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22 de junio de 2011


Camarada Mirta

Hoy 1374 / Por Amalia Silberberg

Estas son algunas de las cartas que los compañeros de los distintos barrios de Moreno escribieron volcando su sentimiento, sobre lo que nuestra querida camarada Amalia –o la “seño” como la llamaban muchos–, dejó con su militancia de años. Sentimiento mutuo, pues Amalia fue compañera, amiga, hasta casi una madre, para muchos de nosotros, compartiendo alegrías y penas, éxitos y fracasos, y como se dijo en su despedida, la extrañamos mucho y nunca la olvidaremos.
 

Estas son algunas de las cartas que los compañeros de los distintos barrios de Moreno escribieron volcando su sentimiento, sobre lo que nuestra querida camarada Amalia –o la “seño” como la llamaban muchos–, dejó con su militancia de años. Sentimiento mutuo, pues Amalia fue compañera, amiga, hasta casi una madre, para muchos de nosotros, compartiendo alegrías y penas, éxitos y fracasos, y como se dijo en su despedida, la extrañamos mucho y nunca la olvidaremos.
 
Mirta: Hace un par de días de tu partida y aun permaneces con nosotros en el recuerdo. Dejaste grandes riquezas en esta vida, como el amor, la amistad y principalmente la solidaridad. Enseñaste cosas y viviste la vida como un ángel de paso sobre esta tierra. Gracias querida camarada, gran amiga y ejemplo de revolucionaria. Gracias, por la sonrisa y también por las lagrimas de hoy… Porque sabemos que brotan de lo más profundo de nuestro corazón.
Jamás te olvidaremos.
 

B° Los Limones (Moreno)
 

Querida Seño: Estás tan cerca y tan lejos a la vez, mi querida camarada y compañera. Hoy tu partida me marca el horizonte, esa ruta en común. Tu voz trasmitía esperanza y aliento, nunca me dejaste caer. Juntos compartimos la amargura del fracaso y el sabor de los aciertos. ¡Fuiste la que me decía no! ¡Estás equivocado! O estás en lo cierto.
Hoy intento comprender porqué la vida es tan injusta. Y me parece oír tu voz que me dice: ¡no te dejé; solo me adelanté un paso! El saber que sigo tus pasos, tu ejemplo de vida, tu pasión por la revolución, me dan las fuerzas necesarias para continuar y la historia cambiar.
Tu voz tan bajita y dulce, tenía el poder de un bravo domador que hacía rendir a tus pies al más fiero león.
¡Si! La vida es un momento, así como llega pasa, pero en el camino uno encuentra a personas como vos, que hacen detener el rumbo del tiempo.
¡Hoy me despido de vos, no con un adiós, sino con un hasta luego! En cada uno de nosotros estarás presente, mi camarada, mi compañera, mi “seño” Mirta ¡hasta la victoria siempre!
 

Charly

 “Una vez yo me sentía muy cansada, y quería dejar todo, el trabajo en el barrio, la militancia, yo te decía estoy vieja a mis 69 años, no tengo ganas de seguir peleando con los compañeros del barrio. Me acuerdo que fuimos a una fiesta del partido, creo que era el picnic, y vos me pusiste la mano en el hombro y me hablaste, que yo era muy importante para los compañeros y el partido, que no tenía que aflojar, que me ibas a ayudar, y a mí me dieron muchas ganas de seguir cuando escuché tu voz tan suave que me convencí, y tenías razón. Te prometí y ahora más que nunca vamos a seguir firmes peleando por lo que nos enseñaste.
 

Abuela Santa (B° Las Catonas)