Los despidos en el BCRA y el Banco Provincia de Buenos Aires aceleraron los tiempos de conflicto en el gremio bancario, donde nos preparábamos para discutir la paritaria en marzo luego de haber firmado un bono extraordinario de fin de año ($5.500), y una suma puente para el primer trimestre de $9.000.
Los despidos en el BCRA y el Banco Provincia de Buenos Aires aceleraron los tiempos de conflicto en el gremio bancario, donde nos preparábamos para discutir la paritaria en marzo luego de haber firmado un bono extraordinario de fin de año ($5.500), y una suma puente para el primer trimestre de $9.000.
Desde la semana pasada, con bloqueos en las salidas de los blindados, la Bancaria viene llevando adelante un plan de lucha en las dos entidades para que las nuevas administraciones den marcha atrás con las cesantías.
Los despidos fueron realizados sobre personal de planta y contratados con varios años de antigüedad, y en ninguno de los casos medió sumario alguno, ni tampoco se expusieron las causales. El objetivo es instalar el miedo en todo el gremio dejando un precedente nefasto con respecto a la estabilidad laboral de nuestro convenio.
Sturzenegger está acostumbrado a estas prácticas contra los bancarios. Como titular del Banco Ciudad durante la gestión de Macri, avanzó en flexibilización laboral, descuento de días de paro, persecución gremial, en permanente conflicto con los trabajadores.
Ante este mal humor creciente en el gremio y la firme posición que asumió el sindicato, Carlos Melconian, presidente del Banco Nación, decidió anticipar la reforma del impuesto a las ganancias que se trataría en el Congreso, y devolver un porcentaje del descuento. Medida que hoy la Bancaria pide que se extienda al resto de los bancos.
Es en este marco que se va calentando el ambiente para la discusión paritaria, el conflicto por los despidos tiende a generalizarse a todos los Bancos y se analiza un paro general de todo el gremio.
Más allá del debate que pueda darse entre los compañeros alrededor de alguno de los despidos en particular vinculados a la gestión kirchnerista de Vanoli, abrir la compuerta a estos despidos sería una señal para que el resto del sector privado se abalance sobre nuestros derechos, y entrar en la negociación paritaria con el eje: salario por despidos.
Por eso es fundamental plantarse ante la soberbia de algunos funcionarios que no entienden que el voto a Macri no fue un cheque en blanco, y pretenden descargar la crisis que dejó el kirchnerismo sobre nuestras espaldas. Como ya se viene viendo en las calles, la respuesta de los trabajadores y el pueblo no se va a hacer esperar más.