1. Atacan a Gualeguaychú
Atrás quedaron los discursos de campaña electoral en los que Néstor Kirchner, en Gualeguaychú, gritó: “¡Fuera Botnia!”, la actual presidenta aplaudía a su lado, y Romina Picolotti asumía en Medioambiente. Como si nada de eso hubiera sido dicho y hecho, Cristina K se puso, ahora, a la cabeza de la criminalización de esa justa protesta, haciéndose querellante en la acusación por 18 gravísimos delitos penas a los dirigentes del movimiento ambientalista. Para ser “querellante”, el gobierno usó como instrumento una ley de la dictadura de Onganía. En oposición de esa criminalización kirchnerista de esa protesta, Eugenio Zaffaroni, juez de la Corte Suprema, declaró que el corte de Gualeguaychú “no es un delito”, (Clarín.com, 14/6).
El gobierno se embarcó en la disputa judicial de la Corte de La Haya, en la que predominan los jueces puestos por los países europeos que han decidido enviar a nuestros países las industrias contaminantes. Días pasados, el presidente uruguayo Mujica y Cristina K acordaron negociaron el apoyo de Uruguay a la presidencia de Néstor Kirchner en la Unasur a cambio del levantamiento del corte de Gualeguaychú. También hubo negocios sobre energía. Mujica cumple los pactos con las pasteras que profundizan la dependencia uruguaya, y Cristina K busca salidas al fracaso de la política energética basada en concesión tras concesión a sus amigas y socias, las petroleras imperialistas.
En Gualeguaychú “hay mucho enojo contra el gobierno”, sostuvo el obispo de esa localidad, Jorge Lozano. El pueblo de Gualeguaychú, atacado por los dos gobiernos, debate cómo seguir con su lucha. Para todas las fuerzas populares, hoy todos somos gualeguaychenses. ¡Si golpean a Gualeguaychú, nos golpean a todos, y la respuesta popular debe ser a lo largo y ancho del todo el país, con toda firmeza!
2. Los problemas siguen…
La gran lucha de los trabajadores de Arcor-Bagley en Córdoba rompió los topes salariales que pretendieron imponer el gobierno y las patronales en las paritarias. Los acuerdos homologados por el Ministerio de Trabajo son, en promedio, del 30%, cifra que quintuplica el aumento de precios del 6,1% pronosticado en el presupuesto nacional para este año. Hasta Moyano, que en algún momento habló del 20% para los camioneros, ahora reclama el 30%. El paro nacional de los trabajadores estatales de ATE golpea el acuerdo firmado por el kirchnerismo de la UPCN, respetando los topes. También, de hecho, golpea a Yasky y la dirección de la CTERA, que avalaron esos topes.
La jornada nacional de lucha de los Desocupados de la CCC, el 9/6, siguió mostrando que el hambre crece con la rapidez de la inflación. También lo demuestra la grave situación de los campesinos y el pueblo pobre, en particular los originarios, del Chaco, que libran una lucha persistente para que el gobierno cumpla con los acuerdos firmados. El escándalo por la desnutrición en Salta, con la muerte de dos bebés originarios y una joven de 15 años con 8 kilos de peso y un metro de altura, volvió a mostrar la mentira K de que el gobierno acabó con la indigencia, como dijo la presidenta cuando anunció “el desendeudamiento federal”.
Lo movilización de estudiantes secundarios de la Capital Federal, luego de la gran marcha de los de Berazategui, Quilmes y Varela, y la lucha de los universitarios de Medicina de La Plata, muestran la situación combativa del estudiantado.
A la grave situación de las zonas trigueras y ganaderas, se agrega el alto nivel de retenciones que golpea a los campesinos medios y los chacareros.
La situación en Gualeguaychú, la de Andalgalá que marcha a un nuevo corte por cinco días, demuestran el rechazo a las políticas del gobierno K de remachar la dependencia alentando a los monopolios que saquean las riquezas y envenenan la región.
3. La Kriminalización de la protesta
El gobierno trata de usar el clima de apoyo popular al seleccionado nacional –estimulado por el triunfo ante Nigeria y el buen desempeño de Leo Messi–, para avanzar con medidas a contrapelo de las masas. El gobierno, y también los otros sectores de las clases dominantes.
Activaron alrededor de 50 juicios contra los dirigentes de la Comisión Interna de Kraft de la histórica huelga. Enjuician y persiguen a los dirigentes de las huelgas docentes de Tierra del Fuego y Río Negro. El gobierno reprimió, encarceló y enjuició a los dirigentes de los Desocupados de la CCC en Misiones. Quemaron la casa de Reina Gómez, dirigente de la CCC de Las Palmas. Saquearon la casa de Eduardo Buzzi y provocaron a Alfredo De Angeli, con amenazas contra la lucha agraria. Se activaron los juicios a la Comisión Interna que dirigió el conflicto de Kraft del 2009. Sobreseyeron a De la Rúa pretendiendo instalar la impunidad política de los responsables de la represión. Han criminalizado la justa protesta de Gualeguaychú. Estos y otros hechos, vuelven a demostrar el doble discurso sobre los derechos humanos, en donde el verso es cobertura de la creciente criminalización de la protesta popular.
