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19 de diciembre de 2017

En medio de las imágenes y los ruidos de las cacerolas que se adueñaban masivamente de las calles contra la reforma previsional, el mensaje comenzó a correr de una punta a otra del país: Belén Galán logró la orden judicial cautelar por 90 días que le permite salir con sus mellizas de Mar del Plata, y volver a Jujuy después de Navidad.

Belén ya puede volver con sus mellizas

Jujuy

Belén, joven jujeña, terminó prisionera en Mar del Plata por denunciar violencia de parte de su ex pareja y papá de sus hijas. La orden judicial que siguió a la orden de restricción que la resguardaba de la violencia, fue la prohibición de que las niñas de un año salieran de Mar del Plata. La razón: aunque las niñas estuvieran desde su nacimiento al cuidado exclusivo de su mama, el Código Civil establece como regla el cuidado compartido de los hijos. Esta norma (art. 651 del CC) paso a ser –como en la mayoría de los casos- la herramienta legal perfecta del violento para ejercer más violencia contra Belén. La Justicia multiplicó esa violencia, obligando a Belén por meses estar en un hogar para mujeres víctimas de violencia con sus niñas, luego recibir una cuota alimentaria ínfima para vivir las tres, y Belén sin trabajo y con dos bebas a cargo quedó sola en Mar del Plata, sin tener contención familiar necesaria para reparar tanto daño. Cuando estuvo en Jujuy luego de lograr un permiso para viajar por 30 días buscó ayuda y logró una orden judicial para quedarse aquí. Así pudo probar claramente la violencia padecida con pericias, que también acreditaron lo aconsejable de quedarse en una ciudad que la liberaba de la violencia económica, psicológica, y le permitía criar a sus hijas en otro ámbito, las tres libres de violencia.

Pero la justicia marplatense ordenó al poco tiempo el reintegro de las niñas a su padre a pesar de todo.  El regreso a Mar del Plata se negoció en una audiencia en los tribunales jujeños, donde las niñas volvieron separadas –por primera vez- cada una con un progenitor. Así la comunidad jujeña a través de los medios conoció la historia, donde la justicia puede ser tan violenta como el violento mismo. Para Belén, fortalecida con el acompañamiento del movimiento de mujeres tanto en Jujuy como luego en Mar del Plata y en el resto del país, la batalla continuó para lograr su regreso a Jujuy.

La orden judicial es por 90 días, Belén tiene que volver a Mar del Plata con las mellizas el 27 de marzo de 2018. Allí sigue en debate el cuidado compartido de sus hijas. Una situación que sigue demostrando cuán injusta puede ser la ley cuando expresa en lo formal lo que no ocurre en la realidad. El cuidado compartido de los hijos es una hermosa ilusión en una sociedad en la que las mujeres no asuman el rol casi exclusivo del cuidado de los hijos, regla en parejas donde el machismo impera.

Por eso esperamos a Belén en Jujuy, con la alegría de una batalla ganada, pero sabemos que la lucha sigue. Por Belén y todas la Belén. Porque no puede haber cuidado compartido si hay violencia, y porque el código civil violenta.