Noticias

30 de noviembre de 2016

La agrupación Azul y Blanca obtuvo un cómodo triunfo en el cuerpo de delegados de SPI, el principal astillero de reparaciones del país.
 

Avanza el clasismo en navales

Mar del Plata

 

 
Los trabajadores del SPI decidieron continuar y profundizar el proceso de recuperación sindical abierto. Fue un voto que consolida la lucha por la democratización del gremio. Un gremio con fuertes seccionales en los principales puertos del país que tienen las condiciones estatutarias para serlo y no delegaciones digitadas desde arriba. Una organización que deposite las decisiones en las asambleas y cuerpos de delegados de base. Fue un reconocimiento a delegados que no se venden, ni se corrompen. 
Fue un golpe a una dirección sindical que no enfrentó los despidos y la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores navales. La Agrupación Azul y Blanca desde el cuerpo de delegados y la dirección de la Seccional Mar del Plata impulsó desde abajo la discusión sindical con la elección de paritarios por asamblea y la discusión colectiva de los montos de aumentos. Esto permitió que a través de la movilización se mejore la oferta y se le abra la mano a las cámaras empresariales. 
En esta lucha se logró instalar en todos los puertos del país la consigna “En camino de un salario acorde a la canasta familiar. Ningún naval debajo de los 20.000”. También apareció con fuerza el reclamo de la insalubridad y la jubilación anticipada, el pago de los plus por producción y las recategorizaciones. 
Otro punto clave del avance de la Azul y Blanca fue el reclamo de leyes navales que promuevan un verdadero desarrollo de la industria naval y que no sean meros instrumentos para la incorporación de buques y artefactos hechos en China. Leyes que promuevan la construcción naval y no sólo el alistamiento. Legislación que incorporen a la pesca dentro del régimen de promoción y que establezca un real control de los fondos evitando las figuras de fideicomisos manejados por los capitales cercanos a los gobiernos. Un régimen que establezca la defensa de los astilleros nacionales y la centralidad del ARS en la cadena productiva naval nacional.
La conducción del gremio impulsó una línea de negociar por arriba y no de empujar la lucha desde abajo. Excusados en “esto es lo posible” se sumaron de lleno a propuestas que proponiendo algunos puntos favorables evitaban tocar los puntos arriba mencionados. 
Otra fue la línea demostrada por la Azul y Blanca en el reclamo de la renovación de la flota pesquera. Los trabajadores navales se pusieron a la cabeza del reclamo y del armado de las propuestas. La consigna “Ningún hundimiento más” puso sobre la mesa un problema oculto: las condiciones de trabajo de miles de trabajadores embarcados que arriesgan sus vidas en embarcaciones que estando en desuso en otros caladeros se incorporan sin restricciones al mar argentino. La antigüedad promedio de la flota supera los 40 años. Esta propuesta fue ganando la simpatía de miles de trabajadores. 
La elección abre una muy buena situación entre los trabajadores en un momento donde se está discutiendo el futuro de la industria naval.