Frente a una medida de fuerza de los trabajadores del coro comenzada el 31 de julio y que continúa sin solución por falta de propuestas del Estado, la dirección del Teatro Argentino propone presentar al público la ópera “Carmen” sin un personaje fundamental: el coro.
Este hecho que, como primer análisis, implicaría una estafa al público, es además una humillación para la institución, un mamarracho artístico y un insulto imperdonable a la comunidad teatral toda.
El conflicto
Hace 7 años y medio, con la puesta en vigencia de la ley artística, comenzó una situación de privilegio de uno de los cuerpos artísticos del teatro. Hace 2 años el contador De Niro terminó su intervención con un informe de gestión en el cual diagnosticó que esta situación de permanente desequilibrio en las horas de trabajo, era el origen de la mayor parte de los problemas del teatro.
Comenzaron las paritarias y el objetivo resulta obvio: terminar con ese desequilibrio. Las reuniones paritarias fueron más que esporádicas (la última fue hace 8 meses) pero parecieron exitosas. Siempre terminábamos teniendo la razón. Parecía que avanzábamos, pero pasaron casi 2 años y a pesar de las promesas continúa este injusto desequilibrio.
Estamos en una situación extraña en la que los directivos nos dan la razón, y dicen estar dispuestos a terminar con esta injusticia flagrante pero nada cambia. Esta vez, según nos manifiestan, la culpa es del Ministerio de Economía de la provincia de Buenos Aires.
Después de este tiempo, después de la cantidad de horas destinadas a la negociación, después de 2 años de un trabajo artístico impecable y largamente reconocido por el público y la prensa, no estamos dispuestos a permitir que no cumplan.
Ya no es tiempo de dialogar, hemos dialogado demasiado. Ahora es tiempo de concretar.