Noticias

27 de enero de 2016

Queremos abordar en esta sección poemas, cartas y/o escritos de comunistas y revolucionarios de todos los tiempos que son ejemplo para nuevas y viejas generaciones.  Hoy la carta de despedida de Ernesto “Che” Guevara a sus hijos.

Carta de Ernesto Guevara a sus hijos

Vale la pena luchar por la revolución

Marzo 1965 
A mis hijos, Queridos Hildita, Aleidita, Camilo, Celia y Ernesto:
 
Si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque yo no esté entre ustedes. Casi no se acordarán de mí y los más chiquitos no recordarán nada.

Marzo 1965 
A mis hijos, Queridos Hildita, Aleidita, Camilo, Celia y Ernesto:
 
Si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque yo no esté entre ustedes. Casi no se acordarán de mí y los más chiquitos no recordarán nada.
Su padre ha sido un hombre que actúa como piensa y, seguro, ha sido leal a sus convicciones. Crezcan como buenos revolucio-narios. Estudien mucho para poder dominar la técnica que permite dominar la naturaleza. Acuérdense que la Revolución es lo importante y que cada uno de nosotros, solo, no vale nada. Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario. Hasta siempre hijitos, espero verlos todavía. Un beso grandote y un gran abrazo de Papá.
 
Ernesto “Che” Guevara. El gran revolucionario argentino nacido en Rosario (Santa Fe) en 1928 fue, junto a Fidel Castro entre 1953 y 1959, uno de los ideólogos y comandantes de la Revolución Cubana. Guevara participó hasta 1965 en la organización del nuevo Estado cubano. Desempeñó varios altos cargos de su administración y de su gobierno, sobre todo en el área económica, fue presidente del Banco Nacional y ministro de Industria. En el área diplomática, actuó como responsable de varias misiones internacionales.
Convencido de la necesidad de extender la lucha armada en todo el Tercer Mundo, el “Che” Guevara estimuló la instalación de focos guerrilleros en varios países de América Latina. Entre 1965 y 1967, él mismo combatió en el Congo y en Bolivia. Aquí fue capturado y asesinado de manera clandestina y sumaria por el Ejército boliviano en colaboración con la CIA de Estados Unidos, en octubre de l967.