Ya en enero de 2008, en los acuerdos de precios impulsados por Moreno, el anuncio fue que los productores iban a cobrar 1 peso por litro de leche. Las empresas, incluso las firmantes, nunca llegaron a pagar más de 80 centavos. La promesa fue reiterada por la propia presidenta en octubre de 2008, con un anuncio de subsidio de 10 centavos hasta los 1.500 litros diarios por tambo, que la mayoría de los productores nunca vieron. Recién tras la derrota electoral del 28 de junio de 2009, y el día antes de la reunión convocada un mes después, la presidenta anunció una elevación del subsidio a 20 centavos hasta los 3.000 litros diarios por tambo.
En cuanto al tema de la alimentación de los terneros machos recién nacidos, en diciembre de 2008, también la presidenta en persona anunció que se iban a levantar en tierras fiscales cinco enormes feed lots para engordar los terneros overos hasta que lograran un peso adecuado de faena. Como Moreno todavía no puede hacer milagros, en marzo de 2009 se anunció que se iba a comenzar a subsidiar directamente a los productores con 200 pesos por ternero que alimentaran por seis meses.
Estos son sólo un par de ejemplos referidos a los anuncios para los tamberos. También está la promesa de junio de 2008 de mantener en 1,70 pesos el kilo vivo de la vaca conserva a cambio de liberar las exportaciones de termoprocesados, que a los dos meses los monopolios frigoríficos dejaron de cumplir, no pagando más de 0,90 el kilo. Los casos se pueden multiplicar con las promesas del “precio lleno” para el trigo, que sólo han beneficiado a los monopolios del cereal, e incluso con la rebaja a las retenciones de las producciones regionales, que el 22 de diciembre de 2008, la presidenta anunció se reducirían a la mitad: mientras eso se cumplió para la lana patagónica (Bennetton, agradecido), los productos de otros lugares siguen esperando.
02 de octubre de 2010
