En su memoria, reproducimos aquí su discurso en el acto por el 40 aniversario del PCR, realizado en el Luna Park el 30 de abril de 2008, cuando el país era conmovido por la histórica rebelión agraria.
En su memoria, reproducimos aquí su discurso en el acto por el 40 aniversario del PCR, realizado en el Luna Park el 30 de abril de 2008, cuando el país era conmovido por la histórica rebelión agraria.
En primer lugar, traigo el saludo de las asambleas y de los piquetes agrarios del sur de Santa Fe, Entre Ríos, norte de Buenos Aires, sur de Córdoba.
Yo tengo una vida antes de la pueblada agraria que me gustaría recordar, porque me he encontrado con muchos compañeros de aquella época, de hace cuarenta años. Y hace 40 años nosotros pertenecíamos al Movimiento Estudiantil Nacional de Acción Popular que fue uno de los afluentes que ayudó a conformar este partido.
Romper era relativamente fácil con esa lacra, el quid de la cuestión era generar una línea y conformar una teoría para la revolución. Me acuerdo que nos tocó debutar en Corrientes con una consigna, decíamos que Onganía “estaba sentado bajo un polvorín de odio popular” y así fue que los correntinos, comenzamos a echarle fósforo a ese polvorín hasta que estalló, y después vino el Rosariazo y el Cordobazo.
Polvorines o volcanes van a existir por los siglos, mientras haya países opresores y países oprimidos, mientras unos escupan sangre para que otros vivan mejor, como dice don Ata. Y está llena la historia de la Argentina de estos ejemplos. También mostró el video cómo fue el 2001 que nosotros lo vivimos con las multisectoriales del sur de Santa Fe, las asambleas, las Mujeres en Lucha que dieron ese ejemplo extraordinario que fue el Casildazo. Si no que digan qué es lo que está pasando hoy con el campo, en un campo argentino donde 6 mil familias tienen el 53% de la tierra, donde el 2,8% dirige el 60% de la producción de soja en la Argentina, mientras contingentes y contingentes de compatriotas nacidos y criados en el interior van engrosando las villas miserias.
El ex presidente está sacado. A Kirchner le gusta que le digan pingüino, pero a esta altura, parece una cruza de pingüino con carancho; porque, para los que no saben, el carancho es un ave de rapiña muy popular en Argentina. Caranchea en la minería, caranchea en el petróleo, en los bancos, en la pesca, y ahora el carancheo mayor va a ser en la coima del tren bala. Vio la soja y vio que estaba subiendo de precio de manera alarmante, porque entraron a comprar los chinos y los indios, y el carancho se largó en picada sobre la soja, picándole casi el 44% de retenciones y con los impuestos llevarlo al 70%. Y se estrelló con la gran rebelión agraria.
En este país, que es un país diseñado por los terratenientes que han hecho un embudo hacia los puertos, donde mucha sangre ha corrido en su historia, por la coparticipación con el puerto de Buenos Aires. Y ha despertado a un gigante que son los originarios, los pequeños y medianos productores de la Pampa Húmeda, los obreros de corte y trilla, los obreros de servicios.
En esta lucha, compañeros, no hay yegua madrina, para que se queden tranquilos muchos. La yegua madrina es la que lleva la campana para marcar el rumbo de la tropilla, por donde tiene que ir. Hoy las asambleas agrarias no las dirige la Sociedad Rural, no las dirige CRA, ni nadie. Es el estado asambleario de Argentina, donde todo lo que se hace se discute.
La presidenta habla de la distribución de la riqueza y te mete un impuesto unitario, que va a la chequera de los Kirchner como dijo Juancho Echeverría. Esta va a ser una lucha larga y dura, no va a ser un minué. Vamos a perder y vamos a ganar. Se lucha por quién hegemoniza y se lucha para arrancarle algo a este gobierno. Como ustedes saben, es muy difícil abrirle la mano a un usurero.
En esta lucha hemos sentido la falta de alguien. Ese alguien es el Flaco Gigli. ¡Flaco, hasta la victoria siempre!