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19 de diciembre de 2019

Despedimos a Clelia Íscaro

Carmela roja, Carmela nuestra

El 19 de diciembre despedimos a la camarada Clelia Iscaro, Carmela, dirigente del Comité Central de nuestro Partido Comunista Revolucionario, quien falleciera a los 91 años el 17 pasado.

Gran cantidad de camaradas, compañeras, compañeros, amigas y amigos acompañamos a sus hijos, nietos y otros familiares hasta el cementerio de la Chacarita, donde le rendimos un merecido homenaje a esta gran comunista revolucionaria.

Clelia Íscaro, como recordó su hija Gabriela, era hija de un militante anarquista y se hizo comunista muy joven. Ya desde su militancia en el PC, y luego en el PCR del que fue una de sus fundadoras y responsable del trabajo entre las mujeres, buscó unir la lucha por los derechos de las mujeres a su integración al camino revolucionario.

Recibimos gran cantidad de condolencias de organizaciones revolucionarias de otros países, así como de dirigentes femeninas de América, lo que habla de la trascendencia de su vasta trayectoria.

Muchas compañeras y amigas de organizaciones de mujeres, con las que Clelia compartió históricas luchas, como las primeras campañas por el aborto legal o el Primer Encuentro Nacional de Mujeres, se hicieron presentes en el velatorio y en el homenaje posterior y llegaron sentidos mensajes desde todo el país. La despidieron muchas y muchos camaradas del Comité Central del Partido, de la JCR y desde distintas regionales del país. También de la CCC y del PTP.

Detrás de su féretro cubierto de banderas rojas y de pañuelos verdes y rosas, marchamos hasta el cementerio desplegando las banderas del PCR. Al comienzo del homenaje, la camarada Rosa Nassif leyó las condolencias.

Su nieta Paula, con mucha emoción, recordó anécdotas de su infancia y su adolescencia, y el apoyo que fue su abuela “hasta que éramos dos mujeres que hablábamos de nuestros problemas”.

Su hija Gabriela contó cómo su madre, desde pequeña, se rebeló contra “ese camino de opresión que le quiso imponer ese padre anarquista que tuvo ocho hijos, que si bien hablaba del cambio social, relegaba a las mujeres”. Destacó Gabriela que una característica de Clelia, “Quela” como se la conocía en la familia, era la solidaridad. “Mi mamá era comunista y era mujer. Y como tal se tuvo que bancar muchos reproches. Pero nos enseñó un camino que ahora se ve. Porque recuerdo un Congreso del PCR en el que mi vieja le dijo a los varones que no podía ser que las tareas de cocina y limpieza en las reuniones las hicieran sólo las mujeres”,  agregando “Mi vieja no se definía como una feminista, era una comunista que quería cambiar la sociedad”, y finalmente recordó que “en estos últimos años que fueron muy duros, sus compañeras, su Partido, no la abandonaron. Y eso lo agradecemos”.

La camarada Teresa, integrante junto a Carmela de la Comisión de Mujeres del PCR al comienzo de los años 80, resaltó la batalla que dio la dirigente histórica desde el Comité Central a todo el Partido, para que se entendiera la importancia del trabajo entre las mujeres para incorporarlas a la lucha revolucionaria. Contó anécdotas de cómo fueron los debates previos al primer Encuentro Nacional de Mujeres donde Carmela afirmaba la necesidad de integrar la primera Comisión Organizadora y se generaban discusiones dentro de la Comisión de Mujeres del Partido.

María Rosario, actual responsable de la Comisión de Mujeres del PCR, dijo que “despedimos a Carmela, no desde la tristeza, sino con el ejemplo que nos deja esta mujer luchadora, militante y solidaria de la que tanto hemos aprendido”,  afirmó que “Siempre vamos a recordarte, Carmela roja, Carmela nuestra, y vamos a seguir tu ejemplo”.

En nombre del Comité Central del PCR, el camarada Mariano Sánchez manifestó que “Carmela fue una comunista que luchó toda su vida para transformar la Argentina y para que su pueblo pudiera vivir con dignidad”. Destacó que Carmela cumplió un papel importante en el país y en nuestro partido en particular, en la pelea por las reivindicaciones de las mujeres, de las que fue pionera como se vio en su papel en los Encuentros Nacionales de Mujeres. «Carmela siempre tuvo claro que peleaba por la revolución, que el tema en esta sociedad era de clases y que a partir de ahí daba la discusión por las necesidades de las compañeras que sufren la opresión en esta sociedad”.

En medio de los acordes del himno de los trabajadores del mundo, La Internacional, llevamos sus restos al crematorio, donde la despedimos puño en alto y con un fuerte ¡Hasta la victoria siempre! Luego sonó, como un homenaje tanguero a esta porteña de ley, La Yumba de Osvaldo Pugliese. Una bandera roja, La Internacional y La Yumba… la despedida que deseaba la camarada Carmela.