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02 de octubre de 2010

Cárcel común y perpetua para Menéndez

Hoy 1227 / Córdoba: Hablan familiares de los desaparecidos

Artículos, ley numero… y párrafos… palabras tan serias, tan técnicas salían de los parlantes… una multitud se arrimaba a la pantalla en la calle frente a los tribunales federales para escuchar la sentencia…
Desde la mañana, la gente se fue acercando, con pancartas, banderas, la radio abierta. Fotos de rostros que estaban presentes. Una pantalla mostraba el juicio a los que nos agolpábamos afuera. Cómo explicar lo que se sentía a las 11, cuando ese asesino genocida dijo su descargo… justificar lo injustificable, decirse ganador de una guerra… se revolvían las tripas…
Eran las 16.20 "faltan 10 minutos…" se oyó. Todos agolpados de nuevo frente a la pantalla… y se oyó lo que esperábamos "la pena de prisión perpetua e inhabilitación absoluta perpetua… en consecuencia revocar su prisión domiciliaria y ordenar su inmediata detención y alojamiento en una unidad carcelaria dependiente del servicio penitenciario de la provincia de Córdoba".
Emoción, felicidad, lágrimas en los ojos de tantos años de lucha sin descanso, de tanto esperar… explotaba la alegría y en seguida el canto "se va a Bower…, Menendez se va a Bower…" por nombrar la cárcel común de la ciudad.
El juicio que terminó el jueves 24 de julio, es el primero de este tipo que se realiza en Córdoba. Un triunfo de la lucha popular por justicia y el primer paso en la lucha por encarcelar a todos los asesinos, torturadores y cómplices. No pararemos hasta que estén todos en la cárcel.

Entrevista a la madre de Raúl Molina
Tras la condena de Menéndez y siete de sus cómplices tuvimos la posibilidad de charlar con "Coca", madre de Raúl Molina, que entre llantos y gritos de la multitud agrupada frente a Tribunales, nos comentó cómo fueron estos 32 años de espera.

-¿Qué es lo que siente ahora que Menéndez, después de tantos años de impunidad, ha sido condenado a prisión perpetua?
-Estoy contenta porque se lo juzgó. Para mí tendría que haber sido reclusión perpetua y no prisión perpetua, pero con la edad que tiene ya es bastante. Y que se lo han dado en la cárcel, no en su domicilio. Pero es un poco tarde, y cuando la justicia llega tarde no es completa, es a medias, pero nos conformemos con eso. Ahora doy gracias a la vida que estoy acá para ver lo que sembré y recoger algo. Desde que salí de la cárcel y me enteré que Raúl estaba desaparecido comencé a trabajar para formar la comisión de familiares de desaparecidos. Después falleció de cáncer otra de mis hijas, que yo se lo atribuyo al dolor que sintió ante la desaparición de su hermano. Pero me queda la satisfacción de que en las peores épocas yo estuve presente en Córdoba para que la gente pierda el miedo y nos pudiéramos juntar y pudiéramos luchar. Y bueno a esto llegamos, creo que gracias al trabajo de las madres.

-¿Qué nos puede contar de Raúl, cómo lo recuerda?
-Para mí, para los compañeros y creo que hasta para los contrarios políticamente, Raúl era un muchacho muy inteligente, de muy buen carácter y muy jodón, por decirlo de alguna manera. Era una persona muy inteligente, excelente estudiante, de notas altas y en dos oportunidades fue presidente del Centro de Estudiantes de Arquitectura, es decir que tenía poder de convocatoria. Estaba terminando la carrera de arquitectura, le faltaba solamente la tesis, y entró a medicina para ver si podía entrar a FUA, y le gustaba, estudiaba y aprobaba. Es decir hacía dos carreras, tenía una capacidad de trabajo muy grande. Para mí era un chico increíble en todo sentido: en su inteligencia, en su modo de ser, en su humanidad.

-¿Cómo sigue la lucha a partir a ahora?
-Tienen que condenar hasta el último de los torturadores, no sólo a la cúpula. Hay una serie de gente que ha trabajado al lado de ellos y no lo ha hecho por obediencia debida, lo han hecho porque eran malos de alma, eran sanguinarios, y también los tienen que condenar.

Estuvo presente también la hermana de Raúl Molina que nos contó: "yo vine a ver si puedo cerrar estas heridas que tengo abiertas, porque es terrible la desaparición. Durante 5 años buscamos a Raúl creyéndolo vivo. Yo era 10 años más chica que él y  era muy pegota. Pensaba todas las noches: ¿Estará bien? ¿Tendrá comida? ¿Tendrá frío? Y resulta que ya estaba muerto. Pero es como que todavía no lo puedo creer porque no tenemos sus restos ni un lugar ni una tumba donde llorarlo. No se puede así elaborar un duelo… tienen que estar presos todos, desde el que mandó la orden hasta el último que apretó el gatillo. Todos." Y después les dio las gracias al Partido y la Juventud "por tener a mi hermano presente".
Paola, hija de René Salamanca, también se escapo del trabajo para estar presente en el juicio: "estoy muy contenta" dijo cuando se supo la sentencia.