A menos de un año de recuperado el sindicato, primero se sanearon las cuentas, y ahora con la lucha se empiezan a cerrar años de divisiones y miedos metidos por las empresas y los traidores.
Julio Leguizamón, secretario general del Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas de Bahía Blanca, anunciaba una medida de fuerza de 24 horas para el pasado miércoles 7 de julio. Es que las negociaciones entre el gremio y las empresas no están en una etapa sencilla, debido a la negativa por parte de las firmas del Polo Petroquímico a otorgar lo que el sindicato reclama para los trabajadores.
Una historia que ya lleva su tiempo, dice Leguizamón: “Nosotros iniciamos las negociaciones con las empresas hace alrededor de dos meses con un reclamo de un 25% de aumento, además de un piso salarial de 2.500 pesos para los compañeros que menos ganan. Esos eran los dos objetivos y después de tanto tiempo de negociación no se llegó a un acuerdo”.
La negociación se llevó a cabo a través del plenario de delegados, y en el último –en el que debían cerrarse las negociaciones– varias comisiones rechazaron el ofrecimiento de las empresas. Por esta razón se resolvió ir a una asamblea general en donde se dispuso la medida de fuerza.
Respecto a la propuesta empresarial, Leguizamón describió que “ellos arrancaron primero pidiendo postergar las negociaciones por la crisis, decían que por las elecciones no sabían de las condiciones del país, entre otras excusas. Después ofrecieron un 6% a consumir por el índice de inflación, todo fue rechazado, se hizo reunión con la gente en las plantas para ir explicándoles al mismo tiempo para que las empresas vean que hay unidad en la gente”.
A partir de allí el ofrecimiento pasó a un 10% del aumento en mayo o abril, un 4% en agosto y un último 1% para enero cerrando negociaciones hasta abril de 2010: “Eso se consideró que era poco. Además, el otro problema que tenemos es que no se llegó a los 2.500 de piso para la gente que gana menos que el resto”.
La historia de las crisis
Si bien el diálogo no es malo, asegura Leguizamón, la historia entre gremio y empresas se repite año a año, en este caso utilizando el argumento de la crisis internacional: “Cuando arrancó la discusión y surgió el tema de la crisis usaron los mismos argumentos que en años anteriores, si no era la crisis de otro país, era la del combustible o la devaluación. Siempre hay una crisis. Las empresas durante años han acumulado grandes ganancias, y ahora puede ser que haya una crisis o una recesión pero acumularon muchas ganancias durante años: que no quieran que nosotros paguemos el mismo precio que ellos”.
Es innegable que los trabajadores no han tenido la misma progresión económica que las empresas, con los beneficios iniciales que les concedió Duhalde en la maxidevaluación y los volúmenes de exportación en crecimiento que no han cesado hasta inicios de 2009.
Respecto a los trabajadores que menos ganan, Leguizamón informó que “están entre 1.500 y 1.700 pesos, que es el personal de limpieza que está afiliado al sindicato químico; nosotros queremos llevar esa suma a 2.500. El 25% (de aumento) que reclamamos es para todos, tanto producción como mantenimiento, logística y demás. Lo que pasa es que en el caso de las empresas en que menos ganan, con el 25% no llegan (a ese piso). Entonces, pedimos el 25% y alguna suma fija para tratar de compensar esa diferencia”.
Por último, Leguizamón opinó que los sueldos de los trabajadores hoy día siguen siendo bajos: “En relación al nivel de empresa en la que estamos y al nivel de poder adquisitivo, creo que los sueldos están bajos, no reflejan el lugar donde están. Son empresas que ganan millones de dólares por mes”.
El paro fue un éxito, estuvieron en el piquete más de 1.300 obreros que desde el inicio sostuvieron con firmeza los 6 piquetes que paralizaron el Polo Petroquímico. Es la primera vez en la historia del Polo que hay una medida de fuerza unificada para todo el sindicato y todas las empresas.
Por un lado se unieron los obreros de empresas históricamente enfrentadas, producto de la política patronal de división que se encarno en la conducción destituida hace un año del sindicato, y al mismo tiempo entre los contratistas y escalafonados con abismales diferencias salariales.
La respuesta de las empresas ha sido muy dura por los medios, con graves denuncias y provocaciones sobre el sindicato y los obreros.
La unidad producida en esta lucha nos da muchas enseñanzas y en estos días podremos evaluar como continuar.