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13 de enero de 2016

Reproducimos una nota de María Cecilia Betervide, secretaria de Género de la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTAA) de San Luis, del mes de diciembre.

Avalancha

Violencia sexual y doméstica en San Luis

Marina estudia por las noches, trabaja limpiando mugre ajena y tiene 3 niños. Vive en un galpón que le prestaron la tarde que salió presurosa de su vivienda alquilada porque el arma de su pareja amenazaba su vida y la de sus hijos… y no era la primera vez. A la fuerza aprendió a convivir con el miedo a sus constantes amenazas telefónicas y violaciones a la orden de restricción. Pero no se resigna a seguir soportando la violencia cotidiana.
Ayer estábamos en la Secretaría de Violencia del Juzgado haciendo una presentación para que su ex le devuelva sus pertenencias y, mientras esperábamos en el pasillo que nos dieran una audiencia (porque se negaban a emitir la orden para que le reintegre sus cosas), nos pusimos a charlar con una amiga que la acompañaba… A mí me pasa algo parecido, dijo Paola… “mi ex no me deja en paz… puta, te llego a encontrar en el boliche con un tipo y me vas a conocer… te querés deshacer del niño para irte con tus machos… puta, puta, puta…” por mensajes, por audios, personalmente… Personalmente, porque en mediación dictaminaron que era “un capricho” de Paola entregarle el bebé en el Juzgado para las visitas de su padre (“también vos… cedé en algo…”, le dijeron); así que se lo entrega en una plaza de barrio, sin ningún auxiliar de la Justicia presente. Un capricho… me quedé pensando…
Esta mañana hablé con ella para saber cómo iban resolviéndose algunas cuestiones que coordinamos y, ni bien cuelgo, me llama Marina… “tengo a mi hermana que está pasando por algo similar… te paso su número, ¿podrás llamarla?”. Y la llamé… a Micaela también la amenaza su ex… “yo voy a entrar y vas a ver lo que le va a pasar al tipo ese que tenés acá… que no lo vaya a encontrar a tu novio con el nene en los brazos porque vas a ver lo que hago!”… Y Micaela también tiene miedo… hace 8 años hizo una denuncia por violencia, hace 7 la lastimó… y así. 
Mañana vamos al Juzgado a pedir nuevamente la orden de restricción, que se la han negado “porque la amenaza ha sido sólo verbal” (¿y los golpes previos?).
Mientras hablábamos por teléfono, escuché que entraba un mensaje… era Sara de La Toma, víctima de violencia que en mayo estuvo al borde de ser víctima de femicidio. Preocupada, me decía que tiene una amiga que está sufriendo mucho, hace mucho tiempo… El marido, borracho, la corrió a la calle con sus hijos. Y la amenaza todo el tiempo. Yesica tiene miedo. 
Como Marina. Como Paola. Como Micaela… Yesica tiene miedo…
Cuatro mujeres con miedo que conocí en sólo un día y medio.