En Marruecos desde abril, viene creciendo una campaña de boicot a los productos de tres empresas que han aumentado brutalmente sus precios.
Las empresas afectadas son los productos lácteos elaborados por el monopolio francés Centrale Danone, el agua mineral Sidi Ali y el combustible que venden en las estaciones de servicio Afriquia. Las estaciones de servicio Afriquia son propiedad del multimillonario marroquí Aziz Akhnouche, quien también es Ministro de Agricultura y Pesca Marítima.
El boicot comenzó impulsado por un grupo de adolescentes a través de Facebook, y se ha generalizado en todo el país, llegando a ser absolutamente masivo. Los directivos de Danone reconocieron la pérdida de 13 millones de euros, y temen que el boicot se extienda a países como Túnez y Egipto.
Para entender la masividad del boicot, sirve conocer que un litro de agua Sidi Ali, cuesta 6 dirham, es decir unos 50 centavos de euro en un país en el que el salario promedio es de 400 euros por mes.
El gobierno marroquí ha hecho varias amenazas para que se termine con el boicot, pero los jóvenes que son sus principales impulsores dicen que el régimen no puede reprimir como quisiera, ya que no puede cancelar las redes sociales. Un joven, Cherif, trabajador nocturno en pubs, decía a medios europeos: “Los productos han ido subiendo de precio hasta un punto que es inadmisible. Recuerdo comprar leche a 2,5 dirhams (0,22 euros) el litro, luego el envase de medio litro costaba tres dirhams (0,27 euros) y lo han subido a cuatro (0,36 euros)”. Cuenta Cherif “¿Sabes que aquí hay personas que no cobran ni 60 dirhams (5,40 euros) al día? Marruecos crece, sí, para los ricos. ¿Y qué pasa con el padre de familia que no cobra ni 60 dirhams al día? ¿Tú crees que puede comprar leche para sus hijos?”.
Los jóvenes que motorizan el boicot dicen que los objetivos son “Que bajen los precios, consumir otras marcas más pequeñas, que estas empresas dejen de controlar el mercado y que el dinero deje de estar casado con la política”. Y dicen que ya no se trata sólo del agua, la leche y la gasolina, “sino del precio de la vida en general y de la corrupción sistémica que ahoga a la clase trabajadora del país”.
Hoy N° 1728 01/08/2018