Noticias

20 de noviembre de 2013

La CCC y vecinos del Playón de Chacarita enfrentaron el intento de copamiento de un comedor infantil, rodeados de la solidaridad popular.

Así se defiende un comedor infantil

El Playón de Chacarita, Ciudad de Buenos Aires

 
El miércoles 13 por la madrugada, una patota de más de 20 personas -instigada por un grupo de   distribuidores de drogas-, tomaron por asalto el Comedor La Esperanza, del asentamiento conocido como El Playón, en Chacarita, un barrio de la Capital Federal. Este comedor lo sostiene la Corriente Clasista y Combativa junto a vecinos desde hace 11 años, y en él se preparan 500 raciones de comida diarias para los pibes del asentamiento.

 
El miércoles 13 por la madrugada, una patota de más de 20 personas -instigada por un grupo de   distribuidores de drogas-, tomaron por asalto el Comedor La Esperanza, del asentamiento conocido como El Playón, en Chacarita, un barrio de la Capital Federal. Este comedor lo sostiene la Corriente Clasista y Combativa junto a vecinos desde hace 11 años, y en él se preparan 500 raciones de comida diarias para los pibes del asentamiento.
Luego de un primer desalojo por parte de los vecinos, el comedor volvió a ser ocupado de la mano de policías federales de la Comisaría 37. Allí hubo más de 4 heridos, entre ellos un chico de 13 años, hijo de una compañera del barrio. “Sacaban las 9 como caramelos. Muchos no son de acá. Estaban desde afuera en una camioneta campaneando”, nos decía un compañero. 
La CCC convocó a movilizarse para defender el Comedor, y así se nuclearon dentro del asentamiento compañeros de distintos  barrios de la Capital (Retiro, Saavedra, Soldati, Barracas, entre otros). A esa altura del día, la policía había rodeado el Comedor, protegiendo en los hechos a los usurpadores. Mientras se denunciaba en los medios la presencia de sectores narcos que pretendían desguazar el comedor para lotearlo y venderlo, la CCC y los vecinos dieron un plazo hasta las 18 hs para que se desaloje el Comedor, y si no “Entramos nosotros”, plantearon los compañeros. Allí se produjeron los nuevos enfrentamientos reflejados en varios canales, con la policía federal reprimiendo con gases a los vecinos, protegiendo  a los usurpadores, dejando nuevos compañeros heridos y un joven detenido. Nos acompañaron comuneros de la 15 y la 12, y otras organizaciones y militantes. La Corriente no se amilanó, y cortaron la Av. Forest, lindera con el asentamiento. Ya ahí se multiplicó la solidaridad de distintos sectores, y la firmeza de los vecinos obligó a la intervención de las autoridades nacionales y de la Ciudad de Buenos Aires. 
 
Vamos a defender el comedor
Los compañeros de la CCC –y que fueron candidatos a legislados por el PTP en Camino Popular en las recientes elecciones-, Julia Rosales y Luciano Nardulli insistieron en todos los medios en denunciar la connivencia de sectores policiales con los narcos que utilizan a gente del pueblo necesitada de vivienda, y llamaron a unificar la lucha por un techo digno.
Julia Rosales, en el corte de Forest, agradeció “la presencia de tantos compañeros que han venido a poner el cuerpo en esta lucha, de todos los barrios. Entendemos que es así nuestra lucha. Somos todos uno. Por eso decimos que si esta situación sigue, nosotros vamos a movilizar de punta a punta en la Argentina”. Rosales informó, en medio del aplauso de los presentes, que “Los compañeros de dentro del asentamiento decidieron resolver la comida de los que estamos haciendo el aguante acá, y están cocinando para los que estamos en el corte”.
Allí mismo, “el Tano” Nardulli, responsabilizó al gobierno de Macri y al de Cristina Kirchner “por todo lo que pueda suceder”. “Nosotros, la CCC, somos solidarios con todos los que están en situación de calle. Nos comprometemos con todos los sin techo para hacer causa común en la lucha por la vivienda. Nos procesaron por ser solidarios con los que ocuparon el mal llamado Parque Indoamericano, a mí y a Diosnel Pérez. Entramos a hablar con los que estaban ocupando, y les dijimos eso, y le planteamos que nos acompañen en la lucha por comida. Nosotros no somos responsables de resolver el tema de la vivienda. De eso se tiene que hacer cargo el Estado nacional y el del municipio”.
Frente a los medios, Julia Rosales afirmó: “Nosotros no somos violentos. Sólo queremos defender nuestro comedor, que da de comer a 500 chicos. Y lo vamos a defender cueste lo que cueste. Conocemos bien a los que han ocupado. Convivimos con ellos durante 10 años. Sabemos que envenenan a nuestros chicos. Todos los días lo vemos. Entendemos que hay mucha gente humilde que hace eso por necesidad, y hasta ahora no nos metimos con ellos, porque creemos que los responsables son los narcotraficantes más grandes, que no viven en la villa, sino en los countries. Pero no vamos a permitir que se tome nuestro comedor. Si el Estado no resuelve nuestros problemas, los resolvemos nosotros, con la movilización, como hacemos siempre. Por eso fuimos a tomar nuestro galpón porque es nuestro derecho. La policía, en lugar de reprimir a los que estaban adentro, nos tiró gases a nosotros, y metieron preso a un joven.
“Sabemos que el objetivo es desguazar el comedor y vender el terreno en pedazos. Y en esto están en connivencia con la comisaría, y no sé que otros funcionarios más. Nosotros los sacamos a las 4 de la mañana, y volvieron de la mano de la policía de la comisaría 37. La policía nos hizo abrir el portón, y ahí se metieron de nuevo. 
“Nos conocemos mucho en el barrio. Conocemos a esa señora que al principio estaba con nosotros, que tiene uno de sus hijos discapacitados, y la convencieron que venda para tener plata, y con eso la fueron pervirtiendo. Yo la quiero a esa señora, pero se equivocó, y no puede salir de ese ambiente en el que se metió. Porque hay un Estado que no sólo no combate al narcotráfico, sino que quiere tener a la gente así como esta señora, de rehén, rehén del hambre y de la miseria. Nosotros sabemos cómo es el tema de la vivienda acá en la villa, donde hay gente que lucra con la necesidad, y alquilan piezas de 3 por 3 con una cocinita, en $1500 por mes, y ahí vive una pareja con tres o más chicos. O la venden por 30 o 40 mil pesos. 
“Lo que quieren hacer con nuestro galpón no es nuevo, ya lo hicieron con otros. Imagínense las piezas de 3 por 3, y de dos pisos, que pueden hacer en esa superficie. Ahora se metieron con nosotros, y no nos vamos a quedar tranquilos. Ha sido un esfuerzo enorme, una lucha de muchos años tener este comedor, y no lo vamos a abandonar. A esta gente no le importó ni siquiera que sus propios hijos coman en este comedor”.
 
Un poco de historia
La villa conocida como “El Playón”, está ubicada en terrenos que eran del ferrocarril Urquiza, a metros de la Estación Federico Lacroze, en el barrio de Chacarita, en la Ciudad de Buenos Aires. 
Son dos manzanas que se comenzaron a ocupar hacia el año 2000, y donde hoy viven hacinadas más de 7.000 personas, en precarias edificaciones, que ante la falta de terreno se han “ido para arriba”. Así se pueden ver “edificios”, en realidad humildes casas de material sin revoque, de hasta cinco pisos.
Allí la Corriente Clasista y Combativa, junto a la lucha cotidiana por trabajo genuino y el derecho a una vivienda digna, peleó por la instalación de un comedor y merendero en uno de los galpones ferroviarios abandonados. Una de las compañeras de la CCC, Estela, recordaba que “Los primeros cinco años cocinábamos a leña, y recién después empezó a llegar algo más que fideos y tomates. El Gobierno de la Ciudad nos manda 400 raciones por día, pero las estiramos para que coman 480 chicos. Hace dos noches que no duermo, nos quedábamos cuidando el lugar porque esto se veía venir”. Estas raciones se lograron luego de muchos años de lucha, y de que la Defensoría del Pueblo decretara la emergencia alimentaria. Antes, militantes y vecinos apelaban a comerciantes solidarios. 
 
Batalla en los medios
En un primer momento, algunos canales de televisión titulaban “patota narco ocupa comedor infantil”. Con el correr del día, y ante la firmeza de la lucha, comenzaron a operar desde el gobierno para “cambiar el eje”. Así, el secretario de Seguridad Sergio Berni apareció diciendo que no era una banda narco la que ocupó el galpón, sino un grupo de personas en “situación de vulnerabilidad”, intentando instalar una pelea “pobres contra pobres”. En paralelo, desde los canales oficialistas se repetía hasta el hartazgo esta versión, y se trataba de desprestigiar a la CCC, minimizando las tareas del comedor. Vimos a un periodista decirle a los dirigentes de la CCC “pero es un galpón esto”. “Claro, fue la respuesta, es un galpón que hace comida. Porque acá ni el gobierno de la ciudad ni el gobierno nacional ponen un peso. Sólo la comida”.
 
Un triunfo de la firmeza
Ya entrada la noche, con los compañeros de la Corriente y de otras organizaciones decididos a pasar la noche frente al Playón, con la resolución de la CCC de todo el país de salir a cortar rutas, y con los vecinos de dentro del asentamiento dispuestos a no dejarse arrebatar un comedor conquistado con gran sacrificio y años de lucha, hizo retroceder a los ocupantes, y se consiguió el desalojo.
Cerca de las 10 de la noche, entre aplausos y emocionados abrazos de los vecinos, se constató que el Comedor estaba libre de usurpadores, y se acordaron las tareas de limpieza para retomar el trabajo en el comedor, el jueves 14 al mediodía. “Ese día supimos que venía nuevamente la comida al mediodía, y la directora de un jardín vecino nos ofreció la comida de su establecimiento, y los compañeros volvieron a entrar al comedor para recomponer el mismo. Tras los  destrozos ocasionados, volvimos  a darle la comida a los chicos”, nos decía Julia Rosales. 
Advierte la CCC que “Este triunfo de hoy  tiene un sabor amargo para mañana, porque han sido amenazados de muerte nuestros compañeros. Responsabilizamos al gobierno nacional y al gobierno de la ciudad de Buenos Aires de cualquier atentado a la integridad física y a la seguridad de nuestras casas y redoblaremos en caso que sea necesario, la lucha para sostener el derecho de nuestros chicos a comer todos los días”.