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31 de julio de 2013

¡Camarada Olguita, presente!

Una comunista, una organizadora silenciosa

 “Y lo último que vi antes de venirme para acá fue el techo de mi casita que se iba bajo el agua”. Es lo primero que nos contó cuando llegó a Berisso de su querido Chaco. Con esa misma sencillez y enorme fortaleza nos abrió la puerta de su nueva casita de chapa y cartón en el Barrio Obrero. Y también nos abrió su corazón y se afilió al PCR. 

 “Y lo último que vi antes de venirme para acá fue el techo de mi casita que se iba bajo el agua”. Es lo primero que nos contó cuando llegó a Berisso de su querido Chaco. Con esa misma sencillez y enorme fortaleza nos abrió la puerta de su nueva casita de chapa y cartón en el Barrio Obrero. Y también nos abrió su corazón y se afilió al PCR. 
Formamos una célula de mujeres. Ella era responsable de Prensa. ¡Cómo luchó con el periódico para distribuirlo y cobrarlo! ¡Gran pelea! Pero lo lograba. En un picnic del Partido se le otorgó el premio de la prensa. El orgullo por ese premio que lucía en la humilde pared era enorme.
Fue fundadora del PTP y gran afiliadora. “Hay que empezar por la familia, decía y después los vecinos”. Sin saber leer ni escribir traía sus fichas prolijamente acomodadas.
A veces preguntaba ¿yo soy comunista, no? ¿Y qué es ser comunista? Ella que hablaba muy poco, sabía meternos en buenos bretes con sus preguntas y opiniones en las reuniones. Fue una organizadora silenciosa: no hubo año que no armara un micro para el picnic y ¡ojo! que el boleto hay que pagarlo, porque el Partido no tiene plata. Incansable en el trabajo para los Encuentros de Mujeres.
Solidaria con su familia, con sus vecinos, querida y respetada en todo el barrio. Siempre pensando en los demás. Nunca le pidió al Partido nada para sí. Fundadora de la CCC, no hubo frío ni lluvia ni calorones que la detuvieran para estar ahí, presente. Firme ante la represión, solía decir “De algo hay que morir”. Llegaba la colecta y no le quedaba una rifa o bono por vender, pedía más y entregaba los pesos en un rollito.
Sufrió el dolor de la muerte de una de sus hijas, nuestra querida Ramonita y siguió adelante.
“Algún día todo va a cambiar, vas a ver, acordate de lo que te digo”, nos dijo una vez. Silenciosamente se nos fue el domingo 14 de julio. Nos dejo con el ejemplo de su vida y su militancia la respuesta a que es ser comunista.
¡Camarada Olguita, presente!