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02 de octubre de 2010

Reproducimos extractos de una nota aparecida en www.lanuevahuella.com.ar

Avanza el colonialismo inglés

Hoy 1206 / El gobierno de Cristina Fernandez sigue claudicando

En 1997, el entonces ministro de Relaciones Exteriores Guido Di Tella, mostró su alegría
por la reanudación de vuelos desde el continente a las Islas Malvinas a través de Lan Chile.
La gravedad de aquel acontecimiento mostraba el avance del rumbo de claudicación nacional frente a la usurpación británica, viga maestra de la política menemista para Malvinas.
Puso en manos extranjeras nuestros vuelos de cabotaje, poniendo a foco el problema de los cielos abiertos propugnado por el menemismo, en un caso de ocupación militar extranjera.
Esa política se mantuvo intacta en las presidencias posteriores, incluida la de Néstor Kirchner y ahora su continuidad en Cristina Kirchner. Es decir: viajes a Malvinas para ayudar al sostenimiento de la ocupación militar británica, y política de cielos abiertos al mantener la autorización de vuelos de cabotaje a cargo de empresas extranjeras, todo esto en beneficio de quien ocupa militarmente nuestros territorios y mares adyacentes y ahora aspira a extender esa ocupación colonial a la Antártida y las 350 millas de la plataforma
continental.
Hace poco nos referimos al vuelo “charter” autorizado por el gobierno argentino, ese que transportó “turistas” a Malvinas a visitar una guarnición militar colonialista, tal vez pensando que si algunos argentinos pueden divertirse de lo lindo con la “loca divina” de la hija de Thatcher, por qué no ellos, tan cercanos unos de otros –Acuerdo de Lisboa mediante–, sintiéndose también en algo dueños de esos territorios y mares, que la UE reconoce como de soberanía británica. Decía la noticia: “La Argentina permitirá el primer vuelo desde territorio continental hasta las Malvinas desde 2003, fecha en la que había prohibido esa posibilidad, informó el gobierno británico de las islas”. Según la noticia de NA, se trata de un vuelo “charter” de la línea aérea de bandera de Austria, que transportará
entre cuarenta y sesenta turistas austríacos y alemanes hacia las Malvinas el próximo 20 de noviembre.
Según indicó el consejero del gobierno kelper Mike Summers, el ejecutivo argentino
modificó así su política de prohibir vuelos “charter”. “Es una política argentina la que
prohíbe vuelos charter a Malvinas, no nuestra. Si hay gente allí que quiere traer turistas a las Malvinas usando aeronaves extranjeras, está bien para nosotros”, afirmó Summers. El vuelo partió desde Río Gallegos, el corazón del poder kirchnerista. Allí no hay avión ni buque que llegue o parta sin su conocimiento y autorización.

Cristina va a Londres
Luego se divulgó la noticia que la presidenta viajará a Londres el 4/4, horas después de
cumplirse un nuevo aniversario de la reconquista patriótica de las Islas Malvinas. No resonará ya la mítica frase “la recuperación de las islas Malvinas fue una cobarde agresión”, con que su marido honró a The Guardian. Ni deberá meditar ante la invitación de los británicos a celebrar un acto conjunto en Malvinas, como debió hacerlo su esposo, admirador confeso de Tony Blair. Según las informaciones, visitará Londres para asistir a un seminario “progresista” y procurará hacer gestiones por cuestiones humanitarias, invocando el
justo anhelo de familiares de muertos en Malvinas de asistir al lugar donde yacen los
restos de nuestros héroes en territorio patrio. Esperamos que esto no culmine en afrenta a los muertos gloriosos de la gesta.
La amenaza contra la Argentina de parte del imperialismo inglés es enorme y tangible.
Téngase presente que el Ejecutivo argentino autorizó la construcción de un aeropuerto inglés en la provincia de Río Negro, abriendo una puerta de entrada y salida a las tropas colonialista de usurpación hacia nuestro continente. Esto es de extrema gravedad, y no hay argumento que disimule de qué estamos hablando al otorgar semejante autorización a hombres del imperialismo.

Aeropuerto inglés en la Patagonia
El aeropuerto inglés de la Patagonia, según informaciones, es igual al de Aeroparque. La
pista que construyó Lewis es de 2.100 m. de largo y un ancho de 30. La de Aeroparque es de igual longitud, pero 40 de ancho. Allí podrían aterrizar aviones de combate de gran porte, tanto de las Fuerzas Aéreas del Comando Sur, como las británicas. Lewis posee tierras en Lago Escondido, al extremo oeste del paralelo 42, entre Río Negro y Chubut, cerca del límite con Chile. Hace pocos años adquirió otras miles de hectáreas al extremo este del
paralelo 42, a orillas del Mar Argentino. Allí es donde está construyendo el aeropuerto.
Lago Escondido es parte de la propiedad de Lewis, un magnate anglo-norteamericano ligado a múltiples intereses en Argentina. Tiene empresas de su propiedad dedicados, entre otras cosas, a la experimentación genética que sospechosamente algunos dicen estar desarrollando laboratorios con esta finalidad en el sur Argentino, bajo la empresa madre de Lewis, Tavistock.
Se autorizó este aeropuerto mientras Gran Bretaña ocupa territorios y mares menazando nuestra soberanía e integridad, y considerando que también podría actuar desde sus posiciones contra otros países latinoamericanos. Punta de lanza de la OTAN en el Atlántico Sur, opera en complicidad con EEUU, la potencia mundial que apoyó y asistió la agresión militar
colonialista contra nuestro país en 1982 y fue gravitante en la restauración de la
usurpación británica entonces el 14 de junio de aquel año. Son las mismas potencias que ocupan Afganistán, Irak y en el caso de EEUU amenazan a naciones hermanas de Latinoamérica.
Es bueno reproducir aquí un párrafo de la presentación que un grupo de ciudadanos
patrocinados por el Dr. Julio C. González, conformado por Bernardo Alberte, Fernando “Pino” Solanas, Norberto Galasso, etc., hicieron ante la Procuración General de la Nación, presidida por Righi, por el delito de traición a la Patria contra el ex presidente Carlos S.
Menem. Si bien la denuncia inexplicablemente fue desestimada por Righi, queda como testimonio las palabras de los demandantes: “El ex presidente malvendió empresas de la Nación (…).
Este hecho, unido a las políticas de Reforma del Estado y de la ley de Convertibilidad,
provocaron un daño casi irreparable a nuestro pueblo expresado en la trágica cifra de 100 personas muertas diariamente por razones vinculadas al hambre desde 1989 hasta nuestros días, lo cual ha producido un genocidio social de más de 430.000 argentinos muertos por las políticas desarrolladas por este señor en ejercicio de la Presidencia y mantenidas en lo sustancial hasta el presente.
“Tales políticas, desarrolladas por el ex presidente luego de los acuerdos de paz con Gran Bretaña de 1990 y 1991, y que dieran por resultado la devolución de la Argentina a su estado colonial, nos llevan a considerar que el delito principal cometido por el señor Carlos S. Menem es el de Traición a la Patria, delito que denunciamos ante la Procuración General de la Nación”.
Esas políticas surgidas de la rendición incondicional en los Acuerdos de Madrid y el
Tratado de Londres siguen plenamente vigentes. Pero ahora tienen ahora un aeropuerto propio por donde la traición y la claudicación pueden ir y venir a gusto del usurpador británico.