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29 de agosto de 2012

El jueves 23 de agosto se realizó la entrega de 225 mensuras a los campesinos pobres de San Miguel, un paso importante en la lucha por quedarse en el campo a producir y contra el monocultivo forestal.

Avance en la lucha por la titularización de tierras

Hoy 1434 / Unión Campesina de Corrientes Avance en la lucha por la titularización de tierras

Llegar a este momento tuvo una historia de luchas que comenzó con la firma de un petitorio a principios del año 2008, tres marchas a la ciudad capital, Corrientes, la última muy importante, ya que no se conocían desde hace muchos años estos reclamos de tierra. El 8 de junio del 2012 se realizó el primer corte de ruta a los camiones con troncos de madera de las empresas forestales, y el 28 de junio una gran marcha al pueblo de San Miguel con más de 200 campesinos, jamás realizada en la historia de la ciudad. La Unión Campesina consiguió la entrega sin pagar las mensuras, paso previo para la entrega de los títulos de propiedad. Ahora para los 150 lotes fiscales ingresará a la Legislatura el proyecto de ley de donación. Para los lotes privados, se inician en forma gratuita los juicios de prescripción adquisitiva.
En el acto tomó la palabra el presidente de la Unión Campesina de Corrientes, el compañero Juan Espíndola, quien expresó “hoy estamos contentos, porque esta entrega de mensuras es un paso adelante en nuestra lucha por la tierra. Pido un aplauso al esfuerzo de los compañeros de la Unión Campesina. Hemos sido escuchados, pero más contentos vamos a estar cuando tengamos nuestros títulos en la mano. Esta lucha comenzó hace varios años porque el agua nos llegó al cuello, las empresas forestales avanzaron en las colonias, engañaron a algunos campesinos por monedas y expulsaron a otros, alambraron los campos, secaron muchos esteros y aguadas. No queremos irnos del campo y tener que ir a parar con nuestros hijos a las villas de las ciudades, donde hay poco trabajo y muchos problemas. Por eso además de la tierra, necesitamos ayuda para la producción.”

En el acto, estuvo presente la Unión Campesina con pecheras, remeras y gorritos identificatorios. Asistieron el gobernador Colombi y varios funcionarios, quienes al hablar, tuvieron que reconocer el trabajo y la persistente lucha de los campesinos y su organización.

 

Independencia de los gobiernos
En los últimos años, grandes forestadores (muchos de ellos empresas extranjeras), adquirieron grandes y pequeñas extensiones de tierra en las colonias. Estos están favorecidos por un modelo productivo en el cual el gobierno nacional subsidia la implantación de pinos y eucaliptos, y el gobierno provincial los promociona y apuesta a la instalación de grandes pasteras. Pero no existen políticas integrales para resolver los problemas de fondo del campesinado, a través de tierra, maquinarias, tractores y precios justos para la producción.

La lucha de la Unión Campesina tomó un fuerte impulso a fines del año 2007, y se presentaron muchos inconvenientes. No fue fácil recorrer este camino. El primer y más grande escollo fue que el gobierno exigía el pago de los lotes para poder beneficiarse con la ley de regularización dominial; (el beneficio consiste que el Estado realiza sin costo la mensura y paga los abogados que realizan los juicios de prescripción veinteañal.) El problema fue que los campesinos adeudaban los 150 lotes fiscales, que suman 2000 has. Se planteó que de nada servía esa ley si no teníamos posibilidad de pagar los lotes. Un grupo de campesinos encabezados por una delegada tomó la propuesta del gobierno y decía que había que pagar. Luego se retiraron de la organización, aunque más adelante algunos compañeros volvieron. Uno de ellos se autocriticó en la asamblea.

Otros delegados impulsaron el camino de la lucha y no pagar, porque la tierra nos pertenecía por derecho, por estar trabajando en esos lotes. Esta propuesta triunfó.

Ese momento fue difícil. Provocó una parálisis por un tiempo. Luego para avanzar se debatió en los parajes y se dio un salto cuando fuimos a Colonia San Antonio a 40 kilómetros a solidarizarnos con una familia que le usurparon las tierras. Luego se sumaron la mayoría de las zonas. Son seis parajes actualmente. Este hecho marcó una línea de firmeza ante los grandes forestadores, los que hacían negocio con los terrenos, comprando por moneditas el derecho de posesión de los campesinos pobres expulsándolos del campo; y ante el Instituto Correntino del Agua y Ambiente que es administrador del gobierno de esas tierras fiscales, que apañaba estos negocios. Otros denunciaron que eran parte de los mismos.

También se tuvo que debatir contra los argumentos de la Asociación de Pequeños Productores ligados a Incupo y relacionados con el Plan de Agricultura Familiar (Programa del gobierno nacional) que decían que nuestro camino de lucha era un fracaso y que era mentira que el gobierno provincial iba a ceder los lotes. Por ello apostaron a nuestro fracaso, y no acompañaron las marchas; perdieron terreno y gran parte de sus asociados hoy integran la UC. Nosotros impulsamos una línea de independencia del gobierno nacional y provincial.
Los campesinos recibieron con gran alegría las mensuras y decían “esto lo conseguimos por la lucha de la Unión Campesina.” El gobernador se comprometió a la aprobación de la ley de donación en 60 o 90 días. La Unión Campesina se movilizará cuando se trate la ley.