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31 de octubre de 2012

Reproducimos una nota de Mariana Echaguibel para la revista SURsuelo, sobre la situación del sector azucarero.

Azúcar amarga

Hoy 1443 / La situación de los pequeños productores azucareros

En la edición de septiembre, SURsuelo publicó una carta de lectores en la que se daba a conocer la situación que atraviesa hoy el sector azucarero. A partir de esas líneas, nos preguntamos: ¿Qué pasa actualmente con la producción azucarera? ¿Por qué los productores de hasta 50 hectáreas representan más del 90% del total de los establecimientos azucareros de Tucumán, pero producen sólo el 28% de la caña? ¿Por qué la caña representa casi el 10% del total de la superficie tucumana y son los pequeños cañeros los que están desapareciendo lenta y silenciosamente? Enterate en este informe.
En Tucumán, al igual que en varias provincias de la Argentina, la actividad azucarera constituye uno de los pilares de la economía del lugar. No obstante, como en la mayoría de las producciones regionales, los pequeños productores cañeros están atravesando un serio problema con respecto al precio que reciben por su producción.
En la actualidad, el área destinada al cultivo de caña representa casi el 10% del total de la superficie de la provincia de Tucumán y ocupa aproximadamente 220 mil hectáreas, en las que se produce el 65% del total nacional.
Comparando con años anteriores, se observa una recuperación de las áreas sembradas que hacia el año 2002 habían caído significativamente debido a que muchos agricultores optaron por volcarse a otras producciones como la citricultura y la soja con el fin de obtener mayor rentabilidad. En este momento, las tierras dedicadas al cultivo de caña todavía se ubican un 15% por debajo de los niveles históricos.
Como contrapartida y gracias a la incorporación de nuevas variedades e innovaciones tecnológicas -mecanización- alcanzada por los grandes productores, en los últimos 16 años se produjo un importante incremento de la productividad que ascendió de 39 toneladas la hectárea a 70 toneladas, pasando la producción de 750 mil a 1.250.000 toneladas aproximadamente.
Si bien la suba todavía no alcanza a cubrir las necesidades del mercado interno que en los últimos seis años registró un consumo promedio anual de 1.400.000 toneladas, considerando las producciones de Salta, Jujuy y otras regiones, actualmente Argentina está en condiciones de colocar azúcar en el exterior. Salvo excepciones y con el objetivo de regular el mercado interno, hasta 2005 nuestro país casi no exportó o lo hizo en cantidades insignificantes.

 

La situación de los pequeños productores
Exportación, superficie provincial de producción, precios y gastos son palabras corrientes en la jerga tucumana. Hugo Díaz, productor azucarero de Los Villagras (Tucumán) y miembro de la Federación Nacional Campesina de Argentina, le comentó a SURsuelo que el principal problema que tienen hoy los pequeños productores es el precio de la caña, porque lo que se tenía que haber exportado el año pasado no se llevó a cabo.
“Hoy estamos produciendo a pérdida, ya que por los costos tendríamos que estar cobrando la bolsa entre 260 y 280 pesos. Sin embargo, el azúcar en la góndola no bajó y los que se siguen beneficiando son los grandes ingenios que manejan la cadena a su antojo”.
“La bolsa de 50 kilos de azúcar tenía, el año pasado, un precio de 200 pesos aproximadamente. A raíz de esto, los industriales decían que el precio este año podía llegar a 230 pesos la bolsa, pero fue todo una mentira porque en julio liquidaron el azúcar a 140 y 160 pesos, muy por debajo del precio que tenía el año anterior”, contó Díaz. Además, sumó que al cañero chico le liquidaron la bolsa a 110 pesos y hay que aceptar las condiciones que ponen los ingenios porque si no te pagan con bolsas de azúcar y un productor chico ¿qué puede hacer con 200 bolsas?, por lo tanto tiene que aceptar el precio que fija el ingenio y ese precio es muy bajo”.
Según Díaz, la exportación juega un papel predominante en la producción azucarera: “La exportación estaba cerrada por orden del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Cuando la abrieron, durante un mes, se exportó azúcar pero al resto lo usaron para reserva con el fin de cubrir el mercado interno, por lo que hubo una superproducción y eso provocó la baja del precio”.
Sin embargo, la producción azucarera ha crecido en este último tiempo. “Este año se hicieron unas 20 mil hectáreas más de caña porque había factores económicos que permitieron visualizar mejores perspectivas para el productor”, señaló la productora tucumana, Susana Ocampo. Díaz concordó con ese aumento, aunque dijo que no se dio de la forma en que se esperaba: “El problema se va a profundizar el año que viene por la superproducción, pero este año la producción ha sido similar a la del año anterior, entre 14 y 17 millones de toneladas”.

