La asamblea reunió a trabajadores rurales, pequeños y medianos productores (algunos propietarios y una gran mayoría arrendatarios), comerciantes y vecinos del pueblo, que discutieron la difícil situación que atraviesa la producción.
La asamblea reunió a trabajadores rurales, pequeños y medianos productores (algunos propietarios y una gran mayoría arrendatarios), comerciantes y vecinos del pueblo, que discutieron la difícil situación que atraviesa la producción.
La apertura se realizó con un saludo de un integrante de la CCC, que comentó la necesidad de la unidad entre pequeños y medianos productores y los obreros rurales para enfrentar las políticas de ajuste de este gobierno que buscan “una agricultura sin productores ni trabajadores y que sólo beneficia a los grandes monopolios de la ciudad y el campo como las petroleras, mineras y grandes bodegas extranjeras”.
A continuación Malvina Luera presidenta de Apepro, explicó la difícil situación de los pequeños productores “la mayoría alquilando las tierras, sin herramientas, con los costos que suben según la inflación y con los precios de los productos por el piso”. Señaló la responsabilidad de esta política “que ha fundido a los productores mientras el gobierno y los grandes intermediarios se han llenado de plata” y explicó la importancia de la asamblea “que tiene que servir para unir a los obreros, productores, comerciantes y al pueblo en general para reclamar por los graves problemas que tiene Beltrán, con la producción por el piso, con poco trabajo y miserables sueldos, con la salud devastada, etc”.
Luego hubo un saludo de diputados y concejales de la UCR y se informó que a pesar de que se los había invitado no se hicieron presentes autoridades del gobierno.
La Mendoza oculta
Durante la asamblea se escucharon testimonios de la Mendoza oculta y de la profunda crisis que atraviesa el sector, distintos productores comentaron cómo han aumentado los costos (la mayoría en dólares), por ejemplo en la uva el precio está planchado desde hace 4 años, cómo las herramientas viejas se rompen cotidianamente o no se tienen. Uno de ellos comentaba “para mantener una hectárea hace falta 20 mil pesos, sólo un kilo de semillas cuesta $600, ni hablar del veneno o el guano, parece que es mejor no tener chacra para no ir a pérdida”. Otro decía “cualquier persona que va a la verdulería se gasta 50 o 100 pesos pero a nosotros nos pagan monedas por eso y, si te ha caído piedra, la producción no vale nada”.
Por su parte, los trabajadores rurales comentaron las terribles condiciones de trabajo:
– “No hay trabajo y lo poco que hay se paga mal, te rompés el lomo para ganar con suerte 200 pesos al día, la mayoría en negro, si te enfermás perdiste y no tenés cobertura de nada”. “Nos tratan como animales, no tenés derecho a nada, en las empacadoras hasta te controlan cuantas veces vas al baño”. “Una de las grandes bodegas está pagando 25 pesos la hora mientras exporta todo para afuera”.
Una compañera explicó la difícil situación: “no hay guarderías y en la familia si todos no trabajan no se llega y para trabajar tenés que ir con los chicos porque no hay donde dejarlos y siempre estás preocupada de que no les pase nada…” A su vez, se escucharon voces por la falta de vivienda y la necesidad de mejorar el centro de salud.
En la asamblea todos hicieron hincapié en la necesidad de afianzar la unidad entre los trabajadores y los pequeños y medianos productores, que se refleja en la unidad de Apepro y la CCC. Se consensuaron siete propuestas para llevar al gobierno: 1) precio sostén en origen para garantizar no ir a pérdida, 2) subsidio para riego y maquinaria, 3) plan intercosecha para los obreros, 4) tacho de uva a 10 pesos sobre la base de garantizar un precio de 5 pesos el litro a los pequeños y medianos productores, 5) feria local para la venta directa de los productores, 6) guarderías, 7) la necesidad de viviendas.
La asamblea se realizó en el marco de los preparativos de nuevas movilizaciones provinciales ante la falta de respuesta del gobierno por la difícil situación y se acordó que esta sería la primera de muchas asambleas que fueran uniendo al pueblo para reclamar por sus derechos. Cabe recalcar la gran tarea propagandística realizada con miles de volantes y anuncios en radios y en auto-parlantes por los barrios.