Noticias

16 de enero de 2013

Primero fue el 22 de diciembre, a 10 meses de la masacre ferroviaria de Once. Luego el 30 de diciembre, a 8 años de Cromañón. Los familiares de las víctimas, los sobrevivientes, y un conjunto de organizaciones sociales y políticas reclamaron de manera conjunta justicia, y homenajearon a las víctimas.

Basta de muertes políticas

Navidad Vacía: Se unen familiares de Cromañon y de Once

En Plaza de Mayo, el 22 de diciembre, emitieron un documento al que titularon “Navidad vacía” que comenzaba diciendo: “Estamos reunidos hoy 22 de diciembre, a 10 meses de la tragedia de Once, con 52 muertos y 800 heridos; a 19 años de Kheyvis con 17 muertos, a poco de recordarse los 8 años de la masacre de Cromañón con 194 muertos y miles de sobrevivientes heridos; a 2 días de haberse cumplido 11 años de la represión del 19 y 20 de diciembre de 2001, con al menos 38… muertos, a 11 años del Triple Crimen de Floresta, con 3 muertos. Un listado que nos entristece y compromete: vidas perdidas, culpables sin castigar. Estamos nombrando sólo algunos que ocurrieron durante sucesivos diciembres. Unas fechas entre otras muchas, que nos muestran que existe impunidad en democracia. Hoy en democracia, se mata, se tortura y se desaparece.

“En este camino, estamos encontrando lo que nos hermana, y avanzamos unidos. Nos hermana el dolor y la necesidad de Justicia. Es así como suena, tan básico y tan profundo e indestructible a la vez. Dolor por las ausencias evitables y violentas, dolor por ver a los responsables sueltos –y a menudo, en cargos públicos-, dolor porque nos toca impulsar las investigaciones, sobreponiéndonos a la tristeza y al duelo…”

Más adelante afirman que “Esta NAVIDAD VACIA nos afecta no solamente a los familiares y amigos directos, sino al pueblo todo: tenemos ante nosotros más de 500 copas vacías y sabemos que son insuficientes, que la lista no se agota, que algunos atropellos ni se denuncian, que a menudo quienes lo hacen siguen corriendo peligro…”.

Luego el documento enumera distintos casos de falta de justicia, desde el vergonzoso fallo en el juicio por Marita Verón, a Carlos Fuentealba, Luciano Arruga, colegio Ecos, Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, Mariano Ferreyra, afirmando: “Estas muertes y desapariciones implican un desafío para que todos entendamos que los derechos humanos no son únicamente una bandera para juzgar a los genocidas del pasado. No hay derechos humanos de primera o de segunda categoría. Los derechos humanos son de ayer, de hoy, de siempre”.

En referencia al genocidio dictatorial, recuerdan los familiares “La lucha constante de organismos de derechos humanos y diversas organizaciones sociales, por memoria, verdad y justicia, ha logrado contundentes resultados en juicios por crímenes de la dictadura, considerados de Lesa Humanidad.

“Es hora de pensar, como pueblo, en impulsar las modificaciones necesarias para que esa condición de poder ser juzgados sin límite de tiempo alcance a todos quienes decidan desempeñar la función pública. Que los delitos de funcionarios corruptos, sean imprescriptibles. Que pueda recaer sobre ellos, tarde o temprano, todo el peso de la ley…”

El documento conjunto denuncia que “Cromañón, Kheyvis, Beara, la tragedia de Once son el resultado de la conjunción entre la corrupción política, estatal y empresarial. Muchas Madres del dolor han visto como los retrasos judiciales las dejan sin respuestas”.

Sobre la masacre ferroviaria de Once, advierten que “Los heridos han sido deliberadamente olvidados y se les ha quitado la insuficiente ayuda brindada. El poder político mira para el costado, se tapa los oídos cuando hablamos, se calla.

“Con indignación hemos conocido la existencia del supuesto envío que el gobierno nacional habría hecho para la refacción de los mismos vagones de siempre a la empresa Emfer, perteneciente al maldito grupo Cirigliano. La idea final sería presentarlos como una gran renovación cerca del próximo 22 de febrero.

“De constatarse tamaña falta de respeto al dolor, estaríamos recibiendo un nuevo golpe. Instamos a las autoridades a aclarar este punto que de ser cierto estaría reñido con la más mínima ética demostrando que los vínculos políticos y económicos con los procesados que destrozaron nuestra vida se mantienen intactos”.

 El 30 de diciembre se volvieron a reunir en Plaza de Mayo, y en canteros de la misma, junto a los recuerdos de las víctimas de Once, 194 zapatillas fueron dejadas, como señal de la continuidad de la lucha.