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06 de febrero de 2013

Bicentenario de la Batalla de San Lorenzo

3 de febrero de 2013

Cabral, soldado heroico,
cubriéndose de gloria,
cual precio a la victoria,
su vida rinde, haciéndose inmortal.
Y allí salvó su arrojo la libertad naciente
de medio continente,
¡Honor al gran Cabral!”

Tiempos corren, Don José,
en que blandir su sable corvo es, nuevamente,
urgente y necesario,

Cabral, soldado heroico,
cubriéndose de gloria,
cual precio a la victoria,
su vida rinde, haciéndose inmortal.
Y allí salvó su arrojo la libertad naciente
de medio continente,
¡Honor al gran Cabral!”

Tiempos corren, Don José,
en que blandir su sable corvo es, nuevamente,
urgente y necesario,

para escupirle en la jeta a los de afuera
(con usted, Moreno, Güemes, Artigas y Bolívar)
que no se paga lo que no se debe,
que las tierras se reparten, solamente,
a los hombres y mujeres que la riegan con su esfuerzo y con su llanto, que no se mata ni hambrea a los indios ni paisanos,
que no se debe cambiar amo viejo por el nuevo: ¡ningún amo!
Blandir su sable corvo, Don José,
y recordarle a los profetas sumisos y entreguistas
(los de adentro),
que pregonan que sólo debe hacerse “lo posible”, que pretender algo más sería “extraordinario”,
recordarles, decía, que Usted enarboló la consigna de la Independencia cuando muchos vacilaban y hasta desandar querían los pasos de la heroica gesta del Mayo Revolucionario.
Tiempos corren, Don José, en que blandir su noble sable corvo es urgente y necesario.
Para apoyarlo despacito en el cogote
de toda la basura
y recordarle en el oído que mal gobierna
el que entrona en sus altares a la usura.

 Hugo Ponce