A mediados de mayo informamos sobre la nueva gran huelga de los trabajadores de las obras hidroeléctricas en Jirau, en plena región amazónica (hoy, 16-5-2012).
A mediados de mayo informamos sobre la nueva gran huelga de los trabajadores de las obras hidroeléctricas en Jirau, en plena región amazónica (hoy, 16-5-2012).
Durante casi todo el mes de abril, 17.000 trabajadores de la construcción de la enorme represa de Jirau -sobre el río Madera, en el límite entre los estados centrales de Rondonia y Amazonas- pararon en protesta por los salarios y las pésimas condiciones de trabajo y de vida, y exigiendo el cumplimiento del acuerdo resultante de la larga huelga de marzo-abril de 2011. El gobierno de Dilma Rousseff, en acuerdo con los monopolios de la construcción como Camargo Correa y GDF-Suez, desencadenó sobre ellos una brutal represión: más de mil trabajadores fueron despedidos sumariamente o forzados a renunciar, y los demás obligados a trabajar bajo la amenaza de rifles y pistolas. La prensa destacó la “violencia” de los obreros, y ocultó los abusos y humillaciones a que eran y son sometidos por las empresas: ninguna delegación del Ministerio de Trabajo controla el cumplimiento de la legislación laboral.
Tal es el “progreso” que la política neodesarrollista ahora de Dilma y antes de Lula impulsa mediante las obras hidroeléctricas, termoeléctricas y petroleras encuadradas en el “Programa de Aceleración del Crecimiento” (PAC).
Al día de hoy, Jhonatan Lima Carvalho, empleado de Enesa Ingeniería y miembro de la Comisión de Obreros formada en la última huelga, y Carlos Moisés Maia da Silva, empleado de Camargo Correa, siguen presos sin acusación desde el 4 de abril en la cárcel Urso Branco, en Rondônia. Diversas centrales sindicales, federaciones y confederaciones (entre ellas la CUT, Força Sindical, UGT y CSP-Conlutas) exigieron la libertad de los detenidos y el cese de los procesos criminales contra los trabajadores.
