El 6 de enero el Partido Comunista Revolucionario cumplió 50 años de vida. 50 años manteniendo en alto las banderas revolucionarias del marxismo-leninismo-maoísmo.
José Mizrahi fue casi desde sus inicios, uno de sus militantes. Se afilió al PCR a fines de los sesenta, principios de los 70. Era estudiante de Medicina en la UBA.
El 6 de enero el Partido Comunista Revolucionario cumplió 50 años de vida. 50 años manteniendo en alto las banderas revolucionarias del marxismo-leninismo-maoísmo.
José Mizrahi fue casi desde sus inicios, uno de sus militantes. Se afilió al PCR a fines de los sesenta, principios de los 70. Era estudiante de Medicina en la UBA.
A principios de los años 70 estuvo a la cabeza de la lucha por los derechos de los estudiantes y por el esclarecimiento del asesinato por parte de la Policía Federal de Armando Riccioti, estudiante también de Medicina. También, en 1974, enfrentando a los asesinos de Daniel Winer, una banda de mercenarios golpistas que regenteaba la misión Ivanisevich. Winer era dirigente del Centro de Estudiantes de Ingeniería.
Mizrahi fue un activo y convencido defensor del gobierno constitucional de Isabel Perón, totalmente consciente de que su derrocamiento traería como consecuencia el golpe de Estado. No se equivocó; no nos equivocamos.
Cuando obtuvo su título de médico, lo puso a disposición del Comité Central del Partido y este decidió que se instalara en San Nicolás. Así lo hizo.
Por años, junto a ejercer su profesión, fue un activo militante en la reconstrucción del PCR en San Nicolás, diezmado por la dictadura.
Años después, requerido por el Comité Central del Partido tomó tareas nacionales, y permaneció en nuestra ciudad.
Fue duramente perseguido y reprimido por el director del Hospital San Felipe, Ismael Passaglia, quien finalmente logró expulsarlo del Hospital San Felipe y trasladarlo al Hospital de Ramallo. Una tremenda injusticia y revanchismo por diferencias políticas e ideológicas.
Años después, juicio mediante, logró volver al Hospital donde actualmente se desempeñaba como Jefe del servicio de Terapia Intensiva.
Fue, además, constructor de la Cicop en San Nicolás y ciudades vecinas. Y durante años codirigió el Círculo Médico.
Pero por sobre todas las cosas fue un luchador preocupado por los más humildes de nuestra ciudad. Un luchador social y político, valiente, sensible a los sufrimientos de su pueblo durante toda su vida.
Señoras y señores, jóvenes y mayores: de pie, los puños en alto, ha muerto un comunista.
