de gas en la industria, provocando: adelantamiento de vacaciones, suspensiones, paradas técnicas, etc.
Aumentan los subsidios del Estado para importar gasoil, fueloil y gas. En el primer semestre de 2010 los subsidos a Enarsa se duplicaron con respecto al mismo período del año pasado. YPF potenció la importación de gas desde Bolivia, y de Trinidad Tobago –utilizando como máscara a Enarsa– importando gas natural licuado mediante los buques “metaneros”.
Esos fondos públicos, que son de todos los argentinos, se restan de la salud, la educación y las obras de infraestructura como gasoductos para hacer llegar gas natural a ciudades y provincias que no lo tienen mientras los monopolios petroleros siguen girando sus ganancias al exterior.
El saqueo de nuestros recursos estratégicos, las exportaciones ilegales, las remesas de utilidades a exterior y la ausencia de inversiones en exploración y descubrimiento de nuevos yacimientos, nos llevaron a la presente crisis.
La única forma de superarla es con la reestatización de YPF y Gas del Estado, para que la renta petrolera, que alcanza los 20.000 millones de pesos anuales, se destine a la exploración, explotación, el desarrollo de nuevas fuentes energéticas y a resolver las necesidades de nuestro pueblo.
Autoconvocados por la Nacionali-zación del Petroleo y el Gas, Fetera y Moreno, convocan a una reunión a realizarse el martes 3 de agosto, en Independencia 766 (Capital Federal), para discutir un plan de lucha frente a la actual crisis energética.