A quince días de promulgada la reforma de la Ley de Quiebras –presentada como parte de la campaña electoral–, la Corte Suprema de Justicia acaba de sacar un fallo contra un “recurso de queja” elevado por la Cooperativa Bauen, contra la resolución del Juzgado en lo Comercial N°9, Dra. Hualde, que le restituye el edificio de Callao y Corrientes a sus antiguos dueños. Ellos son el grupo Iurcovich, socios de la dictadura militar, que construyeron el hotel para el Mundial del ‘78 con créditos del ex Banade (Banco Nacional de Desarrollo) y nunca devolvieron el dinero.
Debemos recordar que con la crisis del 2001 y el estallido del Argentinazo, un sector de los trabajadores tomaban sus empresas en quiebra, desafiando la legalidad y buscando una salida que le diera continuidad en sus trabajos.
Las clases dominantes en la crisis necesitaban ganar tiempo y retrocedieron, pero no tanto como para resolver esta grave situación en la forma correcta. Concedieron sí, pero sin alterar las leyes existentes.
Fue así que se abrieron, dentro de este movimiento que surgía, distintos caminos de lucha, que podríamos sintetizar esquemáticamente en cuatro:
*Los que empujaban la expropiación a “título gratuito”, o sea que el Estado pague la quiebra y le otorgue los títulos de propiedad a la cooperativa de los trabajadores.
*Los que impulsaron la expropiación a “título oneroso”, donde el Estado expropia por un tiempo limitado y si no paga ni éste ni la cooperativa, vuelve a la quiebra y se remata.
*Los que pretendieron que el Estado expropie para sí y se les dé la administración a los trabajadores.
*Y los que empujaron la “vía judicial”, de denunciar en la Justicia las estafas que existen atrás de cada quiebra, confiando en que demostrado esto, la justicia les otorgaría la propiedad de la empresa.
La política kirchnerista
El gobierno kirchnerista, en vez de resolver el problema de fondo, se dio una política específica que le diera tiempo para dividir, cooptar y corromper los movimientos de lucha que se formaban por el hambre y la desocupación. Concedió subsidios y negocios -sobre todo a los propios y aliados- que le sirvieran a su política de “recomponer las instituciones del Estado”.
Trabajó para esto desde los ministerios de Trabajo y Desarrollo social. Desde este último, y con precisión quirúrgica, utilizó a los que creían ver en este proceso que se iniciaba una política distinta a la llamada neoliberal de los ‘90, tratando de aislar y dividir a movimientos como la CCC (Corriente Clasista y Combativa), que estuvimos a la cabeza en la lucha por un verdadero cambio en la política, tanto para los desocupados como para los trabajadores de las empresas recuperadas.
El Bauen
El Bauen, como Renacer, Zanon o Brukman, son ejemplos imprescindibles a la hora de conocer el “movimiento de recuperadas”. Sus trabajadores han tenido una política solidaria en distintos momentos con muchas cooperativas y con el movimiento popular.
Si bien el Bauen presentó en su momento un proyecto de ley de expropiación, nunca persistió en ella como la única salida, creyendo que la “vía judicial” era posible por la complicidad de Iurcovich con la dictadura. Y su dirección está entre los que creyeron que la reforma a la Ley de Quiebras es un paso “positivo” y una medida “progresista” de este gobierno.
Dirigen la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (Facta), que integra la CNCT (Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo), con oficinas en el piso 20 del Hotel.
Como el Estado no tiene una Secretaría específica que atienda las necesidades y la complejidad de este sector, esta Confederación reúne a la gran mayoría de las federaciones de cooperativas, y se ofrece como interlocutora de peso con el gobierno, buscando agrupar tanto a las cooperativas de trabajo como a las empresas recuperadas, e impulsan con el kirchnerismo una modificación de la Ley de Cooperativas 20.337 que favorezca ese objetivo.
De hecho, acciona como un Inaes (Instituto Nacional para la Economía Social) paralelo, ya que funcionan dentro y fuera de él, con un pie firme en el Ministerio de Desarrollo Social y con acceso a la distribución de una parte importante de los subsidios que éste destina a las cooperativas.
La propiedad obrera
Por ahora, sólo los trabajadores de Renacer lograron los títulos de propiedad, pelearon la expropiación a “título gratuito” en la Legislatura y mantuvieron esa lucha hasta que la provincia de Tierra del Fuego pagara. Sentaron jurisprudencia y antecedentes de que se puede. Como éste no era un ejemplo para propagandizar, fue ninguneado y ocultado, no por la distancia, sino por política.
Nunca el gobierno kirchnerista dispuso un fondo para pagar las quiebras, y siempre sus diputados y senadores, con mayoría, se opusieron a sacar la Ley Nacional de Expropiación para las recuperadas en el Congreso, incluso la que presentó el Bauen con Zanon ¿Por qué fue esto así?
Porque son fieles representantes de las clases dominantes en el Congreso, y no van a convalidar que los trabajadores “usurpen” la propiedad privada de los medios de producción, por más estafas que haya habido en ellas.
Por eso acordaron con la oposición la reforma a la Ley de Quiebras, presentándola como una solución, arrastrando en la votación a sectores democráticos, y condenando a los trabajadores que arreglen con los jueces y los acreedores pagar las deudas para poder seguir trabajando.
El gobernador Scioli, en la provincia de Buenos Aires, veta las pocas leyes de expropiación que van saliendo y no paga las expropiadas con la excusa de “falta de presupuesto”. Es el caso del Frigorífico de Mar del Plata Sadowa, el de Isaco de San Martín, Adidas, Yaguané, etc. Macri hace lo mismo en la ciudad de Buenos Aires y se opone a la expropiación del Bauen.
Debemos unir en un solo movimiento. Por la expropiación definitiva para todas las recuperadas, como necesidad para la continuidad de las cooperativas en manos de sus trabajadores.
Apoyar a los trabajadores del Bauen en el Congreso en la ley de expropiación, y llamar a un plenario de recuperadas que unifique en ese reclamo el de todas y decidir las acciones a seguir.