El 22 de febrero, el gobierno provincial firmó un convenio de entendimiento con el Grupo Al Korayef, ofreciendo tierras fiscales de todos los chaqueños para la explotación de un proyecto agroalimentario del grupo desarrollador de tierras más grande del mundo. Este proyecto para la producción de alimentos para Arabia Saudita, que tiene en disponibilidad 220 mil hectáreas, no tiene antecedentes en Latinoamérica, dicho por los participantes en la reunión. Los otros países hermanos no han llegado a tanto.
El 22 de febrero, el gobierno provincial firmó un convenio de entendimiento con el Grupo Al Korayef, ofreciendo tierras fiscales de todos los chaqueños para la explotación de un proyecto agroalimentario del grupo desarrollador de tierras más grande del mundo. Este proyecto para la producción de alimentos para Arabia Saudita, que tiene en disponibilidad 220 mil hectáreas, no tiene antecedentes en Latinoamérica, dicho por los participantes en la reunión. Los otros países hermanos no han llegado a tanto.
Semejante propuesta de entrega en explotación a poderosos grupos extranjeros, de las tierras que son negadas a los pequeños y medianos productores y a los pueblos originarios, es una ofensa para todos. No sólo viola la Ley de Tierras que quieren modificar, de lograr imponerla, porque viola la propia Constitución provincial.
Lo que quieren mostrar como novedoso, no es más que la Ley de Enfiteusis de la época de Rivadavia y antes, de la Corona Española con la que arrendaban las tierras para la puesta en producción, pagando un canon -que en la mayoría de los casos no lo hacían o lo disfrazaban porque estaban ligados al poder de turno- y fue la base para que pos- teriormente se quedaran con la posesión de millones de hectáreas, consolidando la base latifundista de la Argentina.
Se habla de tierras ociosas, cuando nuestra provincia se desangra con miles de chaqueños que emprenden un éxodo para no volver por falta de ellas o de apoyo para la producción. Así lo indican los primeros datos provisorios del último Censo, mostrando que mientras el crecimiento intercensal anterior fue de un 21%, este fue de un 7%. Para los que se quedan en el campo y tienen generaciones viviendo en esas tierras “improductivas”, se suceden los desalojos, la represión y los juicios. Para los que se quedaron con casi dos millones de hectáreas con el saqueo de la tierra pública de los gobiernos anteriores, hasta ahora reina la impunidad.
En ese marco provincial y ajustado al modelo nacional de un país agroexportador como en la época de los ingleses, productor de “agroalimentos”, como en una pesadilla, se fue aún más allá todavía, proponiendo que los poderosos del mundo que requieren nuestros productos, exploten nuestras tierras. Para ello “ofrecen” canalizar el Río Bermejo, viejo sueño de un desarrollo productivo social y no de beneficio para unos pocos. El proyecto oficial de Palo Marcado que regaría 200 mil hectáreas de esa zona, ¿en beneficio de quién sería?
El principal expositor del emprendimiento fue Daniel Tardito, director ejecutivo de todos los emprendimientos nacionales e in- ternacionales de Eduardo Eurnekian a quien el gobierno nacional le acaba de dar un crédito de $45 millones para producir arroz en el Chaco, que dará trabajo a 22 personas.
Mientras trabajan aceleradamente en estos proyectos, miles de pobladores de El Impenetrable, mayoritariamente originarios se mueren de hambre, sin un solo proyecto que les permita vivir dignamente. La Corte Suprema ha intimado a los gobiernos nacional y provincial dar respuestas a esta situación extrema. Es un genocidio silencioso de muerte y éxodo que deja libres esas tierras para emprendimientos como estos. La voracidad y disputa de distintos sectores por las tierras, ha llevado hasta el asesinato que ocupa últimamente las páginas de los diarios.
Con orgullo hablan del crecimiento de la economía al 9%, la disponibilidad de 52 mil millones de dólares en el Banco Central y el crecimiento de la recaudación provincial. Crece la economía pero es para unos pocos, la inflación que es parte de este proyecto que imprime billetes hasta en Brasil para salir a comprar dólares. Pretenden evitar que el mismo caiga resintiendo el ingreso por las exportaciones y permitiendo a la vez, recaudar más impuestos con el aumento de los precios. Con ello, aumenta la pobreza y los sueldos no alcanzan. Proyectos como estos concentran aún más y extranjerizan el uso de la tierra. Una amplia unidad y movilización popular, patriótica y federalista debe impedir se concrete semejante avasallamiento.
Rodolfo Schwartz