La política del kirchnerismo de “borocotizar” las “barras bravas”, incluyendo el pago de sus viajes al Mundial, anticipa el uso de patotas que ya sufrieron en su momento los trabajadores del Hospital Francés.
Las demandas insatisfechas de las masas –hambre, salarios, trabajo, presupuesto de salud, educación y vivienda, la situación de las masas agrarias, etc.–, marcan una agenda política que va a contrapelo de la política kirchnerista. Plata hay: $ 96.000 millones está manoteando el gobierno de fondos fiduciarios, la Anses, utilidades del Banco Central, mayor recaudación de la dibujada en el presupuesto, etc. (La Nación, 13/6). Pero el gobierno ata el manejo de esos fondos a sus planes electoralistas. Y los grupos opositores que responden a otros sectores de las clases dominantes enfrentadas con el “capitalismo de amigos K”, cuestionan ese manejo del gobierno para reclamar más ajuste y más mano dura.
De ahí la gran importancia de la iniciativa que prepara el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia: una gran movilización en julio por el desprocesamiento de los luchadores obreros y populares, la libertad de los presos políticos y demás reclamos democráticos.
4. La crisis
Después del ajuste en Alemania, el gobierno francés lanzó el suyo por 100.000 millones de euros. “Los países europeos con problemas [con España, Portugal, Irlanda, Hungría e Italia, a la cabeza], pueden entrar en default durante los próximos seis a doce meses”, afirmó Claudio Loser, director para la Hemisferio Occidental del FMI (Ambito Financiero, 14/6). El primer ministro de Japón anunció que su país está “en riesgo de cesación de pagos”.
La crisis golpea duro en el mundo. Pero también golpean duro los obreros que se rebelan contra los ajustes de las burguesías imperialistas, como se vio en las masivas movilizaciones en Grecia, Italia, Alemania y España. O como se dio en China, con la oleada de luchas salariales que estimuló el triunfo de la huelga de los obreros de la Honda (ver pág. 15).
No estamos “blindados” frente a ese mundo. Mucho menos con la política kirchnerista que refuerza la dependencia y nos ata al carro de los vaivenes de las potencias imperialistas.
5. Tablero pateado
El triunfo de Ricardo Alfonsín en las internas del radicalismo bonaerense, pateó el tablero político y provocó cambios bruscos. Cortó rápidamente las ilusiones del kirchnerismo de que podría adueñarse de las memorables jornadas de profundos sentimientos patrióticos y populares del Bicentenario.
El kirchnerismo planeaba ganar en la primera vuelta con el 40,1%, frente a una oposición dividida, y polarizando el escenario con Macri y Cobos. Recibió un golpe en la nuca. En ese viejo tablero, Macri y Cobos eran levantados como las figuras más taquilleras de la oposición al kirchnerismo, lo que le era cómodo para polarizar “Kirchner o la derecha”.
Ricardo Alfonsín triunfó con el apoyo de muchos radicales que fueron a votar contra el poderoso aparato de Moreau, Storani, y el de Nosiglia, que juegan con Cobos. Apenas triunfó, Alfonsín recibió el apoyo de Margarita Stolbizer y del socialismo, lo que abrió la posibilidad de un frente de centroizquierda, que rompe los planes kirchneristas para el 2011.
Luego del triunfo de Ricardo Alfonsín, rápidamente, el peronismo “no K” se reunió, acordando que todos apoyarán al candidato mejor colocado para pelear la presidencia en el 2011. De hecho, ese acuerdo del peronismo opositor al kirchnerismo, deja al PJ dividido en dos fuerzas, dejando en el aire el juego K de dividir a sus opositores dentro del PJ.
5. Un clima “caliente”
Los compromisos con Corea del Sur y Grecia van a “calentar” el clima “mundialista”. Los triunfos deportivos, en un país oprimido como el nuestro, convocan sentimientos de orgullo nacional frente a las grandes mafias deportivas, particularmente europeas, que se llevan a nuestros jóvenes, cada vez más temprano.
Pasó el Bicentenario y dejó sus huellas. También pasará el Mundial que también dejará huellas. Pero no nos desguarnecemos.
Estamos con Gualeguaychú, como vamos a estar junto a las luchas por cada reclamo. Y sabemos que los problemas, sociales y políticos, quedarán, con toda su fuerza. O con más fuerzas, si se quiere, porque lo que emergió el Bicentenario, y lo que brote del pueblo en el Mundial, van a abonar la lucha por la segunda independencia, capaz de refundar una nueva Argentina.