En nombre del Comité Central del Partido Comunista Revolucionario, junto a su compañera de toda la vida Marta, sus hijas Mariana y María Eugenia y toda su familia venimos a honrar la memoria del querido camarada y amigo Cacho. Hemos perdido a un querido camarada, a un militante de todos los días, que trabajó en distintas tareas; y en cada una de ellas puso lo mejor de sí para el avance del Partido.
En su juventud fue obrero metalúrgico en los talleres LATIA en el barrio de La Paternal. Los compañeros que lo conocieron en esa época lo recuerdan como un joven inquieto y con un grado de bohemia, con inclinaciones artísticas que lo llevaron a la actuación. Por ejemplo el recordaba siempre su pasaje como extra en el teatro, en espectáculos de José Marrone y Juanita Martínez, que siempre en La Plata fue motivo de chanzas.
De muy joven se afilió a la Federación Juvenil Comunista. Fue parte de los miles de jóvenes que rompimos con la dirección del “P.C.” a fines de 1967, incorporándose al naciente PCR.
Al inicio de la década de 70 estudiaba Medicina en la Universidad de La Plata, primero viajando y después viviendo allí. En ese período su militancia fue en el sector universitario del PCR de La Plata, en un movimiento estudiantil que conmovido por el Cordobazo y por las puebladas ganaba las calles. En Medicina los estudiantes del PCR, como parte del FAUDI estaban a la cabeza de esas luchas, por ese entonces enfrentando la dictadura de Lanusse. Y Cacho se destacaba como un compañero capaz de jugar un rol importante en la autodefensa de masas.
Más tarde pasó a tomar tareas en el área de organización en el Regional del Partido de La Plata. En noviembre de 1974, cuando el C.C. de nuestro Partido definió la posición antigolpista, La Plata fue uno de los lugares donde volcamos a las masas nuestra posición. El Partido y la JCR se ganaron para llevar esa posición a las masas en el frigorífico Swift, en el Astillero, en Propulsora Siderúrgica, en el campo, en la universidad, entre los jóvenes secundarios, etc.
Frente a ese despliegue vino la respuesta sangrienta de los golpistas, claro, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires era Victorio Calabró, hombre clave en los preparativos golpistas. En La Plata en seis meses, entre diciembre de 1974 y mayo de 1975, el Partido sufrió 6 asesinatos y más de 57 detenciones. Pero el partido no se paralizó, defendió la línea antigolpista entre las masas, tuvimos una participación activa en la elección de delegados del frigorífico Swift y crecimos.
Y aquí me quiero detener. Porque hay momentos y momentos. Y aprendimos a valorar a los cuadros por el papel que juegan en los momentos cruciales de la lucha de clases. Y ese fue un momento muy difícil. El golpismo jugó para aislarnos de las masas y sacarnos del medio. Jugó para meter el terror en las filas del Partido y la Juventud. No solo la represión, sino las presiones familiares, los amigos, otras fuerzas políticas etc.
Y en se momento concreto, en el Partido de La Plata, estuvieron los que se fueron, los que vacilaron, y los que jugaron como Cacho, que se destacó por defender con firmeza nuestra posición, pelear porque el Partido y la juventud sigan funcionando y tuvo actitudes heroicas que salvaron vidas de compañeros, entre los que me incluyo. Nunca hizo alarde de eso. Tenía ese heroísmo silencioso de un hombre que tenía tareas internas, que no era conocido, y que estaba dispuesto a jugarse la vida en defensa del Partido, es otra gran enseñanza para el Partido y la JCR.
El golpe se concretó en 1976 y se instaló la dictadura más sangrienta que conociera nuestra patria. El problema principal en esas duras condiciones pasó a ser salvar al Partido, que pudiera seguir funcionando políticamente y que no nos cortaran los hilos con las masas. Ese fue otro momento concreto. En La Plata las fuerzas represivas fueron a buscar a sus casas a la mayoría de los miembros de la dirección del Partido. Todos habíamos saltado. En esas duras condiciones, Cacho jugó un gran papel organizando reuniones y ayudando a mantener los hilos con las masas que permitieron al partido jugar su rol en la histórica huelga larga del frigorífico Swift en 1977.
Es decir que en dos momentos cruciales de la lucha de clases, el período de la lucha antigolpista y en la resistencia a la dictadura fascista de Videla-Viola, con su firmeza y decisión contribuyó a impedir que el enemigo destruyera al PCR.
Posteriormente, después de la dictadura, Cacho pasó a trabajar en el frente nacional de organización. Siempre al pié del cañón para resolver las distintas tareas que se le fueron encomendando. Y en cada tarea era un “detallista”, tema a aprender, porque la no subestimación del estado se expresa, entre otras cosas, en tener en cuenta los detalles.
En los últimos años, estuvo encargado de la guardia del local central. Desde allí peleó siempre por atender cada problema y atender las necesidades de los compañeros que iban al local. Se preocupaba que esté en buenas condiciones, porque como él decía “es la cara del Partido”. Y defendió cada cosa que está en el local, cada bien del Partido como si fuera propio. Rindió cuentas siempre. Como corresponde a un comunista.
No fue un voluntarista, porque su voluntad militante estaba basada en una profunda convicción y fidelidad al Partido.
Hoy, que desde el kirchnerismo nos dan como ejemplo esos militantes muy bien pagos de “La Cámpora”, honramos la memoria de Cacho, un comunista abnegado, poco conocido, pero que se destacó en tareas que son imprescindibles para construir un Partido de masas verdaderamente revolucionario.
Seguir luchando por la revolución implica decisiones y se necesitan inmensos esfuerzos. Es una tarea ciclópea hacer crecer la vanguardia revolucionaria marxista- leninista- maoísta.
Este homenaje nos debe servir a los más viejos para ver como aprovechamos para la lucha cada instante del tiempo que nos queda. Para los más jóvenes, que tienen en sus manos el futuro, les tiene que servir para tener puntos de referencia con valores distintos a los que impone esta sociedad. Y también debe ser un ejemplo para los cientos de nuevos compañeros que se van incorporando al PCR y el PTP.
En lo inmediato estamos en la pelea por torcerle el brazo a la política de ajuste del gobierno Kirchnerista. En ese camino venimos encabezando la lucha en todo el país, que tuvieron un hito en el gran paro nacional 28 de agosto donde como parte de la multisectorial jugamos un papel importante.
Acabamos de conseguir la personería nacional del PTP y en Tucumán, con un gran acto se realizó el lanzamiento del Frente Popular con los compañeros de Unidad Popular, Pueblo Unido y otras fuerzas.
Seguir en la lucha es el mejor homenaje que le podemos hacer a un compañero como Cacho que dió lo mejor de sí para que el PCR siguiera existiendo y jugara su rol de vanguardia.
Su muerte nos causa un gran dolor, y es una gran pérdida para el partido; pero su ejemplo nos acompañará siempre para llevar adelante las banderas por las que peleó.
Tenemos un gran desafío, que el PCR y su juventud jueguen su rol para que la clase obrera y el pueblo argentino escriban las páginas que aún están en blanco de la revolución en Argentina.
Por eso quiero terminar diciendo
– ¡Viva Cacho y todos nuestros muertos y mártires queridos!
– ¡Viva la lucha de la clase obrera y el pueblo Argentino!
– ¡Viva el Partido Comunista Revolucionario!
– ¡Viva el internacionalismo proletario!
– ¡Viva la lucha por el comunismo!