En este juicio, denominado “mega causa La Perla”, que se extenderá por varios meses en el Tribunal Oral Federal 1 de Córdoba (TOF1), también estarán en el banquillo los responsables del secuestro y asesinato del dirigente universitario del PCR Raúl Molina, quien fue presidente del Centro de Estudiantes de Arquitectura en dos períodos consecutivos y Sec. Gremial de la FUC (Federación Universitaria de Córdoba).
En este juicio, denominado “mega causa La Perla”, que se extenderá por varios meses en el Tribunal Oral Federal 1 de Córdoba (TOF1), también estarán en el banquillo los responsables del secuestro y asesinato del dirigente universitario del PCR Raúl Molina, quien fue presidente del Centro de Estudiantes de Arquitectura en dos períodos consecutivos y Sec. Gremial de la FUC (Federación Universitaria de Córdoba).
Para el inicio del juicio, como parte de la campaña nacional del PCR y la CCC para “que se pudran en la cárcel” los genocidas, además de los compañeros cordobeses, se hicieron presentes delegaciones de distintos lugares del país como La Matanza, Zona Sur, Zona Norte, Zona Oeste y Quilmes-Berazategui-Varela, del Gran Buenos Aires. También compañeros de Capital Federal y Neuquén, y la Comisión de Homenaje a las Madres de Quilmes. Todos encabezados por un cartel que dice “Cárcel común, perpetua y efectiva a todos los genocidas”.
Quién fue René Salamanca
Para conocer aspectos fundamentales de la vida de René Rufino Salamanca, ese obrero cordobés que llegó a ser secretario general del Smata Córdoba durante dos períodos consecutivos (1972-1974, 1974 hasta su secuestro), y que era miembro de la Comisión Política del Comité Central del PCR, rescatamos algunos párrafos de la semblanza hecha por el secretario general del PCR, Otto Vargas, en el libro de Jorge Brega “¿Ha muerto el comunismo?”: “…la impresión que me produjo Salamanca en ese primer encuentro fue imborrable. Salamanca era un obrero de cerca de 28 años, unos diez años menor que yo. Para ese entonces yo había conocido una cantidad importante de dirigentes obreros… Sin embargo, nunca conocí a un obrero con las características de Salamanca, con un conocimiento tan profundo, tan de abajo, del movimiento obrero cordobés. Era un compañero que cuando hablaba, y como producto de su experiencia, hacía siempre una caracterización del movimiento obrero desde las entrañas del mismo y desde allí iba a la caracterización de los dirigentes…
Salamanca tenía una aversión muy grande al foquismo… porque rechazaba todo lo que implicase un menosprecio del rol revolucionario de la clase obrera….Tampoco he visto, salvo Gody Álvarez, un compañero con una confianza tan enorme, infinita se podría decir, en las capacidades revolucionarias de la clase obrera…. A esto unía una concepción muy clara sobre el rol del partido… Otra característica de René era su humildad, una humildad profunda de vida… Fue él quien implantó en el sindicalismo argentino algo desconocido hasta entonces, que fue lo de seguir ganando como dirigente sindical lo mismo que ganaba como obrero en la fábrica, y combinar el trabajo de dirección con el retorno periódico a la producción… Otro rasgo que deseo destacar, verdaderamente notable, era su capacidad para conocer el estado de ánimo del conjunto de la masa…”
Cartas de Salamanca
Las cartas que René Salamanca dirigiera a sus compañeros mecánicos, son un instrumento esencial para las nuevas generaciones de clasistas y de revolucionarios.
En su Carta abierta a los compañeros trabajadores, de diciembre de 1974, el líder de los clasistas cordobeses, el que, junto con Agustín Tosco y Atilio López conformó una CGT de Córdoba que fue ejemplo para todo el movimiento obrero, planteó “En el país se ha ido creando una situación golpista, como en 1955. Eso obliga a definirse con claridad a todo el mundo. Y yo ya estoy definido: yo estoy contra todo golpe de Estado, venga de donde venga”.
Y poniéndose al frente de la lucha contra el golpe de Estado que se avecinaba, afirmó Salamanca: “Nosotros, desde mayo de 1969, somos la auténtica vanguardia del proletariado argentino, somos quienes hemos desarrollado las experiencias más a fondo. En nombre de ese pasado y ese sentimiento, en nombre del orgullo de los mecánicos, y de una voluntad antiimperialista inclaudicable, vamos a denunciar y derrotar a los golpistas, vamos -como en el Cordobazo- a seguir abriendo un verdadero camino hacia el futuro de la clase obrera y el pueblo, y su alternativa de liberación independiente, nacional y profunda”.
Casi un año después, en su Carta a los compañeros trabajadores de octubre de 1975, Salamanca, ya con el sindicato intervenido por la dirección nacional del Smata, y buscando formas para seguir en la dirección concreta de los trabajadores, ya no desde la sede del gremio, insistía: “Los obreros argentinos no podemos reflexionar hoy fuera de un marco concreto: la patria está en peligro; como en todas las horas decisivas (como en el 30, el 45, el 55, el 66 y el 69) tenemos frente a nosotros dos opciones. O se profundiza la dependencia del imperialismo, el poder de los monopolios y los terratenientes y la superexplotación popular, o se profundiza la liberación, la marcha revolucionaria del pueblo con los trabajadores a la cabeza. El primer camino es el camino del golpe contra el gobierno peronista de la señora Presidente, golpe que puede ser proyanqui o prorruso, porque las dos superpotencias conspiran y buscan someternos. El segundo camino es el de la lucha antigolpista, para aplastar a los conspiradores y avanzar a fondo en las tareas de la liberación y la unidad de los patriotas…”
Peronistas y comunistas revolucionarios
En esa misma carta, hay una reflexión que tiene gran actualidad: “¿Qué está pasando en el movimiento obrero argentino hoy, qué perspectivas se abren para el futuro? Lo cierto es que el general Perón dejó corporizadas en los trabajadores un conjunto de ideas, que forman parte de su conciencia política y de las banderas del justicialismo… Yo no creo -como los aventureros prosoviéticos- en la “desperonización”; los compañeros peronistas no van a dejar de serlo para convertirse en “miguelistas”, “herreristas” o “camporistas”, y su dirección natural, quien continúa y representa a Perón es la señora Presidente. Yo creo que los compañeros son peronistas por un proceso profundo, que respetamos, pero también sé que la necesidad del combate contra el imperialismo y el golpe, de profundizar la liberación, conllevan otros conceptos: la dirección del proletariado en ese proceso, la necesidad de aplastar al enemigo con el pueblo en armas, la articulación del frente único popular contra el enemigo principal, la existencia de un fuerte y gran Partido que desarrolle esa política. La necesidad histórica de estos rasgos para triunfar, llevará a los trabajadores a la negación crítica de su experiencia anterior para avanzar a un nivel superior: el marxismo-leninismo. Y nosotros, los marxistas-leninistas, comunistas revolucionarios, empalmamos con esa corriente negando y superando en lo esencial las ideas y prácticas revisionistas, aplicando así el marxismo-leninismo a la realidad de nuestro país. Así luchamos por el fin de la dependencia, por la revolución democrática y nacional, y nos unimos a los compañeros peronistas y los demás patriotas contra el golpe de las superpotencias”.