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26 de agosto de 2014

El sábado 23, el asentamiento Papa Francisco, de Lugano, fue brutalmente desalojado, con la excusa de que el acusado del crimen de una joven vivía allí.

Brutal desalojo de asentamiento en Lugano

Operativo conjunto de la Metropolitana, la Federal y la Gendarmería

El predio está a un costado de la Villa 20, en un terreno durante años usado como cementerio de autos por la Policía Federal. A la madrugada del sábado, cerca de 2.000 efectivos de la Policía Federal, Policía Metropolitana y Gendarmería Nacional, con el mismísimo secretario de Seguridad Berni a la cabeza, irrumpieron en el asentamiento, desalojando a sus habitantes y abriendo paso brutalmente a las topadoras, que destruyeron las precarias viviendas construidas con esfuerzo por los vecinos.
Durante el desalojo fueron heridos muchos de los habitantes, incluidos niños y mujeres embarazadas. La policía y los empleados del gobierno de la Ciudad tiraban a la calle colchones, muebles y las pocas pertenencias de la gente. Algunos vecinos que opusieron resistencia fueron detenidos en el operativo, en el que las fuerzas represivas usaron gas pimienta y balas de goma.
Una vecina, Albertina, denunció en los medios que uno de los policías, a quien pudo identificar como “el subcomisario Correa”, ingresó violentamente al lugar y tiró al suelo a su hija, quien se moviliza en silla de ruedas. Además, agregó que los efectivos no les permitieron sacar ninguna de sus pertenencias, solamente los documentos. “Te echan como a un perro. Esto estaba pensado. Liberaron la zona para sacarnos, porque nosotros habíamos pedido seguridad y no hicieron nada”, dijo la mujer.
Desde el 2005, una ley dispuso incorporar este predio al plan de urbanización de la villa y ordenó su saneamiento. El gobierno porteño recién recuperó el terreno en 2013, y sólo lo había vaciado de autos. Ante la necesidad surgió la toma, en febrero de este año. 
María, otra vecina del asentamiento Papa Francisco, contaba a hoy el mismo 23 que “Le pegaron a los chicos, a las mujeres, a los abuelos, hasta chicos discapacitados. Entraron con las topadoras y tiraron abajo lo poco que habíamos construido en estos seis meses. Así arreglan el problema de la vivienda estos gobiernos, tanto el de Macri como el nacional, y no dan la cara. Porque el problema de la vivienda no es solo en la capital federal, está en todo el país, y ¿qué hacen? Nos desalojan, y nos ofrecen un alojamiento en un hotel por tres días, y un subsidio que dura un mes. Después olvidate. Yo tengo trámites en la Comisión de la Vivienda desde hace 20 años, con número de expediente y todo, y no pasa nada. Nos metimos acá por necesidad. Tengo cinco hijos, todos argentinos, y lo único que hacen es desalojarnos, como cuando fue el Indoamericano. Nadie soluciona el problema de la vivienda. Tengo mucha bronca, nos tiraron a la calle todas las cositas que teníamos, y encima nos amenazan con reprimirnos”, concluyó María.
Una vez más, se unen el gobierno nacional y el de la ciudad contra los vecinos que, desesperados ante la imposibilidad de acceder a una vivienda, van a parar a las villas y asentamientos. Entre 2001 y 2010 la cantidad de habitantes de los asentamientos y villas creció un 52% y ahora son 163.000, según denuncian legisladores. Mientras esto ocurre, no existe el más mínimo plan de viviendas populares y, tanto Cristina Kirchner como Macri, buscan terrenos para levantar gigantescos negociados inmobiliarios.