El 12 de mayo de 1975 había sido detenido Horacio Micucci. El día 13, mientras pintaban por su libertad, los cuatro camaradas fueron secuestrados en La Plata y, esa misma noche, asesinados en Berisso.
El 12 de mayo de 1975 había sido detenido Horacio Micucci. El día 13, mientras pintaban por su libertad, los cuatro camaradas fueron secuestrados en La Plata y, esa misma noche, asesinados en Berisso.
Ya nos habíamos referido a una nota anterior de esta revista, sobre el asesinato de Enrique Rusconi, en el mes de febrero (ver hoy 1506). Ahora los autores, dejan de lado el tono periodístico para caer en una provocadora descalificación sobre el Partido Comunista Revolucionario.
Los autores plantean “el Comité Central del PCR había bajado una consigna delirante”, en referencia a nuestra posición antigolpista. En realidad nos acusan de defender el gobierno de Isabel Perón contra el golpe y, para descalificar nuestra posición, le agregan que defendíamos a López Rega. Un argumento mentiroso que armaron los servicios golpistas y que repitieron hasta el hartazgo partidos impulsores del golpe videlista como la dirección del Partido “Comunista”, que trabajó primero para el golpe y después colaboró con la dictadura violovidelista. Quizás lo olvidan porque hoy comparten con ellos su fe cristinista.
También dicen que “los autores de esta investigación no han obtenido información alguna que permita sostener la hipótesis de que en esos grupos de tareas hubiera asesinos pro rusos o pro yanquis. La verdad es mucho más sencilla: eran fachos, culatas, lúmpenes y policías al servicio del terrorismo de Estado del ‘gobierno democrático de Isabel y López Rega’”.
Es llamativo que los autores, que se cansaron de decir que la CNU era dirigida por el gobernador Calabró e inteligencia del ejército, digan ahora que a nuestros camaradas los fusilaron por “chinos”, y no por luchar contra el golpe.
Plantean continuidad entre el gobierno del Gral. Perón, Isabel y el golpe fascista. Para ellos lo mismo es Calabró, que fue felicitado por Videla e hizo una recepción para entregarle el mando al gobernador golpista general Sigwald, que Isabel Perón, que estuvo pr