Noticias

03 de octubre de 2010

Sobre la base de un documento del PCR- JCR de Tierra del Fuego, se analiza la situación creada a partir de la renuncia (deliberada y desestabilizadora) del vicegobernador Basanetti.

Ante la crisis política en Tierra del Fuego

Hoy 1227 / Se requiere un comité de crisis provincial

La crisis producida por la renuncia del vicegobernador no es casual. El objetivo es el debilitamiento del gobierno y condicionarlo al máximo ante las decisiones trascendentes sobre recursos naturales, puerto, obra pública, endeudamiento, etc.
El actual gobierno provincial ganó producto de distintas circunstancias; entre otras, porque distintos actores de la política en la Isla (ligados al manfredottismo del PJ y el estabillismo en el MPF) “jugaron” para que pierdan otros (Coccaro /Garramuño); y por el inmenso hartazgo de miles de fueguinos que, sobre todo en la 2ª vuelta, utilizaron el voto al ARI como modo de castigar a la “vieja” política.
Las esperanzas y/o expectativas depositadas en este gobierno fueron (y aún están) en parte importante de la población; especialmente en terminar con la impunidad, la coima, los “hijos y entenados”; esperan un modelo distinto en lo productivo, educativo, de salud, deporte, con mayor justicia distributiva.
El escenario en el que asumieron (aunque era sabido por todos) es de extremo condicionamiento; producto de los desmanejos del coccarismo y sus cómplices, muchos de los cuales hoy están en la Legislatura. Entendemos como desacertadas las medidas que tomaron en los primeros días de gobierno: en la asunción de Ríos y Basanetti, entre otros se encontraba el ministro del Interior Florencio Randazo, y la gobernadora de la provincia despegó al gobierno nacional de la situación de la provincia. Gran error. ¿Tal vez esperanzada en que la presidenta cumpliría con el envió del ATN (de 50 millones de pesos) que está a la firma desde diciembre y todavía espera?
Luego, cuando debió hacer frente al pago de los salarios estatales de diciembre y el SAC, recurrió al pedido de adelantamiento de coparticipación y aceptó un nuevo condicionante del Ejecutivo Nacional sin chistar: la adhesión total a la Ley de Responsabilidad Fiscal.
El gobierno ha tomado algunas medidas que van en el sentido esperado por la mayoría (impulsó una nueva tarifaria fiscal, la apertura de los hospitales, el pago de la expropiación de Renacer la cual le servirá al gobierno para resolver entre otros temas, espacios para educación, la elevación de las asignaciones familiares aunque de modo desprolijo que deberá corregir, subsidio a los obreros de la construcción, le otorga la posibilidad de domicilio a los pobladores irregulares en los asentamientos, etc.).
Como también va tomando medidas que son de carácter reaccionario, descargando la crisis y la inflación sobre los trabajadores, en particular los estatales, y el equipamiento necesario para que se pueda atender la demanda social (desde elementos mínimos de limpieza en escuelas, comedores, hospitales). Por distintas acciones el gobierno va contribuyendo a instalar en la sociedad lo que se decía antes de las privatizaciones en los ´90, despreciando la mano de obra estatal y dejándolos ante la sociedad como una pesada carga.
Por otro lado, el conjunto de los trabajadores de la provincia están en condiciones laborales y salariales de extrema precariedad: fábricas con la gran mayoría del personal contratado, salarios con ticket canasta, derechos laborales como la comida y las guarderías inexistentes. El caso más emblemático es el de los obreros de la Hilandería Fueguina, que aun esperan alguna solución. A esto se debe sumar la paralización de la obra pública y en gran medida de la privada. En lo productivo, sólo realiza gestiones y presentaciones a embajadas; hasta el momento carecemos como provincia de un modelo productivo regional.

¿A quién favorece la renuncia del vicegobernador?
Sin dudas, la renuncia es un duro golpe al gobierno provincial; se podría decir en la “línea de flotación” del mismo. Lejos está de querer favorecer (como dijo el ex vicegobernador) a F. Ríos; la debilita y genera mejores condiciones a quienes quieren condicionar/desgastar a este gobierno. Es una “jugada” muy pesada. La conferencia de prensa a pocas horas de enterarse de la renuncia fue una clara muestra de debilitamiento y confusión del gobierno.

Debemos prepararnos para terciar
Los sectores populares y trabajadores, los pequeños y medianos comerciantes, los jóvenes, estudiantes y el pueblo en general, no podemos ser, nuevamente, espectadores en la resolución de la actual crisis, como ya sucedió en varias oportunidades. No será a través del camino artillado de las “instituciones” que controlan las corporaciones y los partidos de la corrupción que se saldrá de esta crisis a favor del pueblo. Todo lo contrario; al gobierno provincial lo están “esperando” en la Legislatura, en Nación, en la Justicia, para condicionarlos más aun (como muestran los primeros meses de este gobierno). Los Kirchner y los socios locales han demostrado su voracidad. Vienen por todo; por las nuevas áreas petroleras, por el turismo, puerto, bancos. Se puede salir de esta crisis a favor de los sectores populares tomando el ejemplo que dejó la histórica lucha agraria y federal, con el protagonismo de todos los que no quieran retroceder. El modo de resolución que proponen desde algunos sectores de la Legislatura –poniendo como centro la tan mentada “gobernabilidad”– es un camino que llevará al fracaso a este gobierno y permitirá que sectores que se encuentran agazapados intenten retornar al poder. El gobierno debe convocar a un Consejo Provincial de Crisis para salir de esta situación con medidas populares.
El gobierno tiene dos opciones: sale con los trabajadores, los pequeños y medianos comerciantes, jóvenes y estudiantes; o con los que llevaron a la provincia a estar en esta situación.
Nos pronunciamos claramente contra todo tipo de desestabilización (institucional o económica) y apostamos a una salida distinta a las que vivimos los fueguinos: Conformación ya de un Comité de Crisis Provincial a favor de la educación y la salud pública y gratuita, la soberanía económica y política, la producción y el salario.