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02 de octubre de 2010

Con la firma de su secretario general Jorge Echazú, el pasado 12 de agosto el Partido Comunista Marxista Leninista Maoísta de Bolivia dio a conocer su balance del referéndum revocatorio del domingo 10.

Bolivia: soberanía y legitimidad

Hoy 1231 / Los maoIstas bolivianos, sobre el referéndum revocatorio

La derecha reaccionario-fascista radicada en la llamada “media luna”, trata ahora, por todos los medios, de desacreditar el sensacional triunfo electoral logrado por el compañero Evo Morales a nivel nacional con un porcentaje superior al 67% (más de dos millones de votos).
Sus corifeos que hoy se refugian en los títulos rimbombantes de “analistas” políticos, no saben cómo justificar y ni siquiera explicar sus catastróficos vaticinios sobre la “derrota” electoral de Morales. Incluso otro analista internacional muy sospechoso como Heinz Dieterich sostiene muy suelto de cuerpo que Morales obtuvo menos votos relativos que los prefectos, una gran falsedad como lo veremos adelante.
Se sostiene ridículamente que “no ha cambiado nada” y que solamente se ha ratificado a los “triunfadores” en las elecciones anteriores con la sola excepción de los prefectos de La Paz y Cochabamba. Algunas voces anuncian que el famoso y ridículo “empate catastrófico” se ha ratificado. ¡Nada más falso!
Sin embargo, en realidad, se ha producido un extraordinario fortalecimiento de las posiciones políticas del proceso y del propio presidente Morales. Dicho fortalecimiento significa que la Agenda de Octubre debe seguir adelante hacia la transformación del proceso de cambio hacia un proceso francamente revolucionario.

Un análisis necesario
Analicemos los resultados totales al 99.99% de los votos emitidos.
El presidente Evo y el proceso de cambio han obtenido más de dos tercios de la votación nacional. Recuérdese la ofensiva rabiosa que levantó la derecha en torno a este principio que apareció como un verdadero veto a la voluntad popular. Parecería que en respuesta a esta exigencia reaccionaria, el pueblo determinó llegar a los dos tercios y los superó ampliamente.
Por otra parte realizaremos estas comparaciones que son de una importancia fundamental.
En Chuquisaca, Evo Morales obtuvo el 53% de los votos, es decir superó la votación de Sabina Cuellar (51%), representante del infame Comité Inter-Institucional fascista. A pesar de la brutal ofensiva regionalista de los sucreños, la población campesina y popular chuquisaqueña determinó un triunfo sensacional del proceso de cambio. Chuquisaca no revocó sino que ratificó el mandato de Evo Morales contrariamente a la información de la prensa vendida.
En Pando, Evo Morales ganó el referéndum y superó la mitad más uno (54%), es decir la mayoría absoluta. Pando, efectivamente, no revocó sino que ratificó el mandato del compañero Morales.
En Tarija, Evo Morales llegó prácticamente al 50% de la votación y lo mismo fue ratificado en su mandato. Tampoco Tarija revocó el mandato del presidente.
Unicamente en el Beni y en Santa Cruz Evo Morales perdió la mayoría. Empero, superó enormemente su anterior votación, llegando en ambos casos al 40% de los votos.
Una comparación muy importante es la siguiente:
A pesar de los “cínicos” y su comité juvenil, el 67% de Evo Morales en escala nacional, es superior a la votación de Rubén Costas en Santa Cruz (66%).
Igualmente el 67% nacional de Morales es superior a la votación tarijeña de Mario Cossío (64%), a pesar de la infame campaña de los cínicos tarijeños.
Lo mismo ocurre con el Beni, cuyo Prefecto obtuvo el  64% muy inferior al 67% nacional del proceso de cambio. Se debe tener en cuenta que en el Beni el apoyo al presidente subió del 16% (2005) al 43% (2008), en tanto que el Santa Cruz subió del 33% al 39% (todavía parciales). Finalmente en cuanto a Pando, la votación pandina de Leopoldo Fernández 56%, es muy inferior a la nacional de Evo Morales.
¿Dónde quedan los vaticinios interesados de Dieterich y la derecha boliviana?

El pueblo boliviano obliga
a cumplir el mandato conferido

De acuerdo con estos datos, tenemos que Evo Morales y su gobierno han recibido el mandato imperativo de llevar adelante su programa y no otro programa y mucho menos mezclarlo con otros proyectos contradictorios, por lo mismo es impertinente hablar de “conciliar” la nueva Constitución con los “estatutos” ilegales, inconstitucionales y separatistas. El pueblo boliviano (la mayoría absoluta y la de los dos tercios) obliga al gobierno a cumplir con el mandato conferido y de ninguna manera otros programas.
Paradójicamente, los “lunáticos” y los “cínicos” también rechazan airadamente la “conciliación” con la que nos confunden los incautos.
Otra cosa es que el gobierno puede recibir de parte de la minoría opositora, todos los insumos que no contradigan el programa imperativo que el soberano ha acordado con su representante. Solamente se puede permitir que la minoría intervenga con propuestas positivas en torno al programa mayoritario y jamás plantear en nombre de la unanimidad bloquear y hasta obstaculizar la realización de los planes de gobierno.
La regla de la democracia verdadera, la democracia popular es una subordinación de las minorías que no tienen derecho alguno a sabotear la política mayoritaria, a la voluntad soberana del pueblo que es la mayoría real de los sectores populares, campesinos y obreros.
Es pertinente aclarar que la “democracia” burguesa y oligárquica, rinde pleitesía a la formalidad, al voto comercializado, a las campañas millonarias, al soborno corrupto y a la mercantilización de la política. Los partidos políticos son empresas capitalistas, las campañas son negocios lucrativos y el voto se convierte en mercancía. Esa “democracia” no es tal y la rechazamos enfáticamente.
Empero la Nueva Democracia, aquella verdadera que se resume en la expresión de la voluntad soberana del pueblo es la base de la Liberación Nacional y el Socialismo que finalmente será defendida con la lucha revolucionaria del pueblo boliviano. n