La compañera Aurora, que tiene en su haber cuarenta años de trabajo en el Hospital Posadas, nos cuenta en primer lugar que el Posadas “es un hospital público nacional, de referencia, con un área programática enorme, que atiende derivaciones de todo el país, con patologías muy específicas. El recurso humano del hospital es lo que lo mantuvo en pie. Y los que como yo, trabajamos cerca de 40 años acá, sabemos lo que pasamos los trabajadores, desde la dictadura de Videla al intento de privatización con De la Rúa, siempre relacionados con los vecinos. Tengamos en cuenta que el hospital está al lado de Fuerte Apache y la villa Carlos Gardel, barriadas muy humildes, y sus habitantes son nuestros pacientes.
“El gobierno de Macri, ni bien arrancó, despidió personal del hospital, con el mismo argumento que en otras áreas del Estado, que eran ñoquis. Fue muy triste ver cómo muchos compañeros, pese a que se luchó, perdieron su trabajo. Después vino el despido de enfermeros, a los que querían obligar a hacer jornadas de 12 horas, en el turno nocturno, y que se rebelaron. El horario nocturno en Enfermería es muy cansador, particularmente en algunos sectores críticos, como neonatología, que es adonde apuntó la dirección del hospital con los despidos. Despidieron a gente formada, con muchos años de trabajo. El caso se judicializó, porque echaron delegados”.
Avanzan con el ajuste
La compañera Ríos nos decía: “En esta última tanda han echado a muchos médicos especialistas, con antigüedad en el hospital. El ahora secretario de salud Rubinstein intenta justificar los despidos hablando de “incumplimiento laboral”, cuando no cumplieron con ninguno de los requisitos previos que hay en la administración pública, no citaron al personal, no dieron avisos previos para discutir el tema de los horarios, nada. La gente se enteraba del despido cuando entraba y ponía el dedo para fichar. Este ataque se centró en el sector profesional: clínicos, endoscopistas, una neumonóloga de adultos, neurocirujanos, traumatólogo de columna, psiquiatras, otorrino, obstetras, bioquímicas… es impresionante la gente que dejaron afuera en esta tanda.
“Está claro que este plan de despidos es totalmente político. El gobierno quiere implementar la CUS (Cobertura Universal de Salud), que es un plan para privatizar la salud pública, y quiere recortar a toda costa. Han despedido ya 1.300 personas. Desguazaron varios sectores, como Enfermería. Con lo que cuesta formar un enfermero en estas áreas. Despiden a compañeras y compañeros con muchos años de especialización, y como están con la soga al cuello en algunos sectores, han tomado personal inexperto como monotributistas, al que le pagan miseria y no tiene cobertura social”.
“Hay que unir lo más posible”
La dirigente de Cicop decía a este semanario, sobre cómo enfrentan los despidos: “En esta última lucha, junto a los trabajadores del hospital con sus gremios y los pacientes, que están organizados como Comisión, se formó una Comisión de vecinos, con la que estamos trabajando juntos. Están participando en las rondas que hacemos en el hospital todos los miércoles. Esto es muy importante porque cuesta unir a los distintos sectores, en primer lugar de los propios trabajadores. Están los de planta, los residentes, los profesionales, los no profesionales.
“Un problema para unir a todo el hospital, es que, a diferencia de otros tiempos, ATE del hospital está comprado por la dirección, y UPCN como siempre, con el gobierno. Acá los que hicieron punta somos los de Cicop, y el STS, un gremio del hospital, de no profesionales. Desde Cicop venimos batallando contra el ‘contrato 48’ desde el gobierno anterior. Bajo esta modalidad está el 80% de los trabajadores del hospital, y permite el despido sin trámite previo, con lo que se la dejaron servida a este gobierno.
“Otra dificultad es el grado de militarización del hospital. El tercer piso, donde está la dirección, está lleno de seguridad, y han puesto cámaras y micrófonos por todo el hospital. Esto dificulta las asambleas porque han metido miedo. Nos negaron el salón de actos, donde tradicionalmente se hacían las asambleas de los gremios. Hemos denunciado la persecución gremial en la OIT.
“Estamos haciendo de todo para unir lo más posible: asambleas conjuntas, mucha agitación adentro, trabajamos con pacientes y vecinos, estamos vinculados a otros sectores estatales en conflicto, y tratando de tener presencia en los medios de difusión. Hemos creado un fondo de huelga para los compañeros cesanteados.
“Con esta última tanda de despidos hubo un cambio. Como afectaron al sector profesional, se empiezan a sumar. Antes muchos no lo hacían, algunos por miedo, otros por ideas porque una parte viene de votar a Macri.
“El centro de las actividades, con la reivindicación principal de la reincorporación de todos los despedidos, hoy son las rondas de los miércoles. Ahí se planteó que sea sin banderías políticas, y son cada vez más masivas. Luego de las rondas impulsamos asambleas. Se han sumado los residentes con sus reivindicaciones, principalmente que no cobran los de primer año. En los últimos tiempos, están dando señales de la posible reincorporación, a cuentagotas, de uno, dos o tres despedidos, los casos que tomaron mayor difusión pública”.
En el cierre de la nota, la compañera Aurora nos contaba que al cierre de esta edición, miércoles 26, luego de la ronda se haría un abrazo al hospital con la participación de trabajadores, pacientes y vecinos.
Hoy N° 1736 27/09/2018