 

Muchos somos
Según datos oficiales del Censo Agropecuario del año 2002 (el del 2008 no fue obligatorio y muchos no se registraron), los productores de hasta 50 hectáreas representan más del 90% del total de los establecimientos azucareros de Tucumán, pero producen sólo el 28% de la caña.
Cuando se analiza por estratos, la situación es aún más grave, ya que el 44% del total de los productores tienen entre 0,1 y 5 hectáreas y producen apenas el 3,7% del total. En este último caso, es evidente que debido a la falta de tierra, la caña de azúcar constituye el ingreso casi excluyente del predio.
A pesar del predominio de pequeños productores, comparando los datos de los Censos Agropecuarios de 1988 y 2002, se observa un crecimiento del número de grandes cañeros mientras se registra una caída de los chicos, lo que demuestra el avance de la concentración. En el otro extremo de la pirámide, se advierte que los productores de más de 500 hectáreas representan sólo el 0,75% de los establecimientos azucareros (apenas 41 grandes productores o empresas) y producen el 36% de la caña.
A raíz de estos datos, el 90% de los productores son los que sufren en el presente por el precio que le están pagando por su producción y los que están desapareciendo lenta y silenciosamente. “Hoy una bolsa de urea (fertilizante) está costando aproximadamente 250 pesos y una hectárea necesita alrededor de seis bolsas. Por lo tanto, los números no cierran”, continuó Díaz.
La plantación de caña tiene un costo de 4.500 pesos la hectárea. El cuidado de la planta cuesta alrededor de 2.200 y 2.300 pesos por año. A estos costos hay que sumarle la cosecha. “Si yo quiero levantar lo propio con mi maquinaria, tengo un costo de 2 mil pesos, pero si tengo que pagar para que me hagan la cosecha, me llevan la mitad o el 70% de la producción”, señaló Díaz.
“Una hectárea tiene 62 surcos de cien metros aproximadamente y la producción puede variar de mil kilos (una tonelada) a 6 mil kilos. A una bolsa de 50 kilos la están pagando 130 pesos aproximadamente. De mil kilos salen tres bolsas de azúcar: dos se quedan en el ingenio y sólo una vuelve al productor”, agregó Díaz.

 

Los grandes anuncios versus la gran realidad
El 27 de marzo del corriente año, la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, anunció un préstamo de 436.795.666 millones de pesos, acordado por la Corporación Andina de Fomento (CAF) a través del BICE Banco de Inversión, destinados al Programa para incrementar la Competitividad del Sector Azucarero del noroeste de Argentina (Proicsa), y de 43.679.566 millones pesos de aporte del gobierno nacional. Durante el acto, Cristina destacó que “este modelo ha hecho del valor agregado una de sus banderas emblemáticas. El apoyo que el gobierno nacional realizó al sistema productivo es un claro ejemplo de nuestra decisión de lograr un mayor crecimiento con inclusión social”.
El préstamo llegó. El problema es a quién le llegó ese préstamo. “La plata vino para los industriales para que agrandaran las fábricas, invirtieran en tecnología o compraran maquinaria, pero al productor no le ha llegado nada. Se anunciaban créditos blandos, pero son del 20 o 30% y de ahí no bajan. Lo que anuncia la presidenta es una cosa y la realidad es otra. A los industriales sí les llegó la plata. Pero en el mientras tanto, los pequeños cañeros nos estamos cayendo y la producción se concentra cada día más”, detalló Díaz.
Frente a esta realidad, Díaz no avizora un panorama positivo para los pequeños y medianos productores cañeros de la provincia de Tucumán: “El año próximo va a haber una superproducción, los precios se van a venir a pique y los que pierden, como siempre, son los más débiles, los más chicos, que son absorbidos por los grandes que le compran la producción por nada y les pagan cuando quieren y como quieren. Siempre ha sido así en la caña”.
“El precio que nos pagan por nuestra producción disminuyó de 200 pesos a 130 la bolsa de 50 kilos, por lo tanto hoy estamos produciendo a pérdida, ya que por los costos tendríamos que estar cobrando la bolsa entre 260 y 280 pesos. Sin embargo, el azúcar en la góndola no bajó y los que se siguen beneficiando son los grandes ingenios que manejan la cadena a su antojo”, finalizó Díaz.
Vox Dei plasmó en su canción “Azúcar amargo”: “(…) es muy dulce y amargo a veces (…)”. La situación, lejos de endulzar a los cañeros tucumanos, los amarga a cada instante y las políticas públicas diferenciadas parecen no estar en la agenda del gobierno nacional.