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30 de noviembre de 2010

Comisión Política  -  6 de julio de 1975

Aplastar al golpe prorruso

Documentos del PCR / tomo 4

Los dirigentes de la CGT han dispuesto la realización de un paro general para los dial 7 y 8 de julio.
Ese paro se monta en las justas reivindica­ciones y aspiraciones de los obreros y em­pleados e invoca en su convocatoria al Ge­neral Perón.
Pero se realiza para servir al golpe de Esta­do prorruso que preparan los militares la­nussistas, principalmente en la Marina, con los monopolios golpistas de Gelbard y Bunge y Born, entre otros.

Los dirigentes de la CGT han dispuesto la realización de un paro general para los dial 7 y 8 de julio.
Ese paro se monta en las justas reivindica­ciones y aspiraciones de los obreros y em­pleados e invoca en su convocatoria al Ge­neral Perón.
Pero se realiza para servir al golpe de Esta­do prorruso que preparan los militares la­nussistas, principalmente en la Marina, con los monopolios golpistas de Gelbard y Bunge y Born, entre otros.
El objetivo de ese paro y de ese golpe es obligar a la Sra. Presidente Isabel de Perón a formar lo que el P“C” revisionista llama un “gabinete de coalición cívico-militar” que transforme a Isabel en un títere de los tes­taferros y sirvientes de la URSS en la Ar­gentina, y si eso no es posible, derrocar a su gobierno. A ese golpe se lo llama “insti­tucionalista” porque electo el presidente del Senado el golpe seguiría aparentemente los carriles constitucionales, pero ¿cómo puede ser “institucional” un golpe que niegue a un presidente electo por millones de votos el derecho a designar su gabinete o su secre­tario privado? ¿Cómo puede ser “institu­cional” un golpe que, si no logra lo anterior, avanzará hasta destituir a la Presidente de la Nación?
A ese golpe se lo llama “institucionalista” pero en realidad como dicen al oído los prosoviéticos, es un golpe que dejará el gobierno a un puñado de militares prorrusos de la trenza Lanusse-Carcagno-López Aufranc y Anaya. Es un golpe que utilizando los sentimientos antiyanquis de nuestro pueblo intenta cambiar el amo viejo yanqui por el amo nuevo ruso.
Los jerarcas cegetistas Herreras, Miguel, Rodríguez y otros están entregados de cuerpo y alma a ese golpe. Son vulgares agentes de monopolios que como Fate-Aluar esconden las inversiones de los imperialistas rusos o de monopolios golpistas asociados a aquellos, como el monopolio de Bunge y Born.
Se han montado en la defensa de salarios que ellos convinieron con los dirigentes gol­pistas de la CGE y en la defensa de la Ley 14.250, pero el golpe que empujan va a anu­lar la 14.250 y la va a reemplazar por otro pacto social que congele nuevamente los sa­larios.
Esos jerarcas que durante años han traicionado las luchas y los intereses de la clase obrera. Esos jerarcas que durante meses ne­gociaron las paritarias sin informar qué era lo que se pedía ni lo que se les ofrecía. Esos jerarcas que vendieron una y mil veces a la dictadura de Onganía, Levingston y La­nusse los intereses obreros, se han disfraza­do de combativos para utilizar al movimien­to obrero al servicio del golpe. También en 1966 se movilizaron por la Ley 11.729. Hizo manifestaciones, ocupaciones, plan de lucha, y mientras los obreros luchaban por sus in­tereses, los jerarcas sindicales con Vandor a la cabeza preparaban el golpe que dio On­ganía en 1966.
Como se dice en las fabricas “todo es confuso”. Lo único claro es que la conducta de los dirigentes sindicales “es oscura”.
Por eso van a un paro para las cero horas del lunes, impidiendo que las Asambleas de fábricas o gremios pueden discutir esa pro­puesta.

El plan Rodrigo

Los jerarcas sindicales se montan en las medidas del plan Rodrigo.
El plan Rodrigo facilita todo ya que pre­tende atacar con reformas monetarias e impositivas los efectos de la crisis económica y no sus causas. Esa crisis tiene su origen co­yuntural en la crisis económica del mundo capitalista, en los desastres causados por los resultados del nefasto “plan Gelbard”. Pe­ro sus causas de fondo están en la dependen­cia del país al imperialismo, principalmente yanqui, y en la subsistencia del latifundio. Y el plan Rodrigo no hace pagar los platos rotos a quienes lo rompieron: los monopolios imperialistas, especialmente yanquis y los grandes terratenientes. Por ello, será inefi­caz para resolver la crisis y los problemas de las masas populares.

¡¡¡OTRO 55 NO PASARA!!!

Por todo ello el PCR ante el grave peligro que amenaza a la patria llama a la clase obrera y el pueblo a enfrentar el golpe pro­imperialista que intenta cambiar el amo viejo por el amo nuevo. Al amo yanqui por el amo ruso.
Llamamos a la clase obrera y al pueblo a ganar la calle en repudio al golpe.
Los golpistas están llevando al país a la guerra civil y para derrotarlos el pueblo de­be unirse y armarse porque en definitiva ellos darán la batalla decisiva en ese terreno. La consigna debe ser

¡¡¡OTRO 55 NO PASARA!!!

Para ello es preciso:    
*    Asambleas en cada sección, en cada fabri­ca, en cada gremio y organizaciones popu­lares pare derrotarlos.
*    Barrer de las Comisiones Internas, Cuer­pos de delegados y sindicatos a los diri­gentes trenzados con las patronales gol­pistas en una nueva Unión Democrática.
*    Coordinar actos, manifestaciones y pronunciamientos de unidad antigolpista.
*    Organizarse y armarse pare batirlos en el terreno en que sea necesario.

La crisis puede resolverse a favor del pueblo

*    La crisis económica puede resolverse a favor del pueblo si se toman las siguientes medidas:
*    La nacionalización del comercio exterior, con estricto control del contrabando.
*    El severo control de divisas y el desconocimien­to de la deuda externa de tipo usurario y neo­colonialista.
*    La nacionalización de la banca con estricto control del crédito.
*    El impuesto a las grandes fortunas, castigando severamente la evasión fiscal.
*    La expropiación de los monopolios que provo­can el desabastecimiento confiscando los productos acaparados o desviados del consumo
*    La inmediata creación de un organismo nacional de compra y comercialización de productos agro­pecuarios e industriales vitales para el abaste­cimiento expropiando a los monopolios extranjeros, principalmente yanquis y restringiendo a los monopolios nacionales que actúan en esa esfera.
*    La nacionalización de las destilerías de Esso y Shell y las empresas monopolistas de capital yan­qui, como Rigolleau; Cargill; Minera Aguilar; Ducilo; General Motors; y otras básicas para asegurar un manejo independiente de la industria.
*    El control obrero de la producción con delega­dos obreros electos directamente par las bases.
*    La reforma agraria, expropiando sin indemni­zación los latifundios de propiedad de los grandes terratenientes asociados a los yanquis y de aque­llos que traban el progreso del agro y es nece­sario expropiar para asegurar el acceso a la tie­rra de los sectores oprimidos del campo.
*    La política activa de unidad antiimperialista, y firmemente tercermundista, tanto en lo inter­no como en lo internacional.

Planteamos que no es el pueblo el que tiene que pagar la crisis que han generado los enemi­gos de la patria, sino los grandes monopolios; principalmente yanquis, y los terratenientes oli­garcas.
Y los siguientes reclamos:
a)    450.000 pesos de sueldo mínimo y el cobro inmediato del aumento del 80 %.
b)    Vigencia de condiciones de trabajo aprobadas en las paritarias.
c)    Precios diferenciales, compra preferencial; tie­rra y créditos para los campesinos pobres y medios.
d)    Ingreso irrestricto y becas para obreros y campesinos pobres y medios en la escuela secun­daria y en la Universidad.
e)    Viviendas dignas para todos los trabajadores, con un pago no mayor del 10% del sueldo del ocupante; expropiación de las viviendas ocupadas propiedad de las compañías constructoras, que se dedican a la especulación, y adjudicación de las mismas a obreros y empleados.
f)    Libertad a todos los presos antigolpistas y de los combatientes del movimiento obrero y popu­lar; democracia para el pueblo y cárcel para los conspiradores; movilización para barrer a los je­rarcas sindicales y a los gobernadores golpistas, asegurando la democracia sindical y la autono­mía federal de las provincias.

Si las masas populares se unen y luchan, el golpe será aplastado porque es repudiado por las grandes masas populares peronistas y no peronistas.
La consigna de la hora es:

¡¡¡OTRO 55 NO PASARÁ!!!

Frente al golpe, junto al pueblo peronista, defender al gobierno de Isabel para avanzar en el camino de la liberación definitiva del pueblo y de la patria.