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12 de diciembre de 2019

Crecen las luchas a nivel mundial, principalmente por parte de los jóvenes

Cambio climático: una carrera contra el tiempo

El acuerdo para combatir el cambio climático global (sellado en la 21ª sesión de la Conferencia de las Partes de diciembre de 2015 en París), en el Marco de Naciones Unidas, fue tildado como “histórico”, por haber impulsado la idea de mantener el aumento de la temperatura en este siglo por debajo de los 2°. Además redobló la apuesta y se propuso limitarlo por debajo de 1,5° sobre los niveles preindustriales.

Hoy asistimos a la falta de cumplimiento de esos objetivos, en la Cumbre de Madrid Nº25, (inaugurada el 2 de diciembre de 2019) principalmente por parte de las dos grandes potencias industriales más poderosas: EEUU y China. Ambas se disputan la hegemonía mundial, son los mayores emisores mundiales de los tres principales GEI (gases efecto invernadero): CO2 (dióxido de carbono), CH4 (metano) y NO2 (óxido nitroso).

Por Argentina asistió el presidente Macri, siguiendo con su “modo campaña de jefe de la oposición”, haciendo un balance de gestión parcial donde exageró –según chequeado.com– los logros en el crecimiento de energías renovables y ocultó detrás de las afirmaciones de la “larga trayectoria de las innovaciones del sector agrícola ganadero argentino” (siembra directa favorable), mientras ocultó los excesos de emisión por los “daños colaterales” –desmontes, quemas, cambio de uso del suelo, mayor uso de energía: fertilizantes, combustibles en transporte y logística, etc.–, que descompensan negativamente el control de dichas emisiones. Argentina está en el lugar 28ª sobre 193 países firmantes, como principal emisor en América Latina –el 17% de las emisiones nos corresponden–, debido principalmente a producción agrícola ganadera, minería y transporte entre otras.

Las generaciones de jóvenes a nivel mundial se reconocen como las primeras que se han visto obligadas a plantear su movilización “por una cuestión existencial”; aunque dicen que ya no se trata de “luchar por un futuro mejor”, “sino por un mundo posible y sostenible”. “Nuestra generación es la generación del cambio climático básicamente porque nos hemos dado cuenta de que somos a los que nos va a afectar directamente. Nos estamos moviendo porque por desgracia nos hemos dado cuenta de que somos los únicos que vamos a poder hacerlo. Si no lo hacemos nosotros, nuestros hijos ya se mueren”, dicen las movilizaciones como la realizada en Madrid ante la Cumbre.
En momentos donde está ocurriendo una explosión mundial de las consecuencias catastróficas de los nuevos modelos de producción a nivel planetario, bajo el predominio de los grandes monopolios mundiales (Cargill, Monsanto-Bayer, Cofco, etc.), latifundistas y países imperialistas, que aumentan la cantidad de alimentos producidos, pero que por el crecimiento de la pobreza y desocupación faltan cada vez más en las mesas y hogares de los pueblos a nivel mundial, así como en nuestro país.

Cuando este hoy esté publicado, Macri habrá dejado el gobierno con más del 40% de pobres (como dijo al asumir “quiero que me juzguen por el valor de este indicador”), con más concentración de la propiedad de la tierra y de la producción como indican las cifras del último Censo 2018.

El papa Francisco, en enero de 2018 planteó en Brasil a los jóvenes que deben luchar (“hacer líos”) para cambiar esta situación que tiene que ver con la falta de “tierra, trabajo y techo”. Como jefe de la Iglesia Católica escribió: “Las personas en situación de pobreza son las que menos han contribuido al cambio climático, y sin embargo se ven desproporcionadamente impactadas por este. Como resultado del uso excesivo de los recursos naturales por los países ricos, los pobres sufren contaminación, falta de acceso al agua potable, hambre y otros padecimientos” (Encíclica Laudato Sí, Papa Francisco, 24/5/2015).

Nosotros en la Argentina, desde el PCR, junto al PTP, a la FNC, la CCC, Chacareros Federados y Pueblos Originarios luchamos por otro modelo agrario y por un país independiente y soberano, que termine con el hambre y la falta de trabajo y por un modelo de producción agrario e industrial donde la tecnología esté al servicio de satisfacer las necesidades humanas, cuidando el medio ambiente del cual el hombre es parte fundamental.

Escribe Carlos Retamoza, Ingeniero agrónomo y secretario zonal del PCR de Entre Ríos.

Hoy N° 1795 12/12/2019