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16 de septiembre de 2015

Conversamos con Claudio Arévalo y Alejandro Quiñones, recientemente elegidos secretario general y adjunto respectivamente, por la lista Verde Anusate en el ATE Quilmes.

ATE: un sindicato en manos de los trabajadores

Triunfazo de la lista Verde-Anusate en Quilmes

 

 
Claudio Arévalo es trabajador municipal, chofer de ambulancia desde hace 22 años; fue delegado de base en tres oportunidades, se afilió a ATE en el año 96,  y fue secretario gremial en dos períodos. Alejandro Quiñones trabajaba en el Consejo Escolar, en el 2007 lo echaron y fue a trabajar a una escuela, el 3 de marzo del 2011; junto a compañeros de la Corriente René Salamanca armaron la Agrupación 1 de Mayo. Ambos nos cuentan el proceso de construcción del Frente Gremial de Quilmes y cómo coronaron en la última elección con la lista Verde-Anusate.
Claudio: Hemos acordado tener un sindicato en manos de los trabajadores, cosa que no teníamos, estaba muy metida la política partidaria. Nosotros pensamos que los sindicatos tienen que ser autónomos de los partidos políticos, gobierne quien gobierne; abierto para los laburantes, acorde a las necesidades de los compañeros. Ahora hemos recuperado el sindicato, va a ser de puertas abiertas: queremos poner en debate todo lo que necesitamos como laburantes, abierto al debate de los compañeros, piensen como piensen.
 
Alejandro Quiñones: La conducción del ATE Quilmes usaba el sindicato como trampolín para la política distrital. Por ejemplo, nuestra secretaria general adjunta en el 2011 había pasado a ser presidenta del Consejo Escolar de la mano del “Barba” Gutiérrez (intendente de Quilmes). En ese momento dijimos basta y el 3 de marzo del 2011 armamos la Agrupación 1º de Mayo. 
Nosotros siempre empujamos la lucha contra el ajuste del gobierno kirchnerista, fuimos la retaguardia de la provincia de Buenos Aires porque el sindicato se había empezado a desvincular de la lucha; a Claudio lo habían sacado de la seccional y se siguió encargando de ATE en tareas nacionales, nosotros armamos la 1º de Mayo y la fuerza propia desde la perspectiva de que necesitamos una usina donde poder encauzar los distintos sectores. Empezamos por Educación, después vimos que ATE era mucho más grande, que estaban los trabajadores de la Salud, los municipales, la administración pública. Es decir, son cuatro patas: nacionales, provinciales y municipales y dentro de eso: educación (auxiliares, limpieza, cocina), salud (desde médicos, enfermeros, administrativos, profesionales), municipales de todas las áreas y administración pública que pueden ser nacionales, provinciales. 
Hay dos sectores muy importantes que pudimos recuperar con esta lista: los jubilados y los ex combatientes. Armamos el primer centro de jubilados de estos 30 años de Guillén. Los ex combatientes de Malvinas que habían sido abandonados y vapuleados por la conducción. Nosotros los recuperamos  incluso el Centro de Ex combatientes. 
 
¿Cómo fue la participación en la elección?
Claudio: De la elección participaron 2062 compañeros de un padrón de 3.460, más del 60%. Armamos un frente de trabajadores estatales: la 1° de Mayo, la 27 de Junio (trabajadores del Hospital) y la Verde Anusate y con este color salimos a disputar. Es el color histórico que recuperó el gremio de manos de la dictadura, así que para nosotros era un orgullo estar en esa lista Verde Anusate. Esta gente estaba hace más de tres décadas. Nosotros lo único que teníamos para ofrecerle a los compañeros era el volante y la palabra porque no teníamos plata, no nos bancaba ningún partido político, eso para nosotros tiene un significado aparte. El triunfo fue contundente, ganamos por el 42%. Sin plata, sin aparato detrás. 
Alejandro: El 1 de diciembre del año pasado armamos el Frente de Trabajadores Estatales de Quilmes, que es la unidad de estas tres agrupaciones que nacimos en la lucha; por la política de ajuste decidimos conformarnos como frente y a empezar a hacer acciones conjuntas y no perder la iniciativa. Enfrentamos a una fuerza del gobierno nacional con De Petri, Milagro Sala, D’Elia, que fue la Verde-Blanca. Y en Quilmes teníamos la particularidad de enfrentar a otra lista armada por el gobierno, que es la lista Azul del Barba Gutiérrez. O sea que eran dos aparatos…
Claudio: La lista Azul tenía hasta una concejala del Barba Gutiérrez, Susy Paz, funcionarios…
Alejandro: En Quilmes se cristalizó la maniobra del gobierno: La Verde y Blanca era sostenida por Aníbal Fernández: Selva [Guillén] se proponía para la provincia y dejaba al hijo en el distrito. A ella la bancaba íntegramente Aníbal Fernández, De Petri, Sala y De Elía. La Azul una funcionaria del gobierno municipal, una delegada municipal que encabezaba la lista. Una cuestión de principios para nosotros es no tener funcionarios en las listas, y a pulmón llegar con la palabra al conjunto de los trabajadores.
Claudio: Nosotros charlábamos con los compañeros de que alguna vez tienen que gobernar los trabajadores, por eso apoyamos a Víctor De Gennaro, a Lidia Braceras en Quilmes, Fito Aguirre, Hugo Amor. Seguimos creyendo que de una vez por todas tenemos que gobernar, porque los que gobiernan no lo hacen para el pueblo, gobiernan para sus intereses. Buscamos a los laburantes, no un funcionario o un padrino, esa fue la clave: el boca a boca con los compañeros y la militancia. 
El día de la elección, las que estuvieron al pie del cañón fueron las compañeras. Teníamos más de 180 fiscales, que participaron de la capacitación para evitar el fraude. Estuvieron más de 12 horas, sin una moneda, nosotros lo único que podíamos era un sánguche, no teníamos plata para nada. Mientras las otras listas pagaron por fiscal 800 pesos, por presidente de mesa 1.500 y por vicepresidente 1.200. Nosotros teníamos solo la militancia y la voluntad de los compañeros.
Alejandro: Nos han tratado de dividir, ofreciendo guita, y nosotros nos mantuvimos unidos. Porque además de lo sindical, nos une eso que dice Claudio, que los trabajadores una vez gobernemos la riqueza que generamos. En eso tenemos un proyecto común que excede lo sindical pero que está intrínsecamente unido. Porque necesitamos sindicatos democráticos, de los trabajadores, que estén en sus manos y no para los trabajadores. Ese fue el hilo conductor de nuestro programa.
 
¿Cuáles son las urgencias de los trabajadores estatales del distrito?
Alejandro: Hoy los estatales, en muchas partes, somos el último orejón del tarro… desde los 90 para acá, fuimos la variable de ajuste de todos los gobiernos. Un trabajador auxiliar cobra 2.300 pesos en blanco, con lo que gana en negro, no llegamos a 7 mil pesos. La canasta familiar está en 16 mil pesos, a eso sumale la inflación, el ajuste. Esto sin contar la situación de los municipales o las compañeras enfermeras en los hospitales con 24 camas a cargo, son dos en un turno de seis horas, tienen que hacer horas extra que no se las pagan, no les reconocen insalubridad, no llegan a los 6 mil pesos. Por lo tanto, una primera cuestión es jerarquizar el trabajo de los compañeros estatales en su conjunto: desde el punto de vista salarial. Ahora tenemos el triunfo de ATE a nivel provincial que son las paritarias, donde nos tenemos que meter con todo, romper la puerta y discutir una paritaria que sea mucho más alta para los trabajadores municipales. Por otro lado, está el tema de las condiciones laborales. Hoy fuimos a una escuela, había siete trabajando en un cuarto de dos por dos. Otro caso: un compañero que falleció, se rompió la escalera donde estaba trabajando, se mató. Sin una respuesta de la provincia de Buenos Aires, le decían que si le enviaban la ambulancia del lugar, no le cubría la ART. Además, ahora tenemos reuniones con las cuadrillas del consejo escolar, cuadrillas municipales, auxiliares, para ver cuestiones de cómo el gobierno al menos garantiza la seguridad y la ropa en el trabajo.
 
¿Cómo se encara toda esta tarea?
Alejandro: Necesitamos un fuerte cuerpo de delegados: un tema es quién pasa a ser soberano, el sindicato en manos de quién. La representación la tiene que llevar el conjunto de los trabajadores. Apostamos a un cuerpo de delegados de 500 trabajadores de la educación, que en cada turno, en cada escuela haya un delegado y no puesto a dedo por el sindicato. Que sea el cuerpo de delegados el que resuelva el qué, cómo y cuándo se hace, por medio de asambleas y sector de trabajo. Al mismo tiempo pensamos en la revocabilidad de cargos, como nos enseñaron nuestros padres de los sindicatos de los 70’s y que llevaron a la victoria del Cordobazo, que cuando un delegado o cualquier compañero de la comisión directiva esté en cosa rara, meta la mano en la lata, sea revocado del cargo por medio de asambleas.
Claudio: todo lo que entre al sindicato va a estar al servicio de los laburantes. No fue sencillo conformar la lista. De conjunto, tuvimos idas y vueltas. Sabíamos que teníamos un objetivo, sabíamos que si no nos juntábamos no íbamos a triunfar y que aun juntándonos, el triunfo era muy difícil. 
 
¿Cómo hicieron para trabajar en el Frente Popular y en la elección de ATE?
Claudio: trabajamos con un proyecto que es que los trabajadores tienen que gobernar, pero tenemos compañeros que piensan distinto y que están en nuestra lista, eso lo respetamos a rajatabla. Así como hoy recuperamos nuestro sindicato, tenemos que recuperar el país para que sea gobernado por los trabajadores y el pueblo.
Alejandro: Pienso que el Frente Popular fue el paraguas porque nos juntó mucho más a los que pensamos que el gobierno tiene que ser distinto, y de la mano de Víctor De Gennaro y Juan Carlos Alderete. Eso nos juntó y nos unió mucho más. Porque estar unidos por un proyecto político que no sólo hace a las cuestiones economicistas de los sindicatos, creo que hace a un compromiso mucho más profundo. Por lo tanto, creo que el Frente Popular, a nosotros en particular nos ayudó a unirnos mucho